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Las ventajas fiscales de la banca (3)

Las cuentas de Bankia en 2015 y 2016: 1.490 millones en beneficios y cero euros en impuesto de sociedades

El presidente de Bankia Ignacio Goirigolzarri (izda.) saluda al expresidente de BMN Carlos Egea.

Bankia reclamó a Hacienda un total de 347,2 millones de euros en devoluciones por el impuesto de sociedades entre 2015 y 2016. De esa cantidad, 344,88 millones corresponden a la Hacienda del Estado y el resto, a las forales vasca y navarra. Según las declaraciones de ese impuesto a las que ha tenido acceso infoLibre, el banco nacionalizado. Esa cantidad reclamada en la liquidación anual se corresponde exactamente con la cifra que la entidad financiera había ingresado en Hacienda por adelantado, a través de pagos fraccionados y retenciones a cuentas. Por tanto, en términos netos, Bankia no abonó ni un sólo euro por el impuesto de sociedades en esos dos ejercicios.

En 2015 y 2016, Bankia obtuvo unos beneficios de 1.050,38 millones de euros en 2015 y de 493,9 millones en 2016. En total, 1.490,28 millones de euros.

La única forma de saber cuánto ha pagado una empresa o un banco por el impuesto de sociedades es consultando los documentos que presentan ante la Agencia Tributaria, puesto que la que tienen que aportar a organismos o registros públicos es parcial –CNMV, Banco de España, Registro Mercantil–. La mecánica del impuesto de sociedades es similar a la del IRPF. En ambos casos, las personas físicas o jurídicas van abonando durante el ejercicio fiscal unos pagos adelantados a Hacienda: en el caso del IRPF son las retenciones mensuales que se realizan sobre los ingresos de los trabajadores, mientras que en las empresas son los denominados pagos fraccionados, que las sociedades tienen que abonar tres veces a lo largo del ejercicio –en octubre, diciembre y abril–. Y luego, una vez al año, tienen que hacer la liquidación con la Agencia Tributaria: si una persona o una empresa ha ido pagando durante el año más de lo que les corresponde de acuerdo con sus ingresos o beneficios, les sale a devolver; es decir, Hacienda les devuelve lo que ha cobrado de más durante el año. Y si han abonado menos de lo que deberían, la liquidación les sale a ingresar, de forma que el trabajador o la compañía pagan la diferencia entre lo que ya aportaron y lo que realmente les corresponde según sus rentas o beneficios.

Pues bien, infoLibre ha tenido acceso al modelo 220 –la liquidación anual que presentan ante Hacienda los grupos consolidados– de declaración realizada por Bankia en 2015 y 2016, lo que permite saber cuánto dinero ingresó la entidad en Hacienda en concepto de pagos fraccionados y retenciones a cuenta y cuál fue el resultado de la liquidación anual. 

Bankia sigue así la misma operativa que el Grupo Santander, que como desveló este periódico, tampoco abonó ni un solo euro por el impuesto de sociedades entre 2013 y 2016. En esos cuatro años, la entidad presidida por Ana Botín también reclamó a la Agencia Tributaria que le devolviese exactamente la misma cantidad que había abonado por adelantado a lo largo del ejercicio.

Deducciones

En 2015, siempre según los datos que constan en los modelos 220, la base imponible de Bankia resultó ser positiva, 425,55 millones de euros. Pero, tras aplicarse deducciones por doble imposición interna pendientes de años anteriores por importe de 124,51 millones y de 3,15 millones más por doble imposición internacional, sumadas a las retenciones ya practicadas por la Agencia Tributaria y a los pagos fraccionados realizados previamente por el banco, en la liquidación anual le salió "a devolver" 152,75 millones para la Hacienda central.

En 2016, por el contrario, la base imponible fue directamente negativa, -27,98 millones de euros, gracias a que se aplicó una correcciones de 41,15 millones de euros. No activó ninguna deducción a esa base imponible, pero gracias a las retenciones y los pagos fraccionados realizados con anterioridad, la devolución que reclamó a la Hacienda central se elevó hasta 192,12 millones de euros.

Bankia explica su base imponible negativa por el hecho de que ese año se produjeron la mayoría de los pagos a clientes derivados de su salida a Bolsa en 2011. En ejercicios anteriores, el grupo había provisionado los importes a los que calculaba que iba a tener que hacer frente e hizo los “ajustes positivos correspondientes” por considerar estas provisiones no deducibles; es decir, tributó por ellas. En 2016 practicó los “ajustes negativos” de esas cantidades.

De esta forma, en 2016 aún disponía de un total de 12.643,53 millones de euros en bases imponibles negativas de ejercicios anteriores que podrá seguir usando en años futuros para rebajar su factura fiscal. Al igual que otros 422,27 millones de euros en deducciones no utilizadas. Entre estas últimas, Bankia acumulaba en ese ejercicio 203,95 millones de euros en deducciones pendientes por reinversión de beneficios extraordinarios, 178,13 millones por doble imposición interna, 6,03 millones por doble imposición internacional, 4,9 millones por innovación tecnológica o 3,89 millones de euros más por donativos a entidades sin fines de lucro.

