Entrevista a Wassin Nasr, experto en yihadismo

“El terrorismo es para Estado Islámico un instrumento para un fin político, no es un objetivo”

Trabajadores del aeropuerto Zaventem participan en una marcha silenciosa celebrada en memoria de las víctimas de los atentados.

¿Qué se puede hacer después de los atentados de Bruselas? Occidente, ¿se encuentra inmerso en una espiral de violencia, como se puede leer en el último comunicado del Estado Islámico, que reivindicaba los atentados cometidos el 22 de marzo en la capital belga? ¿Qué se puede decir del modus operandi de los terroristas, de su estrategia política y del fenómeno social que representan? En Occidente, el fenómeno de la yihad no se percibe en su justa medida, opina Wassim Nasr, experto en movimientos yihadistas y periodista de France 24. “Hay que abordar el yihadismo como lo que es, un fenómeno sociopolítico que puede alcanzar a todo el mundo. La motivación religiosa es real y los objetivos son políticos. Mientras no lo hayamos comprendido así, no daremos con las respuestas a lo que nos sucede”, advierte.

Pregunta: ¿Cómo debemos interpretar la manera en que el Estado Islámico ha reivindicado, en dos tiempos y en dos comunicados, los atentados de Bruselas?

Respuesta: En la forma, es un procedimiento muy clásico. El primer comunicado lo difundió la agencia de prensa Amaq, dependiente del Estado Islámico, y se publicó en inglés. Este texto era factual, como todos los de Amaq. En el se dice que soldados del EI han atacado Bruselas y que “algunos” han activado un cinturón de explosivos, lo que sembraba la duda sobre el número de asaltantes y no dejaba claro si estaban todos muertos o no. El segundo comunicado, emitido en árabe a través de los canales habituales del EI, se tradujo a francés, inglés y ruso. Este texto tampoco se informaba del número exacto de atacantes, pero se precisaba que todos ellos habían activado sus cargas explosivas y se pedía a Dios que los acepte como mártires.

En lo que respecta al hecho de calificar a Bélgica como Estado cruzado también entra dentro de la continuación lógica del modo de comunicar del Estado Islámico. El EI considera a todos los países occidentales como países cruzados, en alusión a la Historia Antigua, la historia colonial, y también al hecho de que Bélgica forme parte de la coalición que participó en la guerra de Irak.

P: Horas después de los atentados, usted mismo insistía en que los terroristas no podían haber actuado motivados por los deseos de venganza contra Bélgica, a raíz de la detención de Salah Abdeslam. ¿Cómo puede estar tan seguro?

R: ¡El Estado Islámico no tiene capacidad técnica para poner en marcha una operación de este tipo en cuatro días! Es necesario fabricar explosivos, localizar lugares francos y todo ello con Bruselas en alerta 3. Por otro lado, el Estado Islámico no va a utilizar medios humanos y técnicos para vengar a uno de los suyos. Se trata de gente pragmática. Esta persona, Salah Abdeslam, era un mero peón y así lo recogió la prensa hace cuatro meses. Ha sido a raíz de su detención cuando de nuevo se le ha considerado el cerebro de los atentados de París, lo que es absurdo.

Con relación a los atentados de Bruselas, se pueden barajar dos hipótesis; la primera es que existen varias células que actúan simultáneamente, mediante un artificiero, pero que no tienen conexión entre sí, tal y como ya ha ocurrido en el pasado. La segunda tesis plantea la posibilidad de que el arresto de Salah Abdeslam haya acelerado el que se pase a la acción y se cometan los atentados de Bruselas. Hoy sabemos que Abdeslam conocía a dos de los kamikazes, lo que valida más bien la segunda tesis.

P: En el semanario del Estado Islámico publicado esta semana, se menciona a Abdeslam, sin citarlo directamente, cuando se podía pensar que la publicación iba a dedicarle bastante espacio a este hecho. Este tratamiento menor parece concederle el papel de mero ejecutor de los atentados de París y de Saint-Denis.

R: Completamente. En el comunicado difundido en Occidente, en un primer momento se le presentó como alguien que se había “desinflado”, que no llegó hasta el final. Y cuatro meses después, ¿se le vuelve a presentar como el cerebro de los ataques? Es absolutamente incoherente. Lo mismo sucede con Abdelhamid Abaoud. Ni uno ni otro son los cerebros de los atentados de París. Son actores operacionales. Abaoud trabajó en la logística. Salah Abdeslam quizás colaboró en la realización de tareas logísticas buscando a gente, en Austria o en otras partes, en la localización de sitios donde ocultarse. Desde su detención, su abogado no ha dejado de repetir que colabora con las autoridades desde que ha sido arrestado. Quizás estemos ante una estrategia de defensa, pero si habla y los dos hermanos terroristas que han cometido los atentados del pasado martes formaban parte de su entorno, ¿cómo es posible que no se llegase a ellos antes de los atentados? Sin duda porque Abdeslam no conocía todo lo que estaba sucediendo. No hay que exagerar su papel.

P: En sus tuits también hace hincapié en que los yihadistas eran sobre todo producto de sus respectivas trayectorias personales. ¿Qué quiere decir con eso?

R: No existe una fórmula mágica, un esquema que explique cómo alguien se convierte en yihadista, ni un manual para hacer que deje de serlo. Ante todo, y sobre todo, estamos ante trayectorias personales. Y las razones que llevan a algunos a formar parte del Estado Islámico son siempre muy personales. Nadie se va a inmolar ni pone su vida en riesgo por haber sido lobotomizado. Los yihadistas lo hacen porque están convencidos y tienen cierta idea de lo que quieren llevar a cabo y así ha quedado demostrado históricamente; no es nada nuevo: los yihadistas del Vietminh llevaban explosivos en el extremo de los bastones con los que caminaban. A estas personas siempre les mueve una motivación política. Los miembros del Vietminh que se inmolaban para atentar contra el ejército francés no conocían todos a Karl Marx de memoria, pero no luchaban menos por una determinada idea del comunismo.

