Empleo juvenil

Cerca del 80% del empleo juvenil temporal en España es involuntario

El Gobierno destinará 3.500 millones al empleo juvenil

La gran mayoría del empleo juvenil y temporal en España, hasta cerca del 80%, es involuntario. Así lo recoge el informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) Perspectivas sociales de empleo en el mundo: jóvenes. Aunque muchos de los países europeos, especialmente los que sufrieron un mayor impacto en la recesión económica, presentan altas cifras de temporalidad e involuntariedad entre su empleo juvenil –Portugal (67,9%), Grecia (60,5%), Polonia (53,3%), Finlandia (52,2%) o Italia (46,1%)– son Chipre, Rumanía y España los que arrojan el porcentaje más elevado de jóvenes que se ganan la vida en trabajos temporales de forma involuntaria.

Los trabajadores involuntarios son aquellos que aceptan empleos temporales o a tiempo parcial por necesidad, pero que desearían trabajar a tiempo completo o con un contrato indefinido. Según el informe, este tipo de empleos están asociados con salarios más bajos, acceso limitado a la formación, estancamiento en la promoción profesional y menores niveles de protección social, factores que, según la OIT, socavan las perspectivas de los jóvenes en el mercado laboral.

Además de en las cifras de empleo temporal, España se sitúa también a la cabeza de los países con más jóvenes empleados de forma involuntaria en los trabajos a tiempo parcial. De esta manera, Grecia y España, con un 60% de empleo juvenil involuntario a tiempo parcial, sólo son superados por Rumanía e Italia, que alcanzan el 70%.

Sólo el 29,6% de los inscritos en el Sistema de Garantía Juvenil consiguió un empleo en 2016

Sólo el 29,6% de los inscritos en el Sistema de Garantía Juvenil consiguió un empleo en 2016

Otro de los datos alarmantes publicados por la OIT se corresponde con la población joven que se encuentra en riesgo de pobreza. Mientras que la media europea se sitúa en el 12,9%, en países como Grecia, Rumanía o España ese porcentaje supera el 20%. Esto se debe, precisamente, a las condiciones que la organización asocia a los trabajos temporales y parciales, cuyos ingresos no son suficientes para salir del riesgo de pobreza. Además, esta situación se agrava en los llamados países en vías de desarrollo, donde, según denuncia la OIT, los jóvenes se ven obligados a trabajar para complementar los ingresos de sus hogares, lo que complica su acceso a mejores empleos. 

La falta de oportunidades de empleo viable se traduce, según la organización, en un incremento de jóvenes que ni estudian ni trabajan. Las altas tasas de desempleo y el aumento de la complejidad de la transición de los estudios al empleo provocan cada vez más jóvenes se encuentren en esta situación, lo que puede acarrerar un "deterioro de sus competencias, subempleo y disuasión". Además, el informe señala que en los países desarrollados la proporción de jóvenes que ni estudian ni trabajan crece radicalmente a medida que su edad aumenta.

Las brechas de género y la desigualdad también son un problema que persiste en el mercado laboral entre los jóvenes. En la actualidad, la tasa de actividad de la mano de obra entre los hombres es del 53,9%, mientras que entre las mujeres  la tasa asciende al 37,3%, lo cual implica una brecha de 16,6 puntos porcentuales. En el 2000, esta misma brecha era de 17,8 puntos porcentuales –el 62% de los hombres jóvenes en comparación con el 44,2 por ciento de las mujeres–.

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