DENUNCIA DE FILTRACIÓN

Interior archiva la investigación de una filtración en el examen a policía pese a la similitud con las pruebas de una academia

La oposición de 2016 ofreció 2.740 plazas de policía en la escala básica.

El Ministerio del Interior ha investigado una posible filtración de los test psicotécnicos de las oposiciones al Cuerpo Nacional de Policía convocadas en 2015 y que se realizaron en 2016. El pasado diciembre un opositor denunció de forma anónima, mediante una carta dirigida al entonces titular del departamento, Jorge Fernández Díaz, que los mismos tests psicotécnicos que él suspendió el 4 de junio de 2016 habían sido repartidos “cuatro días antes” como ejercicio de preparación en una academia de Madrid llamada Legispol.

Según detalla el denunciante en su carta, a la que ha tenido acceso infoLibre, en los cuatro tests con los que practicaron los alumnos de la academia se incluían el 80% de las preguntas” de los dos exámenes oficiales. En algunos casos el enunciado era idéntico, en otros no sólo la respuesta correcta sino también las opciones erróneas.

Por ejemplo, tanto el test de Legispol como el oficial preguntan por el sinónimo de un adjetivo: “lacio”. Y proporcionan como solución correcta la misma palabra: “mustio”. Ambos exámenes piden completar la analogía “herida es a hemorragia como…” y dan idéntica respuesta: “desnutrición a enfermedad”. “¿Cuál es la palabra que sobra?” inquieren el test de la academia y el real entre una lista de sustantivos. Las respuestas ofrecidas son “baobab”, “zopilote” y “armadillo” en el examen oficial, y “jerbo”, “zopilote”, “ajolote”, “baobab” y “armadillo” en el de Legispol. La correcta es “baobab”. En otras dos preguntas, la redacción es idéntica a excepción de los nombres propios utilizados: En el test oficial son “Pedro y Pablo”, en el de la academia son “David y Yael” los que “comparten una cierta cantidad de dinero, en la proporción 4 a 5”. Uno de ellos recibe exactamente la misma cantidad en ambos casos: 120 euros. La respuesta correcta es 216 euros, pero también es idéntica una de las falsas en las dos preguntas: 226 euros.

Lo mismo ocurre con la redacción y las cantidades de otro apartado con idéntico esquema: en el primero son “Ana, Bea y Carol” las que “tienen una cierta cantidad de dinero”. “Ana tiene un tercio más que Bea, que tiene un tercio más que Carol. Entre todas ellas tienen 185 euros. ¿Cuánto dinero tiene cada una de ellas?”. En el de la academia, los nombres son José Pablo y Rodrigo. El resto está redactado exactamente igual, comas incluidas. Además, el denunciante aporta semejanzas en ejercicios de capacidad espacial, con figuras geométricas, y matemáticos.

El denunciante destaca en su carta al ministro que todos los alumnos de Legispol que se presentaron a la prueba “doblaron la nota de corte”.

“Es difícil que no se parezcan”

Estos exámenes los elabora la División de Formación y Perfeccionamiento de la Policía Nacional. Según destaca el denunciante en su escrito, son elaborados cada año “desde cero”, “son nuevos y originales” en cada nueva convocatoria. Por lo que no pudieron haber sido realizados, protesta, a partir de otros anteriores.

Tras recibir la denuncia, la División de Formación elaboró un informe y descartó que las coincidencias entre ambas pruebas se debieran a la filtración de los tests. “Los centros de preparación de oposiciones a la Policía Nacional se proveen de cuestionarios diversos de tests, por lo que resultará de gran dificultad crear un examen que, en cierta medida, no se asemeje a los que habitualmente se practican en dichos centros”, concluye el informe, según explicó un portavoz de Interior a preguntas de infoLibre. “Este tipo de cuestionarios”, añade, “son los habituales para medir perfiles de selección de personal, bien sea de funcionarios o de personal para empresas públicas o privadas”. El portavoz invitó al denunciante a salir del anonimato denunciando la supuesta filtración en los tribunales, ya que de ser ciertos los hechos "serían delito".

Este periódico ha comparado los tests aportados por el denunciante con los utilizados por otras academias que preparan a los opositores a policías. Aunque el tipo de prueba coincide –analogías, series numéricas, sinónimos/antónimos, etcétera–, no lo hacen ni la redacción de la pregunta ni tampoco las palabras o números escogidos para cada una de ellas.

Propiedad del ex jefe de gabinete del director de la Policía

La academia Legispol es propiedad de Ana Pardo, esposa de Pedro Agudo Novo, que trabajó como jefe de gabinete del exdirector de la Policía Ignacio Cosidó, entre enero y septiembre de 2012. Pedro Agudo tuvo que dimitir tras descubrirse que su mujer poseía una academia donde se preparaba a futuros agentes de policía. Según publicó en su día El Mundo, el 100% de la empresa es propiedad de Ana Pardo, y se creó en 2009 cuando Pedro Agudo era jefe de gabinete del comisario Enrique Barón, entonces jefe superior de Policía de Madrid, a las órdenes de Francisco Granados. El ex jefe de gabinete explicó que sus funciones se limitaban a coordinar los planes de estudio e impartir clases.

En su página web, Legispol presume de que el 99% de sus alumnos aprobaron la prueba psicotécnica en la oposición de 2015 para la escala básica. También destaca que el 95% de su profesorado está compuesto por miembros de la Policía Nacional.

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Ana Pardo ha negado a infoLibre la filtración de los psicotécnicos. Asegura que los profesores –“todos policías colaboradores con sus contratos legales”, puntualiza– traen sus propios materiales, pero niega que su procedencia sea ilegal. “Las preguntas de los tests corren por toda la red de Internet”, explica, por lo que es posible que “se haya acertado alguna pregunta”. “No tenemos nada que ocultar”, zanjó Ana Pardo.

Las oposiciones para entrar en la Academia de la Policía de Ávila se componen de tres pruebas. La primera es de aptitud física, y la segunda, de conocimientos y ortografía. La tercera se compone de un reconocimiento médico, una entrevista personal y, finalmente, los tests psicotécnicos. Sólo de forma voluntaria se puede pasar después un examen de idiomas, inglés o francés. De modo que los exámenes psicotécnicos son el último obstáculo para aprobar, tienen un nivel medio/alto y es la prueba más temida por los opositores. Su finalidad es determinar las aptitudes –“inteligencia general”, precisa la convocatoria– del aspirante.

En la convocatoria de oposiciones de 2015 se ofrecieron 1.374 plazas, de las que 75 se reservaron a militares profesionales. Se presentaron 58.000 aspirantes. En 2016 la oferta fue mayor, 2.615 plazas, 522 para militares.

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