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Las razones que explican las dudas sobre el sistema bancario europeo

Las dudas sobre el sistema bancario que tiñen de rojo las bolsas europeas

El sector bancario experimenta una progresiva caída de cotización en los principales índices bursátiles europeos. En lo que va de año se ha dejado en los parqués casi un tercio de su valor, sufriendo este jueves un desplome del 6% que lo ha situado a niveles de verano del año 2012, justo después del rescate del sistema bancario español. El hundimiento de la banca tiñó de rojo las principales Bolsas europeas: el Ftse MIB de Milán se desplomaba un 5,63%; el Cac 40 de París se dejaba un 4,05%; el Dax de Fráncfort caía un 2,93%; y el Ibex 35 retrocedió un 4,98%, situando el índice bursátil por debajo de la barrera de los 8.000 puntos básicos.

De entre todos, los desplomes en la cotización más importantes los registraron algunos de los principales bancos europeos: los franceses Société Générale (-12%) y Crédit Agricole (-6,60%); los italianos Unicredit (-7,03%) y Banca Monte dei Paschi (-9,88%); el alemán Deutsche Bank (-6,14%); o los españoles Santander (-6,87%) y Bankia (-7,64%). Unas caídas que se han ido repitiendo a lo largo de los últimos días, dejando en el aire el temor a nuevos coletazos de la actual crisis económica y la duda sobre la estabilidad del sistema bancario europeo. Pero, ¿cuáles son los motivos que explican el retroceso de la cotización del sector financiero en el Viejo Continente?

Tipos bajos, modelo de negocio e influencia exterior

“El hecho de que las caídas en los valores sean altas parece que se deriva del propio clima económico general que existe en este momento”, explica a infoLibre en conversación telefónica Julio Rodríguez, vocal de Economistas Frente a la Crisis. Sin embargo, el experto se atreve a trazar algunas líneas para explicar la situación actual del sistema bancario europeo: "Hay un trasfondo de tipos de interés muy bajos, que reducen el margen de beneficio de los bancos, la persistencia de altos niveles de morosidad y la deuda pública con la que están cargando las entidades financieras, así como las oscilaciones en su valor", apunta, y añade a estos motivos la situación que atraviesa Deutsche Bank. "Da la impresión de que la banca europea está soportando mal todo este contexto generalizado de crisis que empezó a apuntarse el pasado verano, con la caída de las bolsas chinas y la bajada de las materias primas", afirma.

En la misma línea se posiciona Santiago Carbó, catedrático de Economía de la Bangor University e investigador de Funcas, quien señala que existe una "crisis de rentabilidad de la banca" causada "por los bajos tipos de interés actuales y la sobreoferta bancaria". "En un entorno de tipos cero e incluso negativos, ¿de dónde generas rentabilidad? De ningún sitio", completa Javier Santacruz, investigador en la Universidad de Essex. "En estos casos", destaca, "las entidades tienen que recurrir a las comisiones sobre los clientes o a reforzar la posición dentro del mercado de los fondos de inversión".

Santacruz también hace hincapié en otras dos posibles causas de la caída bursátil de los bancos: la ausencia de un modelo de negocio y la exposición de las grandes entidades a los mercados emergentes. "Los bancos están ganando cada vez menos dinero. La banca europea carece de un modelo de negocio consolidado, claro e interesante a medio y largo plazo", dice, y resalta que los modelos "más innovadores" se encuentran "muy penalizados" y con una "enorme presión regulatoria". Entre las economías en crecimiento, señala a "Rusia, Turquía o el sudeste asiático".

Una influencia exterior sobre la que también pone el foco Rodríguez, sobre todo en el desplome del precio del petróleo: "Las pérdidas de las empresas ligadas al crudo acaban afectando a las propias cotizaciones bursátiles", explica, apuntando al caso español de Caixabank, "que tiene un paquete importante de acciones de Repsol que han sufrido importantes pérdidas". Una caída de valor progresiva –el crudo ha retrocedido seis dólares desde que comenzó el año– que el pasado miércoles también golpeó los índices de medio mundo y que sitúa el precio del barril de Brent en los 31 dólares. “Este clima pesado de miedo a una recesión parece que está repercutiendo bastante en la banca”, completa.

