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LOS ABUSOS DE LA BANCA

El récord de Barclays: tres ERE en cuatro años para despedir a 2.700 trabajadores

Los trabajadores de Barclays en España pueden convertirse los próximos días en los protagonistas de una de las infrecuentes huelgas de la banca española, si las negociaciones del despido colectivo que mantienen CCOO y UGT con la dirección de la entidad terminan sin acuerdo. Ya están convocados paros parciales para el próximo día 18 y una huelga a partir del día 23. Llueve sobre mojado: el banco británico ha ejecutado la cifra récord de tres Expedientes de Regulación de Empleo (ERE) en los últimos cuatro años, que terminarán recortando un total de 2.680 empleos. La cifra incluye los 1.120 despidos que acaba de poner sobre la mesa Caixabank tras cerrar hace sólo un mes la compra de Barclays Bank SAU por 820 millones de euros.

Es un tijeretazo considerable si se tiene en cuenta que Caixabank se deshará así de la mitad de la actual plantilla de Barclays. Lejos quedan los tiempos, 2011, en que el banco británico llegó a tener casi 4.200 trabajadores en España. Y una red de 570 sucursales. Tal ha sido la poda de personal que la media de edad de la plantilla no supera los 41 años.

Ahora, tras la venta del negocio minorista, de gestión de patrimonios y de banca corporativa a la entidad que preside Isidro Fainé, Barclays queda reducido en España a la banca de inversión y al negocio de las tarjetas de crédito (Barclaycard). La operación pone casi el punto final a la presencia del banco británico en la Península, que empezó en 1974 y saltó a la primera línea tras adquirir en 2003 el Banco Zaragozano a 'los Albertos' (Alcocer y Cortina), recién condenados por el caso Urbanor.

Desmantelar un equipo muy cualificado

Entonces pagó 1.100 millones de euros por el banco de Alcocer, Cortina y Ram Bhavnani, 300 millones más de los que le ha costado a Fainé una entidad que creció al ritmo de la burbuja inmobiliaria y financieraburbuja inmobiliaria y financiera, para encoger tras su estallido y terminar en franca retirada cuando ya se da por superada la crisis. Desde 2011 Barclays sumó 680 millones de euros en pérdidas. Aunque en mayo, cuando el banco británico puso a la venta sus filiales en el sur de Europa, ya había vuelto a los números negros en España, con unos beneficios de 32 millones de euros.

“La operación aportará un equipo profesional, muy cualificado, centrado en proporcionar una gran calidad de servicio a sus clientes”, proclamó Isidro Fainé el pasado agosto, al dar a conocer la compra de Barclays. Un equipo que va a ser desmantelado en la búsqueda de la rentabilidad.

Si en el ERE de 2013 los despidos dejaron tiritando la red de oficinas, en el de este año los servicios centrales de Barclays van a sufrir el peso del recorte de plantilla. De los 1.120 empleados considerados “excedentes” por la entidad, 640 corresponden a los servicios centrales, el 89% de quienes trabajan en la sede la calle Mateo Inurria de Madrid. Caixabank lo justifica en la duplicidad de plantillas que se produce con sus propios servicios centrales, ubicados en Barcelona.

Así que el temor se ha instalado en las oficinas de la sede madrileña. Sus trabajadores han pedido la revocación del comité de empresa en las negociaciones del ERE. Para los sindicatos no es una situación cómoda. “Lo hemos dejado en manos de los servicios jurídicos", explica Miguel Ángel Ramos, secretario de la sección sindical de UGT, "la mesa de negociación ya está constituida”.

Peores condiciones que en los ERE anteriores

UGT y CCOO no quieren ni oír hablar de despidos. “Barclays no es un banco intervenido, como el Banco de Valencia, sino una entidad saneada que en mayo dio beneficios”, contrapone el responsable de la sección sindical de CCOO, Carlos Villar. Caixabank compró Banco de Valencia por un euro en noviembre de 2012 y a continuación ejecutó un ERE para 795 trabajadores a base de prejubilaciones y bajas incentivadas pagadas con indemnizaciones de 30 días por año de servicio y un tope de 24 meses.

En el caso de Barclays, los sindicatos quieren que todas las salidas sean voluntarias. Consideran desorbitada la cifra de despidos. Hasta ahora, tras seis reuniones, dicen que la empresa apenas se ha movido de su propuesta inicial: 191 prejubilaciones para mayores de 53 años y 150 recolocaciones. A los despedidos les ofrece indemnizaciones de 30 días por año con un tope de 24 mensualidades. Pero rechaza suspensiones de contrato o reducciones de jornada, esas medidas de flexibilidad interna que están pensadas, se supone, para evitar despidos.

Los 30 días por año fue la compensación que en 2013 Bankia ofreció a sus trabajadores en el mayor ERE de la banca española y la que ha servido de modelo para el resto de los despidos colectivos de la banca intervenida. Pero es inferior a la conseguida por los trabajadores de Barclays en sus dos ERE anteriores. El de 2011 se cerró con prejubilaciones para el 80% de los trabajadores afectados y con bajas incentivadas a razón de 45 días por año con un máximo de 43 mensualidades y primas de entre 10.000 y 30.000 euros según la antigüedad. En el de 2013, las indemnizaciones se quedaron ya en 35 días por año con un tope de 24 meses, una prima de 2.000 euros por trienio y otra de 20.000 euros. También hubo prejubilaciones a partir de los 53 años con entre el 80% y el 90% del sueldo.

Una cartera menguada

Las condiciones del ERE que se está negociando se encuentran igualmente lejos de las que Caixabank cerró con sus propios empleados en marzo de 2013. Un total de 2.600 trabajadores dejaron la entidad con prejubilaciones y bajas incentivadas de 45 días por año y un tope de 42 meses. Condiciones precrisis y prerreforma laboral en un banco que ganó 620 millones de euros en 2014, un 23,2% más que hace un año.

Fainé se va a gastar en la reestructuración de Barclays 300 millones de euros. Al tiempo, prevé que la compra se traduzca en unas sinergias de 150 millones, las que le proporcionarán la cartera de 550.000 clientes del Barclays y sus 21.600 millones de euros en activos. Curiosamente, y tras la cura de adelgazamiento que sufrió el banco británico con la gran recesión española, esa cartera tiene el mismo número de clientes con que contaba el Zaragozano cuando lo compró hace 12 años.

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