Desempleo

Llevar dos años en el paro reduce a un 12% la probabilidad de encontrar un empleo

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El Gobierno ha prorrogado este lunes, por décima vez desde su creación en 2011, el Plan Prepara, las ayudas de 400 euros para los parados de larga duración que hayan agotado el resto de las prestaciones públicas. Son seis meses más, de momento y hasta que la tasa de desempleo baje del 20%. Según la última Encuesta de Población Activa (EPA), en diciembre de 2015 era del 20,9%. El Ministerio de Empleo ha facilitado sólo las cifras de quienes se han beneficiado de esta ayuda, ligada a un programa de recualificación profesional, desde que el PP llegó al Gobierno: 639.248 personas. Tan sólo una pequeña parte de los 2,16 millones de parados de larga duración que hay en España, desempleados que llevan más de un año sin trabajar.

Representan el 14% de la población activa, el mayor volumen en un país de la Unión Europea excepto Grecia, y cinco veces la media de la OCDE. La duración e intensidad de la crisis han agravado un fenómeno crónico del mercado laboral español: el alto nivel de desempleo estructural. El promedio de la tasa de paro en España desde 1976 nunca ha descendido del 16,4%.

Pues bien, el paro de larga duración no ha hecho más que aumentar durante toda la crisis, y sólo ha comenzado a reducirse en el último trimestre. En realidad, únicamente ha caído el número de los parados que menos tiempo llevan sin trabajar, mientras engorda y se enquista una bolsa de desempleados cuyas probabilidades de regresar al mundo de trabajo disminuyen cada día que pasa. Así, el 70% de los desempleados de larga duración llevan más de dos años sin encontrar un empleo. Son 2,08 millones de personas. Más de la mitad, 1,1 millones, no han trabajado durante al menos cuatro años, según la EPA.

“Ni las reformas ni la recuperación han mejorado las perspectivas de empleo de los parados de larga duración”, se lamenta Marcel Jansen, investigador de Fedea y uno de los autores del informe El legado de la crisis: el mercado de trabajo español y las secuelas de la gran recesión. Tal es así que las probabilidades de que un parado de muy larga duración  –dos años sin trabajar– encuentre un empleo son únicamente del 12%, según los cálculos incluidos en el estudio. Sólo dos puntos porcentuales más que en 2013, el peor momento de la recesión y cuando las probabilidades se hundieron hasta un mínimo del 10%.

Un mayor de 50 años necesita tres años y medio

El dato significa que un parado de muy larga duración tardará ocho trimestres en hallar un trabajo, dos años más que sumar a los dos previos que, como mínimo, ya acumula en su currículo. Demasiado tiempo en términos laborales y en coste personal.

Aunque puede ser peor. Las probabilidades de encontrar un empleo de los parados de larga duración que carecen de estudios secundarios no se ha movido un milímetro desde 2011: el 10%. Es decir, necesitarán dos años y medio para volver a trabajar. En 2008 era del 25%. La probabilidad de los mayores de 50 años es aún menor: sólo el 7,5%, menos de la mitad que antes de la crisis. Necesitarán 14 trimestres, tres años y medio, para regresar al mercado laboral, de acuerdo con los cálculos de Jansen. Para quienes llevan más de cuatro años sin trabajar, la probabilidad es del 8,4%.

El informe de Fedea confirma con cifras la lógica de que, a más tiempo en el paro, más difícil resulta salir del él. Llevar dos años sin trabajar reduce en 13 puntos porcentuales la tasa de salida de desempleo. Ese factor tiene mayores efectos negativos que la ausencia de estudios superiores o la edad. La falta de experiencia laboral reduce ocho puntos porcentuales la probabilidad de dejar el paro, tener más de 50 años le resta cinco puntos. Para un hombre mayor de 50 años, con experiencia laboral y educación secundaria superior, estar dos años sin trabajar se traduce en que tendrá un 50% menos de probabilidades de regresar al mercado laboral, destaca Fedea.

En EEUU, con 27 semanas sin trabajo basta

Marcel Jansen cree que España no es consciente de la envergadura del problema. Con las tasas de salida del desempleo actuales, aún por debajo de las existentes en 2008, quien antes de la crisis tenía un 30% de probabilidades de salir del paro ahora sólo posee un 10%. A ese ritmo, “será muy difícil rebajar la tasa de paro a niveles europeos con una bolsa de parados de larga duración tan grande”, advierte. El investigador de Fedea recuerda que en Estados Unidos un parado de larga duración es aquél que lleva sólo 27 semanas sin trabajo y que allí sólo se encuentra en esa situación el 4% de la población activa, casi cuatro veces menos desempleados que en España.

Es más, la recuperación económica ha permitido un descenso en la tasa de paro de 4,6 puntos porcentuales, explica el informe de Fedea, aún lejos de los 19 puntos que ésta subió hasta alcanzar el máximo del 26,9% en el segundo trimestres de 2013. Traducido en puestos de trabajo, aún habría que crear 2,4 millones de empleos para recuperar el nivel previo a la crisis.

Sobre las causas que convierten a un trabajador en un parado crónico, el estudio avanza primero un perfil de los que Marcel Jansen teme que puedan convertirse en “víctimas vitalicias” de la crisis. El 54,8% de los parados tienen como única formación el título de ESO. Y el 28,7% de los desempleados que llevan más de un año sin trabajar son mayores de 50 años. Por un lado, la falta de formación adecuada dificulta el regreso al mercado laboral. Por otro, los empresarios son reacios a contratar a trabajadores de una cierta edad, pese a su experiencia y aunque acepten salarios más bajos. También se resisten a emplear parados que llevan mucho tiempo sin trabajar.