El arrastre de Deutsche Bank

Los tres expertos señalan que las dudas que están surgiendo en torno a algunos de los grandes bancos europeos producen un efecto contagio sobre el resto de las entidades financieras. "De nuevo, hay contagio. Las sospechas sobre unos afectan al resto", apunta Carbó en conversación con este diario. "En estos casos, generalmente se produce un efecto rebaño: afecta a todo el mundo", reitera Santacruz. En concreto, los economistas hacen referencia a la actual situación del gigante alemán Deutsche Bank, que reveló el pasado mes de enero que había cerrado el año 2015 con unas pérdidas de 6.800 millones de euros, el peor registro de toda su historia.

"Que un banco tan grande tenga unos resultados tan negativos tiene un efecto catalizador", señala Rodríguez, añadiendo a renglón seguido que "los malos resultados y las incertidumbres de si puede hacer frente o no a los intereses de los bonos que tiene que cubrir este año" están afectando "sin ninguna duda al conjunto del sistema bancario europeo": "Ahora, además, tiene que hacer frente a unos pagos muy importantes por unos títulos que tiene emitidos”, continúa. El banco sistémico –entidad de gran tamaño e importancia en el mercado–, que desde que presentó sus resultados ha caído progresivamente en Bolsa, trató de defenderse a comienzos de febrero de las dudas sobre su capacidad de afrontar sus obligaciones: “¡Estamos en condiciones de pagar!”, apuntaron en un comunicado remitido a inversores y empleados.

Pero no fue suficiente. En otra nota, el banco que preside desde el pasado julio John Cryan culpó de todos sus males a la política de expansión monetaria del Banco Central Europeo (BCE). En concreto, acusó a su presidente, Mario Draghi, de ser el responsable, junto al Banco de Japón, de empujar a los inversores hacia la compra de deuda pública, sacándolos de los mercados bursátiles; de aumentar la cotización del dólar y hundir el precio del petróleo, y de aumentar el riesgo de una "devaluación desordenada" de la moneda china.

Draghi no ha hecho mucho caso a Cryan, que coincide en su rechazo a estos estímulos con el Bundesbank, el guardián de la ortodoxia monetaria. El pasado día 1 el presidente del BCE elogió la eficacia de la política que puso en marcha en 2014. Sin ella, aseguró, la eurozona habría caído en deflación el año pasado y el PIB comunitario habría subido un punto porcentual menos cada ejercicio entre 2015 y 2017. Así que el italiano ya ha anunciado una nueva ronda de estímulos monetarios en marzo, precisamente para hacer frente a los mayores riesgos procedentes de los países emergentes y a la débil inflación.

También se vio obligado a posicionarse al respecto el Ejecutivo alemán. Así, el ministro germano de Finanzas, Wolfgang Schäuble, se mostró confiado en una entrevista concedida a Bloomberg y dijo no tener “ninguna preocupación” sobre el estado de Deutsche Bank. Sin embargo, Javier Santacruz recuerda que el banco "tiene un agujero patrimonial importante y está ligado a economías que estaban cayendo a plomo". Además, sus "apuestas de inversión" durante los últimos años "no le han salido bien". Sin embargo, ninguno de los dos economistas cree que la entidad alemana sea "el nuevo Lehman Brothers". "Si Deutsche Bank necesita ayudas, se le aportarán. No creo que se le deje caer", asegura el vocal de Economistas Frente a la Crisis. “El contexto económico era diferente en 2008. En aquel momento había una restricción de liquidez, algo que actualmente no pasa”, afirma el investigador en la Universidad de Essex.

Carbó, por su parte, no considera que el gigante germano sea el único culpable de los desplomes bursátiles. "En Alemania, Italia y Francia también hay otras entidades que siempre despertaron dudas", apostilla. En este sentido, recuerda las caídas del banco francés Société Générale, que este jueves se dejó en el parqué casi un 12% y que también publicó unas cuentas decepcionantes al cierre de 2015, en las que el beneficio aumentó gracias a la venta de participaciones y donde ya alertó de que el resultado de este año puede situarse por debajo de los objetivos.

