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Negocios bajo sospecha

Airbus, investigado por el supuesto pago de comisiones

El primer ministro francés, Manuel Valls, con su homólogo chino, Li Keqiang, el pasado 29 de enero de 2015 en Pekín.

Con acreedores como estos, al grupo Airbus se le pueden torcer las cosas. Dos hombres de negocios turcos, Sinan Gursoy, de 60 años, y Okan Tapan, de 67 años, que ejercían de forma puntual labores de intermediación para el grupo aeronáutico europeo, presentaron el pasado mes de abril, en París, una denuncia contra Airbus por un presunto delito de “abuso de confianza”. Reclaman, sin éxito, el pago de las comisiones previstas por la venta a China de 160 aviones. La investigación, en manos de la brigada contra los delitos financieros, ha hecho aflorar la existencia de un sistema de comisiones ocultas dirigidas a conquistar el mercado chino.

Desde el punto de vista diplomático, el caso podría resultar bastante embarazoso. El primer ministro, Manuel Valls, de viaje oficial a China, visitó el jueves la fábrica de ensamblaje de A320 construida por el grupo aeronáutico europeo en Tianjín, cerca de Pekín, en colaboración con los chinos. Y todo apunta a que los dos intermediarios turcos tienen intención de revelar la cara oculta de este éxito industrial. De hecho, ya han puesto en conocimiento de la Policía y de la Justicia, una parte de la documentación en su poder. Sobre todo, un documento manuscrito que atribuyen al director de Estrategia y Marketing del grupo, Marwan Lahod, que en 2007 fijó el montante de las comisiones en el 2,5% de la cifra de negocios alcanzada en el mercado chino.

En el transcurso de un encuentro mantenido en el hotel Raphaël de París, el propio directivo del grupo en persona fue el encargado de fijar los porcentajes de las comisiones que se abonarían de materializarse la venta. A tenor de lo recogido en la hoja, los dos ciudadanos turcos podían contar con una retribución de 250 millones de dólares, que habrían que repartir con un tercer hombre, un intermediario de etnia uigur, con importantes contactos en Pekín: Dilsat Atus Sin embargo, los turcos sólo recibieron dos millones de dólares cada uno.

Airbus tiene razones para inquietarse ante la apertura de estas investigaciones, ya que todo apunta a que los documentos aportados por los intermediarios ponen al descubierto prácticas ilegales del grupo en Turquía y en China. Además, existe otra investigación judicial en marcha por las ventas del grupo Airbus de satélites y de helicóptero a Kazajistán, en 2009 y 2010. Con respecto a este último caso, los jueces Roger Le Loire y René Grouman investigan el papel de la oligarquía Patokh Chodiev y sus vínculos con varios dirigentes de EADS, con Marwan Lahoud a la cabeza.

Para Lahoud, que ha estado al frente de los más importantes grupos de armamento francés –Aerospatiale, MBDA y finalmente EADS–, se avecina una tempestad judicial.

Marwan Lahoud era director general delegado de Estrategia y de Internacional de EADS cuando se entrevistó en persona con los intermediarios turcos en julio y octubre de 2007, con relación al asunto chino. Y fue precisamente en noviembre del mismo año cuando se cerró el acuerdo comercial de venta de aeronaves a China, durante una visita de Nicolas Sarkozy a Pekín. La venta incluía 110 aviones de pasillo único (A319, A320, A321) y 50 aparatos de fuselaje ancho (A330), cuya entrega a China estaba prevista entre 2011 y 2016.

En su denuncia, los intermediarios precisan que las condiciones de su colaboración fueron “pactadas”, con EADS en 2007, durante los “dos encuentros mantenidos en el hotel Raphaël, de la avenida Kléber de París”. “En la segunda cita, Marwan Lahoud redactó un documento de su puño y letra que determinaba, en función del número de aparatos vendidos, el importe de los honorarios” que percibirían. “En este documento manuscrito por Marwan Lahoud consta –además del nombre, un número de teléfono y el correo electrónico escrito todo ello a mano– la descripción de los aparatos y las horquillas de comisión”, mantienen los denunciantes.

Tal y como recoge el documento al que ha tenido acceso Mediapart, la retribución de los intermediarios es un porcentaje variable que oscila entre el 0,5% y el 2,5% sobre la cifra de negocios, en función del número de aparatos vendidos.

A preguntas de Mediapart, una persona del entorno de Marwan Lahoud ha confirmado que este “se entrevistó con Tapan y Gursoy en dos ocasiones, en 2007”. Sin embargo, las mismas fuentes mantienen que “no facilitó ningún documento a los intermediarios, al margen de sus datos de contacto”. Los mismos que aparecen en el centro del documento conservado por los intermediarios.

Marwan Lahoud no asume la autoría de los porcentajes, en concepto de comisiones, que constan sobre el papel. “Cuando menos, la actitud de Marwan Lahoud es arriesgada, sobre todo porque se trata de un documento manuscrito de dos páginas donde se aprecia que el tipo de letra de los datos de contacto y del resto del documento es idéntica”, afirma Jérôme Boursican, abogado de los dos intermediarios. “De ser preciso, se puede solicitar un peritaje caligráfico, (lo) que permitirá probablemente refrescar la memoria del señor Lahoud con respecto a los compromisos que adquirió en nombre de EADS”.

Desde el año 2000, y con la transposición por parte de Francia de las directivas anticorrupción de la OCDE, las comisiones que figuran en este documento –relativas a este mercado– están fuera de las normas y la corrupción de agentes extranjeros de la autoridad, formalmente prohibida.

Airbus pagaba comisiones en concepto de un proyecto ficticio para construir un gasoducto en el mar Caspio

Hasta la fecha, el grupo aeronáutico aún no ha sido citado por los investigadores, pero los denunciantes han proporcionado documentos adicionales para sostener la denuncia. Y, sobre todo, convenios perfectamente válidos, firmados por EADS con DOS, la pequeña sociedad de los intermediarios, que toma su nombre de las iniciales de los tres hombres de negocios, Dilsat, Okat y Sinan.

El 25 de abril de 2008, el máximo responsable de EADS China, Dominique Barbier, hizo constar en un acuerdo de prestación de servicio que “EADS decidió contar con el apoyo y los servicios de DOS”, que ha demostrado su “excelente capacidad de lobbying” lobbying[...] “tanto con las compañías aéreas como con las diferentes Comisiones que dirigen la República Popular China”. Añade que la elección de DOS por parte de EADS fue “acertada” ya que Francia y China firmaron un acuerdo comercial (General Trade Agreement) durante la vista del presidente francés en China en noviembre de 2007. De paso, a los intermediarios se les encomendó la tarea de vigilar la evolución del Partido Comunista Chino, durante su XVII congreso, en octubre de 2007. En este documento figura la suma de ocho millones de dólares, en concepto de “adelanto” pagadero, no recuperable, equivalente al 0,12% del mercado.

En el trío de los intermediarios, Dilsat Atus, que tenía contactos de alto nivel en China, era inicialmente “empleado” de los dos ciudadanos turcos. Según el sitio web Intelligence Online, que subrayó su importante papel a favor de Airbus, Atus es “cercano a la familia de Qiao Shi”, exjefe de los Servicios de Seguridad de Deng Xiaoping, más tarde presente de la Asamblea Nacional Popular –entre 1993 y 1998–. En Airbus, se reconoce el peso de Atus en Pekín y el “aprieto” que puede suponer en China una eventual investigación sobre su figura.

Dilsat Atus proporcionó tan importantes logros a EADS que decidió asociarse directamente con él, agradeció a los otros dos los servicios prestados, previo pago de dos millones de dólares a cada uno y la salida del capital de la sociedad DOS. Precisamente fue esta decisión la que desencadenó la denuncia y los problemas del grupo.

Los dos intermediarios habían dado por supuesto el “compromiso” del responsable de EADS en China “de continuar con el pago regular de las comisiones descritas por Lahoud, mediante procedimientos de leasing o similares”, tras pagarles los dos millones. Años antes, EADS había cumplido con el compromiso adquirido tras vender 34 Airbus A320 a Turkish Airlines por valor de 2.200 millones de euros.

El grupo, que les debía 18 millones de euros en el asunto turco, optó por maquillar una parte de las comisiones. A finales de 2005, Airbus “obligó” a los intermediarios a que emitieran facturas en concepto de un “proyecto ficticio de construcción de un gasoducto que nunca se llevó a cabo”. Los intermediarios han llevado ante la justicia estas facturas ficticias abonadas por Airbus.

En el caso chino, los hombres de negocios no volvieron a tener noticias del grupo aeronáutico después de recibir, en mayo de 2009 y en enero de 2010, dos millones por cabeza. Nadie atendió sus reclamaciones. Hasta que terminaron por comprender que se los habían quitado de en medio. No les hizo falta mucho tiempo para descubrir que su exsocio Dilsat Atus había creado una sociedad de leasing en Hong Kong, a la que EADS se asoció en octubre de 2009. La China Word Aviation Leasing (CWAL) se convirtió en la joint venture o sociedad empresarial del intermediario uigur y el grupo aeronáutico. Uno de los hombres más próximos a Marwan Lahoud, Olivier Brun, dirigente de la división Service Marketing Organisation (SMO) de EADS –encargado de las “redes” internacionales de exportación– figura en el consejo de administración de la entidad china junto con el intermediario. Olivier Brun ya aparecía como uno de los artesanos financieros en el contrato con Kazajstán.

La presencia en el seno de CWAL de una entidad con base en las Islas Caimán (D&A Global Investment Group) lleva a pensar a los denunciantes turcos que su parte de las comisiones voló con destino a este paraíso fiscal, para acabar en manos de su antiguo socio y de EADS. En la denuncia se llega incluso a hablar de la supuesta existencia de facturas hinchadas a favor de los socios o de dirigentes de la sociedad EADS”.

Por su parte, el grupo aeronáutico mantiene que China Word Aviation Leasing es un proyecto real de desarrollo de una actividad de leasing. Supuestamente, varios aviones se compraron y alquilaron a compañías de aviación chinas, a través de CWAL Irlande, pero la cifra de negocios fue menor de la esperada y los beneficios, magros. Aseguran que no se trata de “una tapadera”. “Aunque no alcanzaron los objetivos. Además, no está prohibido que Airbus se asocie con una empresa con sede en un paraíso fiscal”.

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Traducción: Mariola Moreno

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