Crisis del coronavirus

Siete de cada diez negocios de hostelería corren el riesgo de echar el cierre mientras siguen sin llegar las ayudas directas

Terraza de un restaurante con un 30% de aforo permitido en el área sanitaria de Ferrol, en A Coruña.
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La hostelería espera que el Gobierno desgrane los detalles de las ayudas directas a las empresas españolas por valor de 11.000 millones de euros, tal y como anunció Pedro Sánchez en el Congreso de los Diputados hace más de una semana. Y hasta que eso ocurra, el gran debate dentro del sector es qué empresas se beneficiarán de los subsidios y cuáles no, de acuerdo con los patrones de solvencia que marcará el Ministerio de Economía. 

El equipo de la ministra Nadia Calviño confirma lo que se viene hablando estos días, que hay que identificar qué sociedades serán viables cuando se erradique el virus. Y la hostelería es la que peor lo tiene: según datos desglosados del Banco de España, las empresas en riesgo de quiebra se han triplicado de 2019 a 2020

Concretamente, los negocios "vulnerables" del sector de la hostelería, restauración y ocio han pasado del 22,5% al 67,8% en un año, siempre de acuerdo con los datos que maneja el supervisor financiero. En 2019, la hostelería no era el sector con más empresas en riesgo de solvencia: la vulnerabilidad de las grandes empresas por número de trabajadores (24,4%), de la construcción (23,9%) y de las empresas de vehículos a motor (24,2%) era más elevada, probablemente por los registros récord en turismo.

La irrupción del covid-19 hace un año y las restricciones posteriores abocaron a bares y restaurantes al cierre total durante los primeros meses de confinamiento. Y a partir de verano, su actividad comercial ha estado directamente afectada por la laxitud o dureza de sus respectivas autonomías, así como de la generosidad (o racanería) de las subvenciones que se han concedido, con carácter regional o local.   

"El programa marco para dar ayudas establecido por la Comisión Europea pide apoyar a las empresas para que recuperen su situación pre-covid", resaltan en Economía, dando a entender que aquellas con un sobreendeudamiento en sus balances tendrán una supervivencia complicada. El plan de 11.000 millones de euros no consistirá solo en subvenciones directas, sino que se barajan varias soluciones: recapitalizar a las empresas convirtiendo los créditos avalados por el ICO en capital, quitas a la deuda del ICO o de la banca u otras fórmulas análogas. La banca es contraria a vías que impliquen algún tipo de reestructuración de deuda. 

Los datos sobre la solvencia empresarial fueron publicados en un powerpoint el pasado 18 de febrero por parte del Banco de España, El impacto de la crisis del covid-19 sobre la situación financiera de las pymes españolas, basado en una conferencia del Director General de Economía y Estadística, Óscar Arce. Pero no habían sido desgranados. El total de empresas vulnerables en España ha pasado del 19,9% al 36,8%, esto es, algo menos del doble. El riesgo de insolvencia en la hostelería es, pues, casi el doble que el del resto de sectores de media.

Aumentar el tamaño de las pymes

Pero el impacto sobre el llamado sector Horeca (Hoteles, Restaurantes, Cafeterías) ha sido el más incisivo, seguido del que ha sufrido el sector del Transporte y Almacenamiento. Las empresas vulnerables en este último eran un 16,8% en 2019, mientras que en 2020 este porcentaje se disparó hasta el 40,2%. Más del doble pero menos del triple, como le ha pasado a la hostelería, un colectivo que empleaba a 1,2 millones de personas antes de la pandemia, según datos de la patronal Hostelería de España. 

"Creo que son muchas más empresas de las que dice el Banco de España, que utiliza su Central de Balances para realizar estimaciones pero de la que se escapan micropymes y otras muy pequeñas", comenta el economista Alejandro Inurrieta, que no es partidario de repartir ayudas alegremente. "El valor añadido de la hostelería es el que es. Asumo que en determinadas zonas muy turísticas la desaparición del turismo convertiría esos lugares en territorios muertos", agrega, "pero ¿no es acaso el momento de transformar nuestro modelo productivo, de conseguir que gane valor añadido y que el tamaño de nuestras empresas aumente? Yo creo que sí". 

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Compensaciones y no ayudas

El ex ministro de Industria Miguel Sebastián es en cambio más proclive a no escatimar en solidaridad con las ayudas. "Sabemos que cuando la población esté vacunada, la demanda se va a disparar, seguramente de manera espectacular por el fin de las restricciones", vaticina. "Si a ese aumento no le acompaña una oferta por, supongamos, el cierre de muchas empresas, lo que vamos a tener es un escenario de inflación", advierte. 

Sebastián cree que hay que cuidar el lenguaje y no referirse a "ayudas". "Ayudar a alguien al que obligas a cerrar... yo diría compensaciones", dice. "De la misma manera que no diría empresas zombies, porque es un término heredado de la banca (bancos zombies) que quiere decir que no se le puede dejar quebrar a pesar de su debilidad financiera. Creo que esta vez no va a ser así". 

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