La “dudosa” salud de la banca europea

Así, los tres expertos se cuestionan el estado de salud de las entidades financieras europeas. "Es bastante dudoso. Aunque el Banco Central Europeo (BCE) ha asumido el papel de supervisor único, aparecen indicios de que la banca italiana e, incluso, la alemana, tienen serios problemas", explica Julio Rodríguez. "Muy poca gente dudaba del sistema financiero germano", advierte Santacruz, quien añade que ha habido una mejoría "aparente" de la banca en el Viejo Continente, cuya solidez se encuentra en estos momentos "en el punto de mira tras siete años de liquidez que han dejado al descubierto un problema": "No ha sido suficiente para hacer frente a los compromisos y a una reducción de deuda ordenada", resume.

"Es mejor que hace unos años, pero está llena de lagunas específicas que están castigando a todos en medio de una presión regulatoria creciente", apunta al respecto Carbó. A su juicio, en el caso italiano "la falta de saneamiento es considerable y la solución del banco malo ha sido poco transparente y va a estar poco monitorizada por el supervisor único europeo". Rodríguez, por su parte, añade que el propio sector “se queja de que la sobrerregulación y las exigencias de recursos propios les está dejando menos beneficios”. "La situación de los bancos es un reflejo del clima de incertidumbre sobre una nueva recesión", concluye.

El escenario español

Las principales entidades financieras nacionales también se vieron arrastradas por la tónica general de caídas. En concreto, la cotización de grandes entidades como BBVA, Banco Santander o Sabadell están registrando una tendencia negativa los últimos meses. Los economistas consultados por este diario reconocen que la actual situación tendrá influencia sobre la economía española y la senda de la recuperación, tan mencionada por el actual Ejecutivo conservador. "No son buenas noticias. El sector bancario es muy importante en bolsa y en el tejido productivo y los mecanismos de financiación", señala en este sentido Carbó.

"La presencia de un clima recesivo exterior y estos resultados en las bolsas indudablemente no favorecen la demanda interna y pueden perjudicar a las exportaciones", señala el vocal de Economistas Frente a la Crisis. Javier Santacruz, por su parte, explica que las caídas bursátiles "afectan de una forma importante", sobre todo pueden provocar “una elevación importante de la prima de riesgo" que propicia la "restricción del mercado". "También pueden tener consecuencias laborales, con ajustes de plantilla dentro de las grandes empresas y de los bancos", añade.

El hundimiento de la banca arrastra a las bolsas europeas

Sobre la situación del sistema bancario español, el catedrático de Economía de la Bangor University asegura que "sufre igual que el resto por el tema de la rentabilidad pero, hoy por hoy, es muchísimo más transparente que otras entidades y sectores europeos"·. Rodríguez apunta que, aunque "no presenta indicios de alarma por ningún lado", el grado de eficiencia de los bancos españoles es "muy mejorable” y todavía presentan “unos gastos generales bastante altos". Sólo pondría la lupa sobre Banco Popular, que registró en 2015 una caída de beneficio del 68% y se encuentra entre las 10 peores recomendaciones a escala mundial. "No tiene una posición suficientemente sólida. Ahora mismo está viviendo de las rentas del pasado", afirma Santacruz.

Otra de las preguntas en el aire es si este clima ejercerá presión a la hora de efectuar en España fusiones bancarias, unos movimientos que las entidades financieras iban a ir concretando en el primer semestre del año, pero que han decidido retrasar hasta que se despeje el actual panorama político. Tanto el vocal de Economistas Frente a la Crisis como el investigador en la Universidad de Essex no dudan en que se producirán.

"Si el coeficiente de eficiencia es mejorable, ésta es una vía de mejora", afirma Julio Rodríguez, quien cree que se producirá "algún caso en 2016" entre los bancos grandes de España y los de menor tamaño que presenten problemas. Santacruz, sin embargo, opina que las fusiones se realizarán a escala internacional, "entre bancos extranjeros y españoles". Santiago Carbó, por su parte, considera que "es muy pronto para hablar de fusiones": "Primero habrá que salvar esta situación del mercado", concreta. "Además, la estabilidad política es también muy importante para que se desarrollen en un clima institucional adecuado", finaliza.

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