Así que esos créditos fiscales se convirtieron en un colchón tributario de 8.304 millones de euros en 2016, de los cuales 7.996,52 son activos fiscales diferidos (DTA).

Los DTA se originan a partir de las provisiones que los bancos realizan –para cubrir el riesgo de los créditos e inmuebles tóxicos, por ejemplo–, de las aportaciones a los planes de pensiones de sus plantillas y de las pérdidas de ejercicios anteriores. Estas cantidades no son deducibles en el impuesto de sociedades, pero Hacienda permite a los bancos acumularlas en forma de DTA y utilizarlos en los siguientes ejercicios para reducir sus pagos fiscales.  

38,25 millones 'a devolver'

En junio de 2017 Bankia absorbió Banco Mare Nostrum (BMN), también participada mayoritariamente por el Estado y fruto de la fusión de Caja Murcia, Caixa Penedès, Caja Granada y Sa Nostra. De nuevo, en BMN la práctica es idéntica a Santander y Bankia: las cantidades abonadas por adelantado durante los ejercicios 2015 y 2016 en concepto de pagos fraccionados y retenciones a cuenta, la entidad financiera reclama a Hacienda que se las devuelva en la liquidación anual del impuesto. En total, pidió un reembolso de 38,25 millones de euros a la Hacienda central –no operaba en País Vasco y Navarra–.

BMN declaró a Hacienda en 2015 unos beneficios de 40,74 millones, pero un año después ya se encontraba con unos números rojos de 40,82 millones de euros. En ese primer ejercicio su base imponible también fue positiva, 63,69 millones de euros. Después se aplicó una compensación de 23,9 millones de euros por bases imponibles negativas de años anteriores y deducciones por doble imposición interna e internacional que sumaron 19,1 millones de euros. Con las retenciones practicadas con anterioridad y los pagos fraccionados realizados previamente, finalmente la declaración le salió a devolver por un importe de 26,04 millones de eurosa devolver.

En 2016, en cambio, la base imponible fue negativa, -80,68 millones de euros. Descontando las retenciones y pagos fraccionados, pidió un reintegro a Hacienda de 12,21 millones de euros. Ese año le quedaron unas bases imponibles pendientes de compensar de 245,07 millones de euros, así como deducciones para ejercicios futuros de 79,3 millones. De ellas, el capítulo más importante es el que se refiere a las deducciones por doble imposición interna, que ascienden a 55,34 millones de euros.

Los activos fiscales de BMN heredados por Bankia

El colchón fiscal con que contaba BMN al término de 2016 era de 2.357,78 millones de euros en activos por impuestos, de los cuales 2.305,17 millones correspondían a DTA. Ahora esos créditos fiscales los ha heredado Bankia, a la que ayudarán a recortar su factura a Hacienda en próximos ejercicios. De hecho, nada más absorber BMN, el banco de José Ignacio Goirigolzarri pidió a Hacienda, en la misma declaración de 2016, que le pagara 37,98 millones por ese concepto. La Ley del Impuesto de Sociedades permite a cualquier empresa, no sólo a los bancos, convertir los DTA en “créditos exigibles frente a la Administración tributaria” si registra pérdidas o si es liquidada o declarada insolvente por un juez. Es lo que hizo el Santander al comprar el Popular –solicitó al fisco que le abonara 474,23 millones de euros también en la declaración de 2016– y Bankia.

No obstante, no todos los DTA cuentan con esa garantía del Estado y puede pedirse su abono en efectivo. Sólo se permite con los DTA generados por provisiones y por aportaciones a planes de pensiones, que equivalen a un 60% de los activos fiscales diferidos, pero no a los generados por bases imponibles negativas.

En 2015, Bruselas abrió una investigación para determinar si esa garantía sobre algunos DTA constituía una ayuda de Estado ilegal. Así que el Gobierno impuso a los bancos una prestación patrimonial anual en favor del Estado del 1,5%, que fue aceptada por Bruselas para cerrar la investigación. Por esa tasa el Estado recaudó 471 millones en 2017, según los datos de la Intervención General del Estado. También se limitaron las deducciones por estos activos, que llegaban al 60% en la base imponible en 2016 y al 70% a partir de 2017, pero se han quedado en el 25%.  

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Este reportaje es el tercero de una serie de infoLibre sobre los beneficios fiscales de la banca. Puedes consultar aquí los anteriores:

1. Lo que realmente pagan los bancos a Hacienda por el impuesto de sociedades

2. Hacienda le devuelve al Banco Santander 2.440 millones en cuatro años por el impuesto de sociedades

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