Periodismo

Reporteros sin Fronteras alerta de “ataques a la libertad de información” en varios países europeos

Reporteros sin Fronteras (RSF) ha publicado este miércoles la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa 2014, en la cual se mide "el grado de libertad que los periodistas, organizaciones de noticias e internautas disfrutan" en 180 países de todo el mundo en base a factores como la dimensión del pluralismo, la independencia de los medios de comunicación, el clima general y la autocensura o el marco legal. Según esta lista, el país donde más se respeta el trabajo de los periodistas ha vuelto a ser Finlandia, mientras que quien ocupa el último puesto es Eritrea, junto a estados como Corea del Norte, Siria o China.

Los cinco primeros países de la lista no varían con respecto al año pasado: Finlandia, Países Bajos, Noruega, Luxemburgo y Andorra son los estados donde más libertad hay para que los periodistas desarrollen su función. España, por su parte, se encuentra en el puesto número 35 de la clasificación, con una situación que RSF señala como "satisfactoria". Países como Italia, Portugal o Estados Unidos también ostentan esta calificación.

No obstante, y pese a la primacía en esta lista de los países europeos y de la UE –en los cuales el informe reconoce que "la libertad de información tiene un marco legal excelente y se ejerce de una manera relativamente satisfactoria en general"–, no todo son alabanzas para el Viejo continente. RSF destaca en su informe el "preocupante" año que han tenido países como Francia y Reino Unido "en materia de protección de la libertad de información".

Y pone varios ejemplos: con respecto a Francia, el informe asegura que "el punto más bajo del año fue una orden judicial de retirar las grabaciones de Bettencourt en los sitios web de Mediapart y Le Point, una grave violación de la libertad de información que negaba el derecho del público a ser informado acerca de un asunto de interés general que implicaba a importantes políticos", aunque también critica la aprobación de una ley "que penaliza la publicación de los bienes de cargos electos con penas de prisión", así como la desprotección legislativa que sufre "la confidencialidad de las fuentes periodísticas".

Por su parte, en Reino Unido, RSF denuncia las medidas que tomó el Gobierno con respecto a la publicación de varias revelaciones del exespía estadounidense Edward Snowden en el diario The Guardian, que incluyeron un registro de los sótanos del diario y la supervisión de la destrucción de varios discos duros, así como la detención en el aeropuerto de Heathrow de la pareja de un periodista del diario "que había trabajado estrechamente con Snowden". "Al identificar periodismo con terrorismo con alarmante facilidad, las autoridades británicas están siguiendo una de las prácticas más extendidas en los regímenes autoritarios", señala el informe.

Grecia cae más de 50 puestos en cinco años

Las críticas a algunos países europeos no terminan ahí. RSF alerta de que Grecia "ha bajado más de 50 lugares en la Clasificación Mundial en sólo cinco años". ¿La razón de esta "caída vertiginosa"? La "burla" de la que es objeto "de forma repetida y abierta" la libertad de información a causa de la precaria situación económica de los medios griegos –que ya era mala antes de la crisis y que ahora se ha agravado–, la gran cantidad de periodistas en paro y la "mala reputación" de muchos de ellos, "resultado de años de clientelismo", así como el repentino cierre de la televisión pública el pasado mes de junio.

"Los reporteros que cubren las frecuentes protestas callejeras contra las medidas de austeridad adoptadas por los sucesivos y breves gobiernos son víctimas de violencia tanto de la policía como de manifestantes, que los acusan de complicidad con el gobierno", relata la organización, que no obstante ofrece un elemento mucho más concreto para explicar la debacle de la libertad de prensa en Grecia: el ascenso del partido neonazi Amanecer Dorado, cuyos militantes y dirigentes "apuntan abiertamente contra los periodistas". "Las agresiones se han vuelto sistemáticas en todo el país. Las amenazas de muerte aumentan", señala RSF.

