El Gobierno admite que el aumento del tipo mínimo del impuesto de sociedades se prolongará varios ejercicios

La vicepresidenta del Gobierno en funciones, Soraya Sáenz de Santamaría, ha admitido este viernes la intención del Gobierno de prolongar de cara a los próximos años el aumento del tipo mímo del pago fraccionado del Impuesto sobre Sociedades "a efectos del cierre más ordenado de los ejercicios presupuestarios", según ha informado Europa Press. 

Tras la reunión del Consejo de Ministros, Santamaría defendió que este pago mínimo, con el cual el Gobierno pretende recaudar 6.000 millones de euros más durante el próximo ejercicio, ya existía con anterioridad y se suprimió en 2016, produciendo un "salto de recaudación". De hecho, los ingresos por el Impuesto sobre Sociedades están cayendo a cifras de doble dígito desde el comienzo del presente año.

En opinión de la vicepresidenta, un "esquema permanente" del tipo mínimo del pago fraccionado "no afectaría en principio a lo que tienen que pagar las empresas definitivamente", sino que solo se trata de "ordenar" el cierre presupuestario de los diferentes ejercicios económicos.

"El esquema de pagos fraccionados ya existía con anterioridad y lo que se plantea es la posibilidad de que más allá de 2016 pueda permanecer en el tiempo", aseguró, añadiendo que no se trata de una subida del Impuesto sobre Sociedades, sino de aplicar "un sistema de gestión tributaria" adoptado ya con anterioridad.

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Según ha explicado Santamaría, estos cambios deberían aprobarse antes del 15 de octubre, fecha en la que el Gobierno debe remitir a Bruselas el nuevo plan presupuestario, así como las medidas para cumplir con el déficit. 

La medida, que contempla un incremento de dicho tipo desde el 12% actual hasta entre un 20% y un 25% sobre el resultado contable, se aplicará únicamente a las empresas que facturen más de 20 millones de euros al año (unas 4.400 empresas).

El Ejecutivo prevé ingresar entre 6.000 y 7.000 millones de euros adicionales anualmente para poder enjugar las cifras del déficit, en un momento en el que los ingresos por pago fraccionado de las empresas está cayendo más del 50% como consecuencia de la rebaja del impuesto y por la desaparición de este tipo mínimo del 12% (que estuvo en vigor entre 2012 y 2015).