La salida de la crisis

Expertos y ‘think tanks’ creen que Syriza logrará mejores condiciones para devolver la deuda griega

Las claves de las propuestas de Syriza para Grecia

El lenguaje bélico se ha impuesto en las crónicas económicas. Se trate del Banco Central Europeo (BCE) o se trate de Grecia, los relatos están plagados de términos como "confrontación", "último cartucho", "artillería" o "ultimátum". El lenguaje adelanta un enfrentamiento. En el caso de Grecia, ese enfrentamiento parece servido.

Syriza, el partido que aspira a formar Gobierno, defiende una reestructuración de la deuda con la que carga el país tras dos rescates: 315.509 millones, el 176% de su producto interior bruto.  El economista y escritor Yanis Varoufakis, a quien muchos ven como próximo ministro griego de Economía, lo ha explicado claro: Grecia devolverá lo que pueda sólo si el crecimiento de la economía lo permite. 

Pero frente al lenguaje que parece adelantar un enfrentamiento duro, expertos y analistas de think tanks consultados por infoLibre creen que Syriza acabará negociando un acuerdo con la troika (BCE, FMI y Comisión Europea) y logrará mejores condiciones para devolver una carga insoportable.

Deterioro y retroceso

Si en algún lugar está justificado el lenguaje bélico para tratar de entender la situación es en Grecia. Ningún país ha sufrido tal deterioro de su economía y retroceso de nivel de vida en tiempos de paz: ha perdido un tercio de su economía y el Producto Interior Bruto retrocede un 2% cada año.

Son datos tremendos. Grecia  lleva seis años en recesión, carga con una deuda del 176%, una evasión fiscal que la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) evalúa en un 25%, un desempleo del 25% que roza el 40%  según los sectores y, sólo en la capital, Atenas, hay cerca de 25.000 personas sin techo. personas sin techo

Desde 2010, el país (2,5% del PIB europeo, 11 millones de habitantes) ha sido rescatado en dos ocasiones. Las ayudas han supuesto 240.000 millones de euros –hay tramos del rescate de 2012 a 2014 que están pendientes de negociación– y lejos de mejorar, la situación ha empeorado.

Negociación agria

Por eso, Syriza apuesta por renegociar las condiciones del rescate y la restructuración de la deuda, incluso si eso les obliga a una negociación agria y a una pérdida de confianza de los mercados. En su visión, es la única base para un despegue económico.

¿Es posible que Syriza lo logre? Aunque hay países "duros" como Finlandia, que parece haber bajado el tono de las exigencias frente a las peticiones de Syriza, los expertos creen que Grecia acabará aceptando cumplir los compromisos, aunque en mejores condiciones. Incluso aunque no se resuelva el problema de fondo.

"Habrá una renegociación, probablemente con una moratoria en las devoluciones y rebaja de intereses", asegura Federico Steinberg, investigador principal de Economía y Comercio Internacional del Real Instituto Elcano.

Como el economista José Carlos Díez, Steinberg diferencia entre lo que debería ser y lo que en su opinión va a suceder. Steinberg, como Díez, cree que será difícil que Grecia atienda el servicio de la deuda y genere crecimiento para aliviar a la población.

En manos del BCE

No habrá quitas, añade Steinberg, porque la mayor parte está en manos del BCE y los Estados (32.700 millones en el caso de España) y supondría pérdidas para los contribuyentes, algo difícil de aceptar en los países defensores de las políiticas de austeridad. Díez coincide en que el pacto en ciernes será "difícil porque Syriza y sobre todo Alemania están hablando lenguajes distintos" y de alcanzarse, contendrá aplazamientos en los pagos, pero no quitas.

De alguna forma, es lo previsto. Grecia registra superávit fiscal (antes de pagar los intereses de la deuda) tras sufrir un duro ajuste y esa base facilita el pacto para flexibilizar plazos y abaratar costes. 

"Hay que reducir las expectativas (tras los anuncios de Syriza)", asegura Magdalena Segre, directora adjunta de la Fundación para las Relaciones Internacionales y el Diálogo Exterior (Fride). "Syriza y la troika van a tener que encontrar un punto de encuentro en alargamiento de los plazos de devolución y probablemente el abaratamiento de los tipos de la deuda", señala.

Precedente para otros países

Segre apunta otro aspecto importante para el debate global. El acuerdo con Grecia "puede ser un precedente para otros países". Edouard Soler y Héctor Sánchez, del Barcelona Centre For International Affairs sostienen la misma idea en el artículo Grecia: unas elecciones europeas. "Si al final la UE accediese a renegociar la deuda y las medidas de ajuste (de Grecia), se intentaría presentar esta situación como excepcional. Pero sería prácticamente inevitable que otros países rescatados intentaran también renegociar los términos de sus paquetes de ayuda".

La pregunta es obligada. A partir de lo que suceda en Grecia con Syriza (y en España con Podemos) ¿puede llegar a constituirse un frente de países del Sur que discutan las políticas de austeridad y ajuste que alienta Alemania con el respaldo de otros países del Norte de Europa?

En opinión de Juan Ignacio Crespo, estadístico, autor del libro Cómo acabar de una vez por todas con los mercados, lo que vaya a suceder con Syriza "ni refuerza ni debilita al Sur frente al Norte", ni por lo tanto afecta a la posición de España. "Sencillamente", explica Crespo, "no hay un frente del Sur, al menos no lo hay todavía porque la situación de Europa, pese a las apariencias, es de estabilidad", y la situación de países como Francia, Italia o España es muy diferente.

Sin fuerza suficiente

También Ángel Laborda, director de coyuntura de la Fundación de las Cajas de Ahorros (FUNCAS) cree que Grecia "carece de fuerza suficiente para cambiar las cosas en Europa". La prueba, explica Laborda, es que el socialista François Hollande trató de presionarFrançois Hollande a Alemania y sólo logró cierta flexibilidad en el cumplimiento de objetivos y el diseño de un plan de inversiones, el plan Juncker, que aún no está en marcha. plan Juncker

Con esa idea, ninguno de los analistas y expertos consultados cree que Syriza logre el objetivo de convocar una conferencia en Europa que aborde el problema de la deuda. Los países del Sur, a los que se agrupó en el término PIGS (Portugal, Italia, Grecia y España) deben en conjunto 3,7 billones de euros (5,7 billones si se considera a Francia país del Sur). "Los euros del Sur han financiado la expansión de Alemania y del Norte", asegura el presidente de Economista Frente a la Crisis, Jorge Fabra.

Es algo que merece una discusión. Pero según los expertos, no será a corto plazo. "De la deuda se seguirá hablando y quizá más adelante se celebre una confenerencia como quiere Syriza, pero no será a corto plazo. Quizá cuando haya más países críticos con la troika que plantearán a Alemania un nuevo pacto a cambio de más reformas", asegura Steinberg, del Instituto Elcano.

Diferencias Norte-Sur

La conferencia "llegará", asegura el economista José Carlos Díez, "pero no será ahora". Llegará porque las diferencias entre el Norte y el Sur se agravan, según explica el catedrático de la Universidad de las Islas Baleares y miembro de Economistas Frente a la Crisis, Carles Manera.

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"A pesar de la estabilización de los mercados por parte del BCE", escribe Manera , el distanciamiento entre el Sur y el Norte se agrava, con elevados costes humanos y sociales en la periferia europea. Pero esa división, que parece promocionarse, constituye a su vez una seria amenaza para la integración de la eurozona".

"Han existido rescates a países con enormes dificultades (Grecia, Portugal, Irlanda y España)", explica Manera, "pero recuérdense los motivos centrales de esa acción: el mantenimiento de los sistemas bancarios a toda costa, en los que los intereses alemán y francés son enormes".

La diferencia entre el Norte y el Sur, entre Grecia y Alemania, es abismal. Pero en el complejo mecano de la UE nadie está completamente solo, ni completamente desarmado. Soler i Lecha y Héctor Sánchez explican en su artículo sobre el país que Grecia "se atrevió a amenazar con vetar la gran ampliación de 2004, que impuso la adhesión de Chipre sin que previamente se hubiera resuelto el conflicto que divide la isla y que consiguió colarse en la zona euro sin estar preparado. Grecia también situó a la UE en 2010 al borde del precipicio y ello llevó al entonces presidente de Brasil, Lula da Silva, a expresar su estupefacción sobre cómo la crisis económica griega podía poner en riesgo a toda la UE”.

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