Con el tiempo, la motivación del parado decae, también la intensidad con la que busca empleo. Con más de dos años en el dique seco, la probabilidad de que un parado se desactive aumenta en 3,5 puntos porcentuales para los hombres y cuatro puntos para las mujeres. Si cada año abandonan el mercado laboral el 10,86% de los trabajadores ocupados con más de 50 años, entre los parados de esa edad el porcentaje se triplica.

No recuperan la estabilidad ni el salario perdidos

Pero encontrar trabajo tampoco significa necesariamente recuperar la estabilidad y el salario perdidos. Quienes llevaban menos de un año en el paro en diciembre de 2010 y volvieron a trabajar, sólo consiguieron empleo durante un máximo del 20% de los 36 meses siguientes. Quienes superaban el año desempleados, sólo trabajaron el 10% de ese tiempo. Es decir, accedieron trabajos temporales y bastante breves. Según Fedea, sólo el 2,5% de las transiciones del desempleo al empleo  –da igual si de parados de corta o de larga duración– fueron hacia un trabajo indefinido. A su juicio, las reformas laborales de 2010 y 2012 han “beneficiado principalmente la creación de puestos de trabajo temporales”.

El informe también destaca que apenas un 3,5% de los parados de larga duración se decidieron a convertirse en autónomos: los bancos no les conceden créditos y, cuando agotan la prestación contributiva –se puede cobrar durante un máximo de dos años– ya no hay posibilidad de capitalizarla para poner en marcha un negocio.

De entre los despedidos de la crisis, Fedea dedica un capítulo a los procedentes del desplome de la construcción. Casi 1,7 millones de puestos de trabajo se perdieron en el sector. El 17% de los parados de larga duración pertenece a la construcción, más del doble del porcentaje de ocupados empleados en el sector, el 6%. Y su regreso al mercado laboral es 20 puntos más difícil que el del resto de los trabajadores. También más precario: quienes consiguieron un empleo tras perderlo antes de diciembre de 2010, han trabajado menos del 50% del tiempo que ha durado la recesión (2011-2014). Sólo pudieron acceder a un contrato indefinido el 25%, 25 puntos menos que los parados de otros sectores. De los desempleados de la construcción registrados en diciembre de 2014, el 70% llevaba más de dos años sin trabajar. Y sólo el 37,4% cobraba una prestación. De éstos, el 64% percibía un subsidio de 426 euros.

Políticas activas de empleo que no están a la altura

El mismo día que el Gobierno anunciaba la prórroga automática del Plan Prepara, el Consejo de la UE aprobó una propuesta de la Comisión Europea para “fortalecer los servicios de apoyo” a los parados de larga duración. El plan ordena una evaluación individual de las capacidades y necesidades cada desempleado y un “acuerdo de integración laboral”, que debe firmarse como máximo al año y medio de quedarse sin trabajo. Marcel Jansen cree que sin un programa que diseñe “soluciones a medida” para este tipo de parados crónicos, no podrá solucionarse el problema.

En España, el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), el antiguo Inem, carece de recursos humanos e incluso de herramientas para evaluar los perfiles de los parados. “Su papel es residual como intermediario en el mercado laboral”, concluye el informe de Fedea. Apenas gestiona el 2% e las ofertas de empleo, según cifras del propio Ministerio de Empleo. “La activación [del parado] suele comenzar tras varios años en el desempleo”, explica el documento, “los programas ofrecidos son demasiado genéricos y no suele haber ninguna evaluación sistemática de su impacto”.

Así ha cambiado el mercado de trabajo en la última década

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Jansen critica el diseño de las políticas activas de empleo, que priman las bonificaciones a los contratos y han obviado las “soluciones estructurales a los problemas de empleabilidad”. El investigador de Fedea no rechaza que se incentive a las empresas para que contraten a los mayores de 50 años, pero reclama que se centren los esfuerzos, y los presupuestos, en dar formación a los jóvenes y los trabajadores procedentes de la construcción.

También apoya el recurso a las agencias privadas de colocación, que no se han puesto en marcha hasta el pasado mes de diciembre en el ámbito estatal, pese a que el modelo intentó implantarse en 2010 y el acuerdo de marco de colaboración de éstas con el SEPE se firmó en 2013. En todo caso, el número de desempleados cuya colocación se les ha encargado es muy pequeño. En el primer concurso convocado para colocar a los beneficiarios del Plan Prepara, las agencias recibirán 41,66 millones de euros por encontrar empleo a 10.927 parados, sólo el 1,7%sólo el 1,7% de quienes han accedido a esta ayuda desde 2012.

Tampoco ha tenido mucho éxito un segundo plan creado por el Gobierno para ayudar a los parados de larga duración, igualmente ligado a la recualificación profesional y denominado Programa Extraordinario de Activación para el Empleo. Está destinado a quienes hayan agotado el Plan Prepara y sus requisitos son tan estrictos que sólo ha beneficiado al 30% de los perceptores potenciales. El Gobierno calculaba que 450.000 parados se acogerían a esta ayuda, pactada con los sindicatos y la patronal. Sin embargo, hasta el momento sólo 135.978 personas han conseguido los 426 euros, que llevan en marcha desde el 15 de enero del año pasado y concluye el próximo 15 de abril.

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