RECORTES PRESUPUESTARIOS

El gasto público en sanidad, educación y protección social sigue alejándose de la media europea

El Gobierno ha sacado pecho con el proyecto de los Presupuestos del Estado para 2016 porque dedicarán un 53,5% del gasto a partidas sociales. Pero la cifra encoge si se tiene en cuenta que los recortes practicados durante los últimos cuatro años para reducir el déficit público han adelgazado unas cantidades que ya de entrada se hallaban muy lejos de las medias europeas. Según Eurostat, el gasto público español está por debajo de la media, tanto de la UE como de la zona euro, en sanidad, educación y protección social. España sólo figura a la cabeza del continente en prestaciones de desempleo: es el segundo país que más dinero gasta en este capítulo, únicamente superado por Irlanda. No en vano también es el segundo país con mayor tasa de paro, tras Grecia.

El gasto público total español –equivalente al 43,6% del PIB– es cuatro puntos y medio inferior a la media de los Veintiocho de la UE, y está cinco puntos y medio por debajo de la media de la eurozona, según los últimos datos de Eurostat, que se refieren a 2014. Además, respecto a 2013, España ha recortado el gasto público más que sus socios europeos: siete décimas. La UE lo ha reducido cinco décimas y la zona euro, cuatro. Y las distancias se multiplican si se compara el gasto español con el finlandés –supone el 58,7% de su PIB–, el francés –el 57,2% del PIB–, el sueco –53%–, el austriaco –52,3%– y el italiano –51,1%–. España es el décimo país por la cola en gasto público.

Bajando al detalle, el gasto en protección social, que incluye las pensiones, las prestaciones por desempleo, las ayudas a la dependencia y contra la exclusión social, es la partida más abultada de los presupuestos públicos europeos. En 2013, último año del que Eurostat proporciona datos, sumaba el 40,2% del gasto público de la UE. A sanidad los Estados europeos dedicaban entonces otro 14,8% de sus presupuestos, mientras que a educación reservaban el 10,3%.

En comparación, España gasta el 13,6% de su presupuesto en sanidad, 1,2 puntos menos que la media de la UE, y cuatro puntos menos que Holanda o Irlanda, los que más invierten después de Eslovaquia –18,3%–. En educación emplea el 9,1%, también 1,2 puntos menos que la media europea y seis décimas por debajo de la media de la eurozona. Los países que más dinero público emplean en educación son los tres bálticos y Chipre –15,7%–. Portugal gasta cuatro puntos y medio más que España en este apartado en porcentaje de su presupuesto público.

El doble que la UE en prestaciones de desempleo

En protección social, el gasto español es un 39,7% del presupuesto total, cinco décimas menos que la media comunitaria y tres menos que la media del euro. Luxemburgo dedica a este capítulo el 44,4% de su presupuesto público; Dinamarca, el 43,9%; Finlandia, el 43,1%; Francia, el 42,9%, y Alemania, el 42,6%.

Pese a que en la protección social se incluyen las prestaciones por desempleo y España lidera el gasto en este apartado por su cifra récord de parados, el presupuesto público nacional dedicado a estas ayudas está lejos de las medias europeas porque pincha en dependencia, pensiones o atención a las familias. A cuidados de la vejez, que incluyen las pensiones, España destina el 19,8% de su presupuesto público, 1,6 puntos por debajo de la media de los Veintiocho y 2,2 puntos por debajo de la media del euro. Italia es el país comunitario que más dinero dedica a sus jubilados, el 27,6% de su presupuesto. Le siguen Bulgaria –25,9%– y Luxemburgo –25,8%–, por encima de Grecia –24,3%–.

Para pagar las prestaciones de los 5,15 millones de parados españoles, los Presupuestos del Estado reservan el 6,7%, más del doble de la media europea y tres puntos por encima de la media del euro. Sólo Irlanda dedica un mayor porcentaje de su dinero público a este apartado. Dinamarca destina a ayudas de desempleo el 5,9% de su presupuesto estatal. Francia sólo gasta el 3,4%; Italia, un 2,3%.

Recortes del 20% en sanidad y educación

La crisis económica y la política de recortes para reducir el déficit público han repercutido sobre todo en el gasto público en educación y sanidad. Según un informe elaborado por la Fundación BBVA y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE), el gasto público por habitante se ha recortado un 19% en educación desde 2008 hasta 2013, y un 21% en sanidad desde 2009 hasta 2013. En protección social la rebaja ha sido menor, del 2,36%, debido al aumento del número de parados y de pensionistas.

En total, sumadas las tres partidas –sanidad, educación y protección social– España gastó 289.838 millones de euros en 2013, 6.220 euros por habitante. Desde 2009, ha recortado 7.299 millones de euros en educación y 9.933 millones en sanidad: 17.232 millones de euros en cuatro años. Por el contrario, ha aumentado su gasto en protección social un 6,8%: 11.746 millones de euros desde 2009, aunque el gasto por habitante ha crecido menos, un 2,36%: 95,8 euros.

El estudio destaca no sólo que la caída del gasto educativo es mayor que la sufrida por el PIB por culpa de la recesión, sino que, además, el gasto público en educación por habitante en términos reales –descontada la inflación– retrocede en 2013 “a los niveles de principios del siglo”. Por lo que a la sanidad se refiere, el gasto per cápita en términos reales era en 2013, tras los recortes, el mismo que en 2004.

La protección social, en cambio, ha tenido una evolución diferente. Con la crisis, aumentó el gasto en prestaciones de desempleo, por los despidos y las jubilaciones anticipadas incluidas en los Expedientes de Regulación de Empleo (ERE). Y, como cayeron los niveles de renta de los hogares, como recuerda el estudio del BBVA y el IVIE, creció la partida destinada a subsidios sociales. Así, el gasto en protección social como porcentaje del PIB se mantuvo estable alrededor del 13% entre 2002 y 2007, con la economía en plena expansión, pero se disparó al estallar la crisis hasta el 18% en 2013: 184.439 millones de euros. Para hacerse una idea de las magnitudes baste decir que España se gasta en prestaciones de paro, jubilaciones, dependencia y ayudas contra la exclusión social 3.958,49 euros –constantes– por habitante, casi cuatro veces y media más que en educación –909,85 euros– y tres veces más que en sanidad –1.352,26 euros–.

En cualquier caso, y pese a la recuperación, los recortes van a continuar. Al menos a tenor de las previsiones incluidas en el Programa de Estabilidad hasta 2018 presentado por el Gobierno en Bruselas el pasado mayo. Sanidad, educación y protección social perderán peso en el PIB: el gasto sanitario pasará del 6% al 5,3% en tres años, el educativo caerá del 4% al 3,9% y la protección social será el que más sufrirá: del 17,6% del PIB al 16,4%.

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