Descargas en la red

EEUU trata de parar la 'descarga' de armas por internet que ya ofrece The Pirate Bay a todo el mundo

Piezas de la pistola Liberator.

Jérôme Hourdeaux / Mediapart

El Gobierno de Estados Unidos se enfrenta estos días a un dolor de cabeza insólito. Después de que, a comienzos de mayo, se colgase en la red la primera arma 'descargable' gracias a los nuevos sistemas de impresión en tres dimensiones, las autoridades intentan establecer si el hecho de descargar un archivo virtual para la fabricación de un arma real es una violación de la ley.

La impresión en 3D se realiza a partir de la descarga de un archivo que contiene las dimensiones y el volumen de un objeto que, a partir de ahí, se puede recrear con una impresora capaz de producir objetos en tres dimensiones, en su mayoría de plástico. Durante mucho tiempo reservada a la industria, técnicamente la impresión en 3D no es una nueva tecnología. Pero se ha beneficiado en los últimos años de un entusiasmo sin precedentes, en parte debido a los avances en el campo de las impresoras, lo que ha hecho posible su utilización para fines domésticos.

A lo largo de los últimos meses ha visto la luz una multitud de sitios especializados así como las secciones dedicadas a los “objetos” en los principales sitios de descarga ya establecidos en Internet. Y muchos usuarios han comenzado a compartir creaciones más o menos útiles que imprimen y montan en sus propias casas.

Algunos también han visto rápidamente en la impresión 3D una forma de evitar la ley. El 4 de junio de 2012, una asociación sin ánimo de lucro llamada Defense Distributed (DD), desconocida hasta entonces, comenzó a pedir donaciones a través de la dirección defensedistributed.com. Su propósito, que se reclama vinculado a la filosofía del 'código abierto', es dar a conocer toda la información y los planos necesarios para crear armas descargables denominadas WikiWeapons (WikiArmas). Además de su página web, DD se inscribió en julio en el sitio de financiación participativa de proyectos Indiegogo, en el que logró reunir 20.000 dólares antes de que el servicio fuese suspendido al cabo de tres semanas por violar las condiciones de la web.

El dinero fue devuelto a los usuarios, pero esto no impidió la recaudación de fondos a través de su propio sitio web, lo que les permitió probar, en diciembre de 2012, su primera WikiArma. Paralelamente, pusieron en la red sus primeras producciones: piezas para los fusiles semiautomáticos AR-15 y AK-47. No eran armas completas, pero, una vez más la cuenta de DD fue suspendida por Thingsverse, que les acusaba de violar las condiciones de uso de su web.

En respuesta a lo que considera una amenaza a su libertad de expresión, DD decidió lanzar su propio sitio de descarga de objetos (defcad.org), en el que se compromete a publicar todos los planos que sean censurados en otras páginas, empezando por su propia WikiArma. Porque para DD, son los derechos fundamentales de los ciudadanos los que que están en juego.

Para estos militantes, el Estado no tiene derecho a impedir la circulación de ningñun archivo, aunque sirva para fabricar armas.

Formado por estudiantes, ingenieros, informáticos y profesionales de la red de Estados Unidos y Alemania, DD fue fundada por Cody Wilson, un estudiante de 24 años que se define a sí mismo como “criptoanarquista” o un “anarquista de libre mercado”. Wilson ha sido calificado por la revista 'Wired' como una de “las 15 personas más peligrosas del planeta”.

Aficionado a las armas y militante de la libertad individual absoluta, este joven ha publicado en DD un manifiesto que trata de dar continuidad a un texto del siglo XVII del poeta y ensayista inglés John Milton, uno de los primeros defensores de la libertad de prensa, titulado 'Por la libertad de imprimir sus autorización ni censura'.

El pasado domingo, DD consiguió finalmente su principal objetivo al poner en línea, a través de de defcad.org los planos de su primera WikiArma: una pistola bautizada con el nombre de Liberator (Libertadora). Fue un éxito inmediato. Es imposible saber cuántas armas han sido efectivamente impresas en 3D, pero los planos fueron descargados por al menos 100.000 internautas.

Enfrentado al riesgo de la circulación de decenas de miles de armas nuevas, el Gobierno de Estados Unidos, que hasta entonces no había intervenido, se decidió a actuar. El pasado jueves el Departamento de Estado envió un carta a Cody Wilson pidiéndole que retirase del sitio web los planos de su arma por considerar que su divulgación podría violar las regulaciones de Estados Unidos contra el tráfico de armas a nivel internacional, así como el conjunto de leyes que regulan la importación y exportación de armas. En su carta, el Departamento de Estado tenía cuidado de no pronunciarse sobre el fondo de la cuestión: la nuturaleza jurídica y la legalidad de los planos puestos a disposición por los usuarios de Internet. Asimismo, pedía el bloqueo temporal de los enlaces para dar tiempo a estudiar la cuestión sin tener que preocuparse por su distribución dentro de Estados Unidos.

DD cumplió la petición del Departamento de Etado y puso fuera de línea su sitio de descargas. La medida, sin embargo, ya es completamente inútil. Poco después de su publicación, los archivos para imprimir copias de Liberator se pudieron descargar, circularon muy rápidamente y fueron añadidos a otros sitios de decargas, como The Pirate Bay, que ya ha anunciasdo su decisión de no eliminarlos.

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“En casi diez años, The Pirate Bay ha trabajado por no retirar ningún torrent (archivos de descarga) por presiones externas. Y no vamos a empezar ahora”, declaró un responsable al sitio de información especializada Torrent Freak.

Ardiente defensor de la libertad de exspresión y el libre flujo de información, sea el que sea, The Pirate Bay es uno de los primeros sitios en promocionar la impresión 3D, hasta el punto de tener desde 2012 una categoría de “objetos” descargables al lado de las ya existentes de “películas”, “juegos” o “música”. “Creemos que la idea de imprimir objetos es interesante. Por supuesto, usted puede imprimir armas, pero también puede imprimir mejores arados”, dice el responsable de The Pirate Bay en referencia a un movimiento. “El problema no es el objeto, sino lo que vas a hacer con él. Al igual que con un cuchillo de cocina”.

En este punto, The Pirate Bay se une al análisis de Cody Wilson, equiparando el derecho de intercambiar archivos a la libertad de expresión. Pero las similutudes terminan ahí: el sitio que dice luchar por los derechos de los usuarios no comparte sus ideas. “Nos reímos del amor a las armas; es obvio que es un camino equivