La salida de la crisis

La UE se resiste a ceder ante Grecia con la mirada puesta en España

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El nuevo Gobierno de Syriza en Grecia, con Alexis Tsipras y Yanis Varufakis al frente, se juega el ser o no ser en una partida con la UE que está marcada por la situación en España. Los socios de la UE, condicionados por las políticas de austeridad que impulsa Alemania, saben que si Syriza obtiene quitas en el pago de deuda (175% del PIB) o consigue aflojar el dogal del rescate que debe aceptar antes Analist, la cuarta economía de la zona euro. De ahí la posición de dureza con Grecia que ha mostrado el Gobierno español y de ahí el eco que levanta cada decisión sobre Grecia de la troika (BCE, Comisión Europea y FMI).

"No creo que haya un plan para echar a Grecia del euro porque sería absurdo, perderíamos todos" asegura el economista José Carlos Díez "sería como escupir contra el viento". "Pero tendrán que aceptar el rescate y sus condiciones; de lo contrario, saldrán del euro. Alemania no ha cambiado de postura desde 2010 y no va a cambiar".

Un análisis crudo

El jefe de opinión  para asuntos de la UE del diario Wall Street Journal, Simon Nixon, fue más crudo en el análisis. En un artículo titulado Por qué la eurozona puede que tenga que sacrificar a Grecia para salvar España, Nixon explicó que los Gobiernos "no están dispuestos a ser generosos con los contribuyentes griegos cuando ya están exprimiendo a sus propios contribuyentesexprimiendo". Según el articulista, en Madrid interesa que la zona euro deje caer a Grecia para frenar el impulso a Podemos, el partido que dirige Pablo Iglesias, y que éstos no pongan en riesgo la recuperación económica.  En ese contexto, explica Nixon "puede que sea necesario para la zona euro sacrificar a Grecia para salvar a España".

El economista Juan Laborda, crítico con la política del Ejecutivo español, da la razón a Nixon porque cree que "la llamativa postura del Gobierno español frente a la cuestión de Grecia responde únicamente a motivos electorales". Sólo así se explica, sostiene Laborda, que el Gobierno de Rajoy no apoye una posición como la griega sobre la deuda que también beneficiaría a España. La deuda pública española camina hacia el 100% del PIB (97% en diciembre) y España cuenta con el mayor déficit primario de la eurozona (diferencia entre ingresos y gastos excluido el pago de intereses).

La posición de Alemania 

Laborda, como buena parte de los analistas, cree que habrá alguna clase de acuerdo con Grecia y que Alemania tendrá que ceder posiciones. "Hay un elemento que aparentemente no cuenta y es el factor geopolítico" asegura laborda "si Alemania no cede, Grecia, con mayoría de ciudadanos de religión ortodoxa puede cambiar de eje y mirar hacia Rusia (país de cultura ortoxa".

También los analistas de Barclays citados por Infobolsa creen que habrá acuerdo. Con una apostilla. "El ascenso de partidos radicales en Europa, como Podemos en España" señalan los analistas de la entidad "no deja demasiado espacio a los políticos de la UE para ser indulgentes con las peticiones de Grecia”.

Juan Ignacio Crespo, economista y analista financiero, comparte la idea de que hay poco margen para la negociación. "Los márgenes que deja la legislación comunitaria y el tratado de Lisboa son pequeños" explica Crespo "pero además, el BCE y Alemania han salido a frenar a Syriza (el partido que dirige Alexis Tsipras) que estaban haciendo una especie de gira triunfal. Ahora se les da el mensaje de que no vayan tan deprisa".

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Presión del BCE

La partida sigue. El Banco Central Europeo presiona al nuevo Gobierno griego para que acepte las condiciones de un otro rescate en febrero mientras las nuevas autoridades piden tiempo. En su encuentro con el ministro alemán Wolfgang Scháuble, el ministro griego Varufakis reclamó, según Europa Press, "un poco de tiempo, la más valiosa de las commodities", para preparar un plan que permita solucionar la crisis de Grecia y en Europa.  "Un acuerdo puente" resumió Varufakis.

"Grecia no quiere un nuevo rescate, quiere un nuevo contrato", aseguró Varufakis, quien, sin embargo, reconoció que "el 67% de los contenidos del actual programa (de rescate) sería válido", aunque apuntó que la parte referida a la sostenibilidad de la deuda se asemeja a "poner el carro delante del caballo".

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