TRANSPARENCIA

El 'lobby' suave o cómo el Círculo de Empresarios mete a las grandes compañías en las Cortes

El 'lobby' suave o cómo el Círculo de Empresarios mete a las grandes compañías en las Cortes

El 67% de los españoles cree que la única forma de tener éxito en los negocios son las conexiones políticas. Lo dice el Eurobarómetro de 2013. Y deben de tener razón cuando el 91% de las empresas de este país consideran “excesivos” los vínculos existentes entre dinero y política. Un reciente informe de la ONG Transparencia Internacional activa la alarma cuando suspende a España por la opacidad de sus lobbies, los grupos de presión que intentan influir en los poderes públicos para defender sus intereses. Según sus conclusiones, en España es “casi imposible” saber “quién busca influenciar, a qué decisores públicos y con qué resultados”. El 56% de los políticos consultados por la ONG para el estudio reconoce que habla con lobistas, y lo hace “porque es su obligación atender a quien le requiere”.

A diferencia de la CEOE, que tiene la categoría de “agente social” y representa oficialmente a los empresarios ante las instituciones, el Círculo de Empresarios, integrado por las mayores compañías españolas, es considerado un lobby. Con frecuencia, incluso defiende posiciones más radicales que la patronal, y no sólo las que revelan declaraciones como las de su actual presidenta, de Mónica de Oriol, sobre los ninis o la incompatibilidad entre ser directiva y mujer en edad fértil. El Círculo también desarrolla actividades más discretas.

Uno de sus programas estrella es el de Empresas Parlamentarios (PEP). Nacido en 1987, consiste en “estancias de estudios”, como las denomina el Círculo en su página web, que las compañías ofrecen a diputados y senadores, así como a parlamentarios autonómicos y europeos. En los primeros siete meses del año, 76 de ellos han visitado 31 empresas, desde Mercadona hasta Google pasando por Caixabank, Iberdrola o Ernst&Young. Los más activos han participado en los cursos de hasta tres de ellas.

En la anterior promoción fueron 110 los parlamentarios que visitaron empresas. Desde 1987 y hasta abril de 2013 un total de 1.218 representantes han pasado por este programa. Más de la mitad –666– pertenecen al PP. En la última promoción, aún en curso, el 75% son miembros del Partido Popular. Pero también participan diputados y senadores del PSOE –11 este año, de momento; 421 en toda la historia del PEP–, de CiU –cuatro hasta el pasado julio–, uno de PNV y tres de Unión del Pueblo Navarro (UPN), socio del PP en la Comunidad Foral.

Ni este año ni el anterior se han inscrito parlamentarios de Izquierda Unida, UPyD o ERC. Aunque otros años sí que han acudido a la convocatoria dos de ERC, tres del BNG, uno de Iniciativa per Catalunya o 13 de la Entesa Catalana de Progrés, que agrupa en el Senado a los socialistas catalanes, ICV y Esquerra Unida.

“Actividad privada”

Pese a que en su página web el Círculo de Empresarios cuelga fotos de la entrega de diplomas a las últimas promociones, bien en el Senado bien en el Congreso, y de que adjunta las cifras totales de empresas y parlamentarios participantes, la asociación no quiere dar más detalles sobre el programa. “No podemos divulgarlo”, asegura la coordinadora del programa, Yolanda Barberá. Se limita a explicar que el PEP consiste en “cursos lectivos, didácticos, de formación”. “Como apuntarse al Instituto de Empresa”, precisa. También los describe como “minijornadas de puertas abiertas”, en las que los diputados y senadores hablan con toda la plantilla, “desde el operario hasta el presidente”, de la empresa que visitan. Pero, en cualquier caso, son actividades “privadas” a las que no quieren dar más que una “divulgación mínima”. Y, desde luego, no tienen nada que ver con hacer lobby. “Lo prohíbe el código de principios del PEP”, asegura.

En efecto, ese código impide a las empresas beneficiarse del “marco de relaciones” que crea el programa “para ejercer presión en favor de sus propios intereses”. También prohíbe que los parlamentarios participantes “difundan opiniones partidistas durante las estancias que realizan en las empresas”.

Yolanda Barberá asegura que los diputados y senadores eligen qué empresas, de entre las casi 200 que integran el Círculo, quieren visitar. Aunque en cada promoción no suelen superar la cuarentena las que participan. Según fuentes conocedoras del programa, Barberá visita casi cada semana las cámaras para ofrecer a los parlamentarios estos cursos. Sobre todo son senadores los que acuden: hasta julio, 63 de los 73 inscritos se sientan en la Cámara Alta. Y la empresa que más legisladores ha recibido este año es Mercadona, con un total de 20. Le sigue Inforpress, una consultora de comunicación, con 19. A Carbures Group, que fabrica estructuras de fibra de carbono, acudieron 17 parlamentarios. Y a Google, 15. Pero también fueron visitadas Enagas, Ericsson, Ferrovial, Eroski, Leche Pascual, Iberdrola, Indra, OHL, la ONCE, PricewaterhouseCoopers o Siemens.