Otra de las democracias que desciende bruscamente en la clasificación –hasta 13 puestos– es Estados Unidos, de quien el informe asegura que sacrifica la libertad de información "por una interpretación demasiado amplia y abusiva de las necesidades de la seguridad nacional". Los motivos son, principalmente, dos: la condena del soldado Bradley Manning, que filtró miles de documentos clasificados a WikiLeaks, y la persecución del exespía de la NSA Edward Snowden, que hizo públicas las prácticas de espionaje que mantiene el Gobierno de EEUU en todo el mundo.

Turquía tampoco sale bien parada del informe. Si bien RSF reconoce que "después de diez años de gobierno del islamista moderado AKP, ha terminado el dominio del ejército sobre la política y los medios de comunicación, y se desmorona una serie de tabúes ligados a la herencia de Mustafa Kemal Atatürk", no todo es precisamente positivo para el ejercicio de la libertad de información en el país. "A pesar de algunas reformas limitadas, las prácticas judiciales siguen siendo represivas y el número de periodistas detenidos se encuentra todavía en un nivel que no tiene precedentes desde el fin del régimen militar", denuncia la ONG, que cifra en alrededor de 60 los periodistas detenidos en 2013, "lo que hace de Turquía una de las mayores cárceles del mundo para los profesionales de los medios".

En este sentido, RSF ejemplifica las malas prácticas que se llevan a cabo en Turquía con la cobertura de las protestas del pasado verano. "Los periodistas fueron atacados sistemáticamente por la policía y, a veces, por los manifestantes. La violencia se sustenta en un clima de histeria alimentado por los discursos de los funcionarios gubernamentales y los medios de comunicación progubernamentales que estigmatizan a los columnistas críticos, a los usuarios de redes sociales y a los periodistas extranjeros como agentes de un complot internacional para derrocar al gobierno, o incluso como terroristas", relata RSF.

Asimismo, el informe denuncia que "el nivel de autocensura fue tal que durante 24 horas los canales de noticias de televisión ignoraron por completo los enfrentamientos en Estambul". "Los periodistas molestos fueron apartados. Nada menos que 14 de ellos fueron despedidos y otros 22 dimitieron", cifra la organización, que explica además que "se impusieron multas astronómicas a los canales de televisión que cubrían las protestas de cerca".

Brasil, el país "más mortífero de Occidente" para los periodistas

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Dentro de los países occidentales, también se critica la actuación de Japón –que ocupa el puesto 59 de la lista– con respecto a la "censura" que ejerció en el desastre de Fukushima, unas acciones que incluyeron "detenciones, registros domiciliarios, interrogatorios de la agencia nacional de inteligencia y amenazas de procedimientos judiciales", según RSF. "Desde lo ocurrido en la central nuclear ha aumentado la discriminación contra los periodistas freelance y extranjeros como resultado del sistema japonés de clubes Kisha, cuyos miembros son los únicos periodistas a los que se concede la acreditación gubernamental", denuncia igualmente la organización.

Asimismo, Brasil –posición 111 de la clasificación– también es blanco de las críticas de la ONG, que asegura que el país "se ha convertido en el más mortífero de Occidente para quienes trabajan en medios de comunicación" a causa del clima de violencia en el que ejercen su profesión los periodistas; de hecho, cinco informadores murieron sólo en 2013. "En determinadas regiones, el crimen organizado convierte en muy arriesgada la cobertura de asuntos como la corrupción, las drogas o el tráfico ilegal de materias primas", explica RSF, que no obstante también relata que "lo mismo ocurre con los funcionarios del gobierno, quienes a veces usan la fuerza, aunque prefieren las actuaciones judiciales".

Por otra parte, en Egipto –159º–, la destitución del presidente Mohamed Morsi a manos del Ejército, comandado por el ahora presidente, el mariscal Al Sisi, "liberó a una parte de los medios de comunicación que habían sido amordazados por los Hermanos Musulmanes desde que ascendieron al poder, pero también dio pie a la caza a los periodistas cercanos a la Hermandad". "Cinco periodistas fueron asesinados y al menos 80 detenidos arbitrariamente por la policía o manifestantes –favorables al ejército o partidarios de Morsi– en el segundo semestre de 2013. La detención arbitraria y la tortura son ahora habituales", denuncia RSF.

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