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Los libros

‘Un mal poema ensucia el mundo’, de Joan Margarit

Portada de 'Un mal poema ensucia el mundo', de Joan Margarit.

Mònica Vidiella Bartual

Un mal poema ensucia el mundo. Ensayos sobre poesía, 1988-2014Joan MargaritArpa Barcelona2016

"La poesía es el límite último hasta el cual se nos permite avanzar participando de la vida y de las cosas". Esta afirmación de Joan Margarit (Sanaüja, Lleida, 1938), en uno de los ensayos que recoge el libro Un mal poema ensucia el mundo. Ensayos sobre poesía, 1988-2014 que acaba de publicar la editorial Arpa, nos permite intuir el compromiso del poeta con la poesía, de la que entiende que "es esa respuesta del ser humano al continuo ataque de la intemperie donde se desarrolla la vida", y con la vida, con toda la vida, por la que decía el poeta: "Siempre he tenido conciencia de que, para mí, la poesía se extendía". 

Este volumen, la selección de textos y el prólogo del cual ha llevado a cabo Jordi Gracia, reúne una serie de ensayos que, paralelamente a su poesía, ha ido escribiendo Margarit, uno de los grandes poetas en lengua catalana, y que nos contagian de su pasión por la lírica, desde el punto de vista del poeta, pero también del lector.

Muchos son los temas que Margarit va desgranando a través de sus escritos, sin embargo, detrás de todos ellos, podemos vislumbrar ese respeto absoluto por el lector. Nos dice el autor: "Preguntarse para qué sirve la poesía es formular a la vez dos preguntas: para qué les sirve a los lectores la que el poeta escribe, y de qué le sirve a él escribirla. Sin embargo, pienso que la respuesta es única. El poeta necesita escribir poesía por la misma razón que el lector necesita leerla y el conjunto poeta-poema-lector es lo que la define: si falla uno de los tres, la poesía no existe".

Como lectores de poesía nos reconocemos en esa idea, que nos llevará a otras cuestiones como la necesidad del poeta, imperiosa e inaplazable, de escribir, a la exactitud y la concisión, a la intensidad de la verdad o al sentido común que deben caracterizar todo buen poema. Un poema que, lejos de ensuciar el mundo, contribuya de algún modo a su orden y a su higiene.

La estructura del libro presenta cuatro apartados. El primero, "Un viaje poético", contiene artículos, prólogos y epílogos de algunos de sus libros —Estació de França, Joana, Cálculo de estructuras, Casa de Misericordia— o sobre otros autores como Thomas Hardy, Joan Vinyoli o Gabriel Ferrater. A través de estas reflexiones, nos permite profundizar en su manera de escribir y de leer poesía.

El segundo apartado, "Las razones de los poemas", reúne un conjunto de notas en las que el poeta nos invita a acercarnos a las circunstancias vitales que lo llevan a escribir algunos de sus poemas. La tercera sección presenta las "Nuevas cartas a un joven poeta" que aparecieron en un volumen bajo el mismo título en 2009 y en las que Margarit nos regala una reflexión teórica sobre el hecho poético a través de la intensidad, de la sabiduría, de la inteligencia sentimental —desde la que, afirma, gusta de escribir—, que nos permite establecer un diálogo con algunos de los temas que el concepto poesía conlleva como la inspiración, la necesidad o la tradición, pero también el amor o la soledad. La mirada lúcida del poeta hace que sintamos al leerlo la calidez que él afirma que siente al volver al ejemplar de Cartas a un joven poeta de Rilke.

Cierra el libro el apartado "Poesía y otras ciencias", en el que se recogen algunas conferencias de Margarit, arquitecto de profesión, que exploran las relaciones entre la poesía y otras disciplinas, así como una carta, publicada en un homenaje a su amigo y poeta Luis García Montero, en la que el poeta catalán le habla del dolor que le produce la incomprensión hacia su lengua materna y le profesa su estima y admiración.

Y es la admiración, desde la que el esfuerzo destinado a crear es mucho más rentable, uno de los temas que los ensayos de este libro abordan desde la generosidad de Joan Margarit, reconociendo el magisterio de sus predecesores sin los cuales, afirma, "no existiría como poeta". 

"La poesía adquiere una importancia decisiva en la modulación de la intimidad en relación a los valores colectivos". El poeta cree en la intimidad como territorio desde el que construir la identidad del individuo, de ahí el carácter necesario de una poesía capaz de indagar en la realidad de una subjetividad, objetivada, que enlaza la mirada personal individual a la colectiva, convirtiéndose en una común utilidad recíproca entre el individuo y la sociedad.

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Nos dice Joan Margarit: "Intentar escribir un poema es para mí una forma de amar". Y nosotros, tras impregnarnos de esa intensidad moral que trasluce su poesía y, como afirma Jordi Gracia en el prólogo, también su prosa, accedemos a un mundo al cual difícilmente renunciaremos.

*Mònica Vidiella Bartual es profesora de Literatura.Mònica Vidiella Bartual

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