Lista de espera

El PEP es un programa de éxito. Que incluso tiene lista de espera. Según las fuentes, hasta julio 25 parlamentarios aguardaban a que se les organizaran visitas a algunas de las empresas citadas u otras. Y muchos de ellos repiten. Dos representantes del PP, Manuel Mora Bernat, diputado por Huesca, y Lourdes Méndez Monasterio, diputada por Murcia, han realizado tres “cursos”. El primero, en Enagas, Indra y Schneider Electric. La segunda, en Google, Inforpress y Siemens. La senadora del PSOE por Pontevedra María Ángeles Marra Domínguez también ha visitado tres empresas: KPMG, Inforpress y Mercadona. Y son muchos más los que han terminado “estancias de estudios” en dos compañías.

El código de principios del PEP prohíbe también que los parlamentarios perciban honorarios o, por el contrario, se vean “obligados a atender los gastos derivados” de esas estancias. De forma que son las empresas las que sufragan la estancia y los desplazamientos de diputados y senadores: cantidades no superiores a los 700 euros, según fuentes conocedoras del programa. El Círculo de Empresarios adelanta el pago. Las noches de hotel, comidas o taxis. Los cursos duran cuatro o cinco días.

El programa que ofrece Indra, por ejemplo, se compone de siete jornadas. En ellas se ofrece a los parlamentarios una panorámica de los diferentes sectores en que la compañía tecnológica interviene: administraciones públicas y sanidad, seguridad y defensa, transporte, servicios financieros, telecomunicaciones, energía, procesos electorales, outsourcing y software, gestión del talento…

El Senado, la “Cámara oculta”

El senador de IU Jesús Iglesias dice que conoció el PEP por una conversación informal con una representante del Círculo de Empresarios en una comida. Pero que nunca se le ha ofrecido formalmente nada. Aunque Iglesias está acostumbrado a las invitaciones de empresas relacionadas con el ámbito del que se ocupa: la sanidad. “Como las eléctricas”, precisa, “es uno de los sectores donde más comunicación se da entre empresas y parlamentarios”. Así que pide una regulación, “y urgente”, de los lobbies“Ya que estas relacione son inevitables, que sean públicas”.

Con él coincide el diputado de UPyD Carlos Martínez Gorriarán, quien considera “perfectamente legítima” la actividad de los grupos de presión. “No es algo malo en sí, siempre que hay transparencia”, recalca. A nadie en UPyD le ha ofrecido el Círculo participar en el programa. “Saben que vamos a decir no”, zanja. Pero sí que reciben constantemente peticiones de cita y visitas. En los últimos días, de Iberdrola y del grupo #T de abogados contra las tasas judiciales. Y esas reuniones deben conocerlas los ciudadanos, añade, para que luego puedan “pedir cuentas a sus representantes”. Por eso UPyD pide un registro oficial de lobbies lobbies, como el que existe en el Parlamento Europeo, por ejemplo, al que se han opuesto tanto el PP como el PSOE y que finalmente se ha excluido en la Ley de Transparencia.

El 'lobby' de las grandes empresas: cierre patronal por causas objetivas

El 'lobby' de las grandes empresas: cierre patronal por causas objetivas

“Me parecieron interesantísimas”, elogia las visitas del PEP la diputada del PP por Murcia Lourdes Méndez Monasterio, que ha participado en tres de ellas este año. Describe las sesiones como “reuniones de trabajo”, donde las empresas hacen “un esfuerzo muy especial para enseñar a los parlamentarios cómo funcionan”. “Nos atienden los directivos de todas las áreas de gestión y nos cuentan cuáles son sus problemas y los retos a los que se enfrentan”, detalla. Asegura que esa información le sirve luego para desarrollar su labor parlamentaria. Pero rechaza que tenga nada que ver con la actividad de un lobby. “Nunca me he sentido así ni hay ningún trato de favor por medio”, replica la diputada.

Iglesias es más escéptico. El pasado miércoles el Senado aprobó, entre otras medidas, el pago de casi 164 millones a Gas Natural Fenosa en cinco años después de que esta empresa perdiera un litigio con la argelina Sonatrach en 2010. “La única explicación de que el Estado, por tanto los ciudadanos, vayan a pagarlos es que Gas Natural Fenosa tiene muy buenas relaciones con los poderes políticos", se lamenta. 

Tanto Martínez Gorriarán como Jesús Iglesias coinciden en atribuir la mayoría de senadores en el PEP al hecho de que la Cámara Alta sea “la Cámara oculta”. “Es más fácil tomar decisiones en el Senado porque su relevancia pública es menor”, explica el senador de IU. “Es más opaca que el Congreso”, resalta el diputado de UPyD. Ambos explican que el PP suele aprovechar el trámite en la Cámara Alta para introducir enmiendas “más lesivas”. “Con frecuencia pactadas con CiU y PNV”, apunta Martínez Gorriarán.

Más sobre este tema
stats