Actualmente, los yihadistas se inmolan y se escucha a supuestos expertos decir: “Desconocen lo que recoge el Corán”. Es una estupidez. Es verdad que los yihadistas no son doctores en el Islam, pero no por ello sus motivaciones son menos religiosas o políticas.

En un país laico como Francia, es difícil entender que se dé más importancia a una causa religiosa que a una persona. Sin embargo, es necesario conocerlos bien y tratar de comprender cuáles son las motivaciones de estas personas. De otro modo, vamos a seguir haciendo lo mismo que se viene repitiendo los últimos tres años, creer que los yihadistas están todos locos, que están perdidos, que sufren una patología y que hay que desradicalizarlos para que se arrepientan y se conviertan en buenos ciudadanos. Ha quedado desmostrado que esto es humo, que no funciona y no funcionará nunca.

P: Desde los atentados de París y de Saint-Denis. Molenbeek ha pasado a ocupar un lugar preeminente, lo que paradójicamente no ha permitido evitar los atentados de Bruselas. Usted mismo dice que conviene no poner el foco en esta ciudad, que Francia o Reino Unido también pueden encubrir decenas de Molenbeek. ¿Qué quiere decir?

R: Hay que dejar de ver a Molenbeek como el epicentro del yihadismo. Varios de los yihadistas que han atentado estos últimos meses son de Francia. Un francés se ha inmolado esta semana en Irak. Hay que poner punto y final a esa fijación con Bélgica y abordar el problema en su globalidad.

Hace tres años que vengo diciendo que el yihadismo es un fenómeno sociopolítico que afecta potencialmente a todo el mundo, absolutamente a todo el mundo, a víctimas y verdugos. Nadie está a salvo, en Francia lo mismo que en Bélgica o en Reino Unido.

¿A principios del siglo pasado se decía por ejemplo que los anarquistas padecían una enfermedad?, ¿se hablaba de las Brigadas Rojas en Italia? No creo. Hay que abordar el problema del yihadismo como lo que es. La motivación religiosa es real, los objetivos son políticos. Mientras no hayamos comprendido esto, no daremos con las respuestas adecuadas a lo que estamos viviendo. Pero la gente no quiere oír esta explicación porque les desestabiliza y les pone frente a los problemas fundamentales de nuestras sociedades. Estos yihadistas son hijos de la República. Han crecido en Francia, son de segunda, tercera generación. No se les ha ido la pinza, como se dice vulgarmente. Sus motivaciones están ahí. Y lo que hacen no es en vano, sino que responde a una lógica precisa. El terrorismo, para ellos, no es un fin en sí mismo. Se trata de un instrumento para alcanzar un fin político. Nadie se despierta por la mañana y dice: “Venga, me voy a inmolar para provocar muertos y salir en la tele”.

P: Lo que quiere decir es que en Occidente se minusvalora el objetivo político de los yihadistas a los que se presenta como unos descerebrados. ¿Qué finalidad persiguen estos yihadistas?

R: Quieren instaurar su Estado, el califato. Existen muchos ejemplos similares, sin querer establecer paralelismos ideológicos, que no conducen a ningún sitio. ¿Cuántos franceses se alistaron con los republicanos españoles durante la Guerra Civil?, ¿cuántos se unieron a la Unión Soviética en el momento de su creación?, ¿cuántos han caído en las garras del terrorismo, pese a que éste no formaba parte de su entorno ni de su cultura familiar y todo ello con un fin político?

Vivimos en un momento de gran vacío ideológico. Y este vacío explica en parte que la ideología político-religiosa promovida por el Estado Islámico cada vez a más gente. Trata de llenar ese vacío. Si hay quien, pese a tener mujer e hijos, decide alistarse en las filas del Estado Islámico y está dispuesto a volver a su propio país para inmolarse es porque está convencido de algo.

P: En los comunicados difundidos se amenaza con futuros atentados. ¿Está amenaza va a persistir?

R: Sí, habrá otros atentados en Europa. Y la diferencia, con respecto a lo que ocurrió en el pasado, es que los ataques los cometerán ciudadanos europeos. El EI quiere establecer la figura del vengador de los musulmanes sunitas. También quiere demostrar que es capaz de exportar a Europa el teatro de guerra que le ha sido impuesto y que impone él mismo en Siria e Irak y todo ello de la mano de ciudadanos europeos. Una vez más, estos atentados no surgen de la nada. Existen causas políticas y geopolíticas.

P: Esta semana se han inmolado 41 kamikazes en nombre del EI, en Bélgica, pero también en Siria, Irak y en otros países. ¿Qué sentido se le puede dar a una cifra tan macabra? ¿Augura un cambio en la estrategia del Estado Islámico?

R: El atentado suicida es el arma que emplean los débiles. Si el EI dispusiera de aviones, no dudaría a la hora de bombardear a sus enemigos. Los kamikazes japoneses se lanzaban sobre los barcos norteamericanos cuando estaban perdiendo la guerra. Los kamikazes iraníes se inmolaban en 1980 y 1988 cuando Irán perdía terreno frente a los tanques. El terrorismo es un modus operandi, inducido por objetivos políticos. El Estado Islámico es partidario del yihadismo masivo y recurre a los medios de que dispone para expandir el califato. Y seguirá recurriendo a la yihad mientras vea los atentados suicidas como un medio de conseguir sus fines.

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Traducción: Mariola Moreno

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