Francia

El Frente Nacional, a la conquista de la derecha

El Frente Nacional y la conquista de la derecha

Marine Turchi (Mediapart)

“La estrategia pasa por hacer un importante trabajo sobre el terreno, cuidar al máximo las palabras, la cercanía de los cargos electos con la militancia. Y funciona. El Frente Nacional no quiere cambiar el sistema, quiere su parte del sistema, quiere ser el sistema, esa es la gran estafa de este partido”. Elecciones tras elecciones, este consejero general de Los Republicanos (exUMP) de Le Vaucluse [sureste de Francia] ve cómo el Frente Nacional le va comiendo terreno lentamente a su partido. En este bastión de la derecha, la transferencia del voto del LR no es (¿por ahora?) tan importante como para permitir que el FN se imponga en la segunda vuelta. Pese a todo, este consejero constata una “permeabilidad que se ha acentuado en el último año” entre las dos formaciones.

Aunque el Frente Nacional aspira tanto a hacerse con votos de izquierdas como de derechas, su llamamiento a no votar “ni a la derecha ni a la izquierda” es sobre todo un rechazo a la izquierda. En muchos departamentos, Marine Le Pen tiene puesto el ojo en la fractura que sufre la derecha –que se encuentra en las últimas, dividida en torno a la figura de su líder, y que se debate sobre su línea política– para ir a buscar los votos que le faltan. La formación de extrema derecha acoge con los brazos abiertos a militantes, cargos del partido y electores de derechas desencantados o ávidos de escuchar propuestas más radicales sobre la terna inmigración-identidad-seguridad. ¿Cuál es la estrategia?

Conquista por segmentos electorales

Para ampliar su espectro, el Frente Nacional ha puesto en marcha una estrategia de implantación local, un sistema de círculos concéntricos, contrario a la táctica empleada por Jean-Marie Le Pen. El partido de extrema derecha ha optado paralelamente por crear la Agrupación Azul Marino y su miríada de colectivos. Estos clubes temáticos, a los que se acusa de carecer de contenido alguno, no son sino una forma de atraer la atención mediática y pretenden alcanzar otras estrategias electorales: Colectivo Marianne (jóvenes), Raíz (enseñanza), Audacia (jóvenes activos), Nueva ecología, Mar y Francofonía, CLIC (Cultura, Libertades y Creación) y, más recientemente, Suburbios patrióticos.

Esta estrategia se materializa de forma concreta sobre el terreno, según concreta este consejero general del partido LR, que pide mantenerse en el anonimato: “Su técnica consiste en avanzar por sectores sociales, es decir, enviar un profesor a reclutar profesores, a un sindicalista a hacer lo propio con otros sindicalistas, etc. En la universidad, el FN lo tiene más fácil que antes. También moviliza a residentes en contra de proyectos de construcción de alojamientos sociales”.

En el seno del partido, varios consejeros de Marine Le Pen contactados por Mediapart aseguran también que su partido va a dejar de ser impermeable al mundo de la empresa. “Cada vez más responsables empresariales se unen a nuestras filas, ven que no somos utópicos”, defiende el eurodiputado Bernard Monot, “estratega económico” del FN. “Todas las señales que hace años que estamos enviando se escuchan ahora. Estamos muy solicitados, hablamos con el mundo de la empresa, incluso con compañías del CAC 40”.

“En las alcaldías en las que estamos presentes, nuestras relaciones con el mundo económico y del comercio se están normalizando”, confirma un miembro del aparato político del FN, que pone como ejemplo a Hénin-Beaumont: “Steeve Briois ha creado una dirección encargada de las relaciones con el mundo empresarial, existe el diálogo. El Medef Picardía ha comprobado que el FN no lleva un cuchillo entre los dientes”.

El FN se vanagloria también de contar, entre bambalinas, con un ejército de expertos, “72 personas” que trabajan en el programa económico, “altos funcionarios, profesionales liberales, banqueros, una red de corresponsales internacionales”. Unas palabras difíciles de comprobar, ya que estos reclutas todavía permanecen en la sombra.

La distribución de cargos

También es difícil cuantificar las adhesiones al Frente Nacional procedentes de la derecha. No obstante, éste es uno de los objetivos de Marine Le Pen, presentar sus logros de guerra en los medios de comunicación, presentar al FN como un partido atractivo, que garantiza un ascenso político rápido, cargos, investiduras. En los últimos meses, el partido ha presentado fichajes procedentes del partido LR, como Sébastien Chenu, exsecretario nacional de la UMP y fundador de de GayLib; Franck Allisio, presidente de las juventudes del partido; Olivier Bettati, exadjunto de Christian Estrosi... La estrategia del partido es “reclutar entre las jóvenes guardias de Los Republicanos poniendo el ojo sobre todo en aquéllos cuya trayectoria política parece condenada a estancarse”.

El FN ofrece a los militantes una posibilidad de hacer carrera, al contrario que sus competidores PS o LR. Pero, sobre todo, mata dos pájaros de un tiro, ya que estos fichajes arrastran a otros y permite establecer un vínculo con los sectores tradicionalmente hostiles.

“A menudo, mucha gente de derechas se pasa al FN por decepción”, explica este consejero regional. “El perfil es el de una persona de 30-40 años que esperaba obtener cargos que no han conseguido. Van a ver a Marion Maréchal-Le Pen, es muy sencillo, les recibe muy bien”. Pero en su opinión, algunos “se venden sin conseguir nada”.

Mientras espera, el Frente Nacional peina el terreno para tender la mano a los que puedan estar tentados de dar el paso. En la región de Provenza-Alpes-Costa Azul [sureste], varios cargos electos aún recuerdan la “gira de los alcaldes” de Marion Maréchal-Le Pen, coincidiendo con las municipales y dirigida a construir ententes, así como del trabajo de los comités frentistas para fichar en las filas de los partidos adversarios.

En el equipo de la diputada Maréchal-Le Pen aseguran que no “necesitan ir a buscar a nadie”. “Normalmente, la gente dice 'estoy harta'. Hay quien ejercer de intermediador y dice 'fulanito está harto, tendrías que llamarlo'. Hay una importante permeabilidad. Es más frecuente en la región de Provenza-Alpes-Costa Azul, tierra de la derecha popular”. “Los cargos electos de derechas ya no saben hacia dónde se dirigen”, explica este hombre del entorno de la diputada. “Se reúnen con Sarkozy, Nathalie Kosciusko-Morizet, están hartos, hace mucho tiempo que comparten nuestros puntos de vista. Para ellos, Marine Le Pen y su discurso desde que se sitúa a la cabeza del FN es una garantía adicional”.

El FN, ¿solo atrae a oportunistas en busca de un cargo? “La gente no viene al FN para sacar réditos porque una vez que has abrazado el partido no hay vuelta atrás”, explican en el entorno de la diputada. “El FN necesita cargos, pero no se atrae a la gente diciendo 'a ver qué pasa en 10 años'”. Se llega a un acuerdo abierto con personas competentes. Se ve que es una verdadera agrupación, que si resultamos elegidos, gobernamos juntos”.

El politólogo Joël Gombin, especialista en electorado del FN, resta importancia a estas adhesiones al FN “que afectan a pocas figuras de primer nivel”, a diferencia de los fichajes frentistas efectuados tras el éxito de las europeas de 1984. “Actualmente, son fundamentalmente miembros del aparato y militantes, cargos electos, mandos intermedios, viejos alumnos de la ENA”. No obstante, para el investigador, sería un error “despreciar las ideas y los valores compartidos por el LR y el FN en asuntos como la inmigración y la identidad”. En su opinión, este fenómeno va a más. “Con Nicolas Sarkozy, el centro de gravedad se ha visto desplazado hacia la derecha con respecto al periodo Juppé-Chirac de 2002”.

“Explotar la permeabilidad sobre la cuestión inmigración”

Pero según este miembros del aparato del partido del FN, estos valores comunes no bastan para derrotar a la izquierda: “Al día siguiente de las elecciones departamentales se constató que la permeabilidad electoral entre el FN y el partido LR es menor, en algunos cantones era muy visible cuando el candidato de Los Republicanos había quedado eliminado”.

Entonces, el partido decidió centrar sus esfuerzos en la seducción de los electores de derechas. Esta persona del entorno de Marine Le Pen resume la estrategia llevada a cabo: “Sobre la cuestión migratoria, la permeabilidad es increíble. Sus dirigentes nos buscan. En las regionales, Marine Le Pen quiere explotar al máximo la cuestión, poner el acento en la zona de permeabilidad máxima”, y así lo experimentó ya la presidenta del FN en su discurso, de 50 minutos de duración, pronunciado en Calais, donde habló exclusivamente de inmigración.

“La crisis de los inmigrantes ha agravado las cosas”, lamenta el consejero general del LR. Y pone como ejemplo el último consejo departamental celebrado en Le Vaucluse. “El FN y la Liga del Sur votaron contra la concesión de subvenciones a una asociación de ayuda a personas con Sida, toxicómanos, a la fundación de arte contemporáneo Lambert y a los migrantes. Cuando se vota una ayuda para planificación familiar, Bompard dice que se incita a abortar. Y todo esto no suscita ninguna reacción por parte de la oposición”.

En la región de Provenza-Alpes-Costa Azul, el Frente Nacional maneja un estudio que dice que le faltan 70.000 votos para alcanzar a la derecha. El perfil que aspiran conquistar es el de una “persona mayor que vive en Niza, que teme a los migrantes de Ventimiglia, pero que no comparte el discurso económico del FN”, resume este cargo del LR, que se muestra preocupada: “Si esta gente da el paso, el FN habrá ganado”.

Ajustes en el programa económico

El FN es perfectamente consciente del rechazo de la derecha a su programa económico. “La gran barrera psicológica es el euro”, reconoce Bernard Monot, que trabaja en el programa económico de 2017. “Se juega con el miedo, por lo que queremos debatir sobre el euro, para explicar lo que va a suceder”.

El partido de extrema derecha ha llevado a cabo varios ajustes en su programa económico. “Internamente dijimos a Marine Le Pen que la salida del euro iba a provocar miedo a la gente, a generar angustia”. Desde las presidenciales de 2012 ha evolucionado. Primero, hablaba de la salida inmediata de la moneda única, después de una salida negociada de la UE y, más tarde, de mantener el euro como la moneda común paralelamente al franco”, dice un miembro del aparato del partido.

“Sabemos que si queremos una mayoría en la Asamblea, hay que lograr reunir a una gran mayoría. Se han hecho algunas aclaraciones”, confirma un responsable del FN. Marine Le Pen se ha dado cuenta de que era necesario dar ciertas explicaciones sobre el proyecto del FN. Dice que "no estaba en contra de la economía de mercado". Es menos rígida en lo que atañe a los servicios públicos, “habla de la posibilidad de alcanzar un acuerdo sobre la jornada de 35 horas”. El FN evita también hablar de la jubilación a los 60 años y se contenta ahora de hablar de “40 años cotizados”.

“Se habla mucho de lepen-izquierdismo”, nosotros respondemos, 'no, no lo habéis comprendido'”, prosigue este responsable del partido. El vicepresidente del FN, Louis Alliot, se digno a hablar al respecto en el sitio web Boulevard Voltaire: “No, el programa económico del FN no es de extrema izquierda. El marxismo nunca ha influido, ni mucho ni poco, en nuestra línea política. Los que niegan las evidencias buscan solo crear confusión en el electorado”.

Bernard Monot trabaja en la actualización del programa de 2012: en lo que respecta a las 35 horas, "hay que liberar trabajo para que la gente trabaje más y gane más". En cuanto a la prioridad nacional, "hay que hacer comprender a la gente que se está produciendo un desmantelamiento y que hay que apoyar a las pymes”, aclara, tras definir su programa como “liberal-patriota”.

“En el aspecto económico, estábamos bastante a la izquierda, así que no iremos más lejos, sobre todo en la fiscalidad”, confirma un miembro del aparato del partido, que estima que el programa del FN de 2012 ha sido “caricaturizado”. “Siempre ha sido liberal en el interior del país y proteccionista fuera”.

Denunciar lo “políticamente correcto”

Para conservar su electorado, conquistando parte del de la derecha, el Frente Nacional también maneja un doble posicionamiento: actuar como “moderados” cuando la derecha sobrepasa la línea roja, denunciando el peso de lo “políticamente correcto” y del discurso correcto.

“La UMP está obnubilada por las razas”, dice Bernard Monot. “No somos racialistas, un francés tostado por el sol vale lo mismo que un francés blanco de Alsacia. Es la igualdad. Para nosotros, lo importante es la nacionalidad francesa, nuestra diferencia es franceses y extranjeros”.

El politólogo Joël Gombin ve un reparto de papeles entre varias ramas del FN. “Por un lado, esto permite al FN jugar al más nacional-republicano que yo, ni de coña diciendo 'mira, no somos extremistas', y a Marine Le Pen le permite presidencializarse. Por el otro, permite decir al FN que la derecha se pirra por lo políticamente correcto, no se puede decir nada sin recibir un toque de atención”.

“En Le Vaucluse, algunos consejeros generales del FN quieren hacer ver que realizan una oposición constructiva, que pueden gestionar. Cuando quedamos para tomar algo, después de las comisiones, dicen, 'hay pocas diferencias entre nosotros', 'no somos el demonio', 'es puro sentido común'. Hablan de derecha plural”, prosigue este cargo electo del LR.

Frente a esta estrategia, la derecha está aterrorizada. El consejero general LR afirma: “La ecuación ganadora pero insostenible para arreglárselas frente a la máquina FN es no tener disidencias, asegurar 20 años de presencia local permanente, un discurso muy a la derecha en la primera vuelta; centralismo en la segunda para asegurar los votos de la izquierda y lograr movilizar a los barrios, que hacen la elección, en la segunda vuelta. Si quiero guardar a mi electorado permeable, hay que combatir el fraude. No me siento a gusto con esta derechización, pero de lo contrario, sería el fin político. Me siento mejor con el llamamiento a los republicanos de la segunda vuelta”.

“La única solución es lograr resultados”, continúa. “Algunos ponen el foco en las parabólicas de los edificios, cableemos los edificios. Otros se quejan del ruido y de la degradación de las cajas de las escaleras, pongamos videovigiancia. Otros creen que la ciudad está sucia, trabajemos para poner contenedores. Para ser eficaces, hay que ser pragmáticos.”

¿Es Marine Le Pen el último recurso de los más pobres?

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La mayor parte de las personas contactadas para elaborar este artículo han manifestado su deseo expreso de permanecer en el anonimato. El motivo es sencillo: aunque numerosos cargos del FN quieren hablar con Mediapart, evitan significarse después de que en 2012 Marine Le Pen prohibiera hablar con Mediapart. La presencia de Mediapart está vetada en los actos del FN.

El consejero general del LR citado en el artículo solo ha aceptado hablar con Mediapart también con el compromiso de mantenerse en el anonimato, aunque no descarta “dar la cara tras las regionales”.

Traducción a cargo de Mariola Moreno

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