REFORMA FISCAL

Caprichos del IVA: del porno y los libros electrónicos a las flores y el material escolar

Montoro achacó esta semana la crisis del cine español a la mala calidad de sus películas.

No, el porno no es un sector privilegiado por el Gobierno del PP con un IVA del 4%. Pese a que una compañía de teatro llegó a vender entradas con revistas pornográficas para protestar contra el 21% de IVA con el que el Ejecutivo grava los espectáculos culturales, y pese a los múltiples eslóganes difundidos en las redes sociales, lo cierto es que no existe tal discriminación. Son peras y manzanas. Las revistas porno tienen un IVA superreducido al igual que el resto de las revistas, libros y publicaciones. Y un espectáculo pornográfico sobre un escenario sufre un gravamen máximo del 21% como el resto de los espectáculos culturales, independientemente del contenido. Pero sí es cierto que el IVA cultural español es de los más altos de la Unión Europea.

En general, el Impuesto sobre el Valor Añadido en España está en la media de la Unión Europea. Su tipo máximo es del 21%, al igual que el belga, el holandés o el letón. Pero está por debajo del 27% de Hungría –el más elevado– o el 24% de Finlandia. Y muy por encima del 15% de Luxemburgo –el más bajo–, o el 18% de Malta y Chipre. Francia lo sitúa en el 20% y Alemania, en el 19%. Italia, en el 22%. Portugal, Grecia e Irlanda, países rescatados, en el 23%.

Además, el Gobierno tiene un margen limitado para decidir sobre este impuesto indirecto. Es una directiva comunitariauna directiva comunitaria la que lo regula. En su anexo III figura la lista de los bienes y servicios sujetos a tipos reducidos, que en España son dos: el 10% y el superreducido del 4%. La UE permite incluir en esa lista a aquellos productos y servicios cuya ventaja fiscal no interfiera en la libre competencia y que impliquen un uso intensivo de mano de obra.

Así, entre los productos con IVA superreducido se encuentran desde el pan, la leche, los huevos y las frutas y hortalizas, hasta los libros y periódicos o los medicamentos, las sillas de ruedas y prótesis, las viviendas de protección oficial, la asistencia social... El resto de los alimentos, la reparación de viviendas, la entrada a las bibliotecas, el agua o los garajes, por ejemplo, son gravados con el 10%.

Sin embargo, el IVA de los principios activos que se usan para fabricar medicinas, de las jeringuillas, los guantes y las sábanas de los hospitales, o de aparatos como los escáneres médicos sí que ha subido del 10% al 21% desde el pasado día 1. Y lo ha hecho para cumplir una sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea que condenaba a España por no cumplir la directiva comunitaria al respecto.

Flores bajan, 'e-books' suben

Por el contrario, es cierto que el IVA de las flores y plantas ha bajado este año del 21% al 10%. Pero no el de los yates de lujo, que sigue siendo el máximo.

También llama la atención que escape del 4% superreducido de los libros el material escolar, penalizado con un 21%penalizado. O las páginas y servicios web: un periódico disfruta del 4%, pero un diario digital debe cobrar el 21%. Lo mismo ocurre con los DVD y CD: tipo máximo. En el caso de los espectáculos culturales, la UE permite gravarlos con el tipo reducido, pero el Gobierno español los mantiene con el 21%. En Alemania el IVA cultural es del 7%, en Italia del 10%, en Portugal del 13%. En Francia, el IVA de los libros es del 5,5%, pero sí son pornográficos, se les grava con un 20%.

A partir del día 1, además, subirán para el consumidor español los productos digitales. Los e-books dejarán de tributar al 3% que, por ejemplo, cobraba hasta ahora Amazon –es el IVA de Luxemburgo, donde radica la sede fiscal del gigante estadounidense– y pasarán al 21%, que es el tipo del país donde reside el comprador español. Las aplicaciones informáticas subirán del 15% al 21%. Lo mismo sucederá con las suscripciones a servicios digitales.

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Subida de tipos o control del fraude

En cualquier caso, el año electoral es probablemente lo que ha salvado al consumidor nacional de una subida del tipo general al 23%. Ésa fue una de las recomendaciones del grupo de expertos comandado por el catedrático Manuel Lagares que presentó al Gobierno su propuesta de reforma fiscal propuesta de reforma fiscalen marzo de 2014. También pretendía que se elevara del 10% al 21% el tipo de todos los productos y servicios, salvo la vivienda, el turismo y el transporte público. Y que se aplicara el 21% a los que disfrutan del tipo superreducido, salvo los bienes de primera necesidad. Incluso aconsejó al Gobierno suprimir la exención de que gozan los servicios públicos postales.

Aunque no fue ese comité de sabios el único que presionó en el mismo sentido. Bruselas pide insistentemente a España que restrinja los productos y servicios que se benefician del tipo reducido del IVA. También el FMI. Según los cálculos de Eurostat, España es el país de la UE que menos dinero recauda por este impuesto: sólo el 5,5% del PIB, frente al 7,9% de la media comunitaria. Eurostat, usando cifras de 2012, asegura que España ingresa sólo 14 euros en concepto de IVA por cada 100 euros de consumo. Menos que Grecia (16,2 euros), Eslovaquia (16,7), Lituania y Letonia (17,4) y Chipre (17,5). Dinamarca cobra 30,9 euros por cada 100 de gasto. La media europea es de 19,9. Claro que el motivo de este desfase no son los bajos tipos, sino el fraudeel fraude. Las arcas del Estado, reconoce la propia UE, pierden hasta un 23,7% de la recaudación por culpa del “con IVA o sin IVA”, unos 12.400 millones de euros.

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