Enel ignoró la oposición del Gobierno español al plan para vaciar Endesa

El Gobierno español ha asistido impotente al plan de la compañía Enel, participada en un 30% por el Estado, para exprimir Endesa mediante el cobro de dividendos y el traspaso de los activos más valiosos de la eléctrica española a la matrizcobro de dividendos y el traspaso de los activos. En contra de la versión ofrecida por el presidente de Endesa y del grupo Mediobanca en España, Borja Prado, las autoridades españolas expresaron a la nueva dirección de Enel, encabezada por Francesco Starace y al propio Prado, que no veían con buenos ojos la operación. "Se les dijo que no en los términos que se puede decir que no [un Gobierno] al propietario de una empresa" sostienen fuentes del Ejecutivo. Enel hizo caso omiso. Endesa, controlada en un 92% por el grupo italiano, queda como una empresa de ámbito nacional que operará en un mercado de crecimiento limitado.

De acuerdo con lo previsto, hoy 29 de octubre, Endesa pagará el mayor dividendo en la historia de la empresa española, 14.604 millones de los que el accionista mayoritario Enel cobrará el 92%. El reparto no sorprenderá al Ejecutivo.

Fuentes del Gobierno conocedoras de la operación confirman que Enel y Endesa informaron de los planes de la compañía italiana al Gobierno antes de anunciarlos. Borja Prado informó en julio a las autoridades, como adelantó infoLibre. El periplo fue largo. El empresario estuvo en la Moncloa, donde se reunió con la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, y con el director de la Oficina Económica del presidente del Gobierno, Álvaro Nadal. Mantuvo también entrevistas con el ministro de Economía, Luis de Guindos (exconsejero de Endesa); con el de Hacienda, Cristóbal Montoro, y con el de Industria, José Manuel Soria. Además, se entrevistó con la presidenta de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Elvira Rodríguez, y con el presidente de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), José María Marín.La versión de Endesa

Pero los encuentros no fueron tan redondos como ha contado la cúpula de Endesa. Fuentes del Gobierno han asegurado a infoLibre que se trasladó a Enel y a su hombre en España que la operación no gustaba al Ejecutivo. "Se le dijo que no", sostienen las fuentes gubernamentales, "aunque en el lenguaje que se utiliza cuando está enfrente el propietario de una empresa que puede tomar decisiones sin discusión sobre ella".

La prueba del disgusto –y de la impotencia del Gobierno– es que la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC), según han reconocido fuentes del organismo, se puso a buscar resortes legales para impedir la operación. No los encontró.

El afán de Competencia choca con la versión ofrecida por el presidente de Endesa, Borja Prado, sobre los encuentros que mantuvo durante el verano para comunicar al Ejecutivo los planes italianos. Según explicó Prado al término de la junta extraordinaria celebrada esta semana para dar luz verde a la operación, a los miembros del Gobierno con los que se entrevistó, "les ha alegrado ver que Endesa sigue existiendo como una empresa española y que no hay ninguna variación sobre ello. Y alguno, por un aspecto más sentimental, expresaba que le daba pena que Endesa saliera de América".

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Enel ha tratado de suavizar la presión sobre la filial Endesa con el anuncio de nuevas inversiones y el nombramiento como consejero delegado de un histórico de la casa, José Bogas, buen conocedor de los entresijos del negocio en España.

En concreto, Endesa ha anunciado la inversión de 2.500 millones en España en dos años y una especial atención al negocio nuclear. La intención de la eléctrica es "promover la extensión de la vida útil de las centrales nucleares más allá de los 50 años", lo que coincide con los planes del Ejecutivo español para el sector.

Endesa dispone del 47% de la capacidad nuclear de España, en virtud de sus participaciones del 36% en Almaraz I y II, del 50% en Garoña, del 100% en Ascó I, del 85% en Ascó II y del 72% en Vandellós, así como del 1% en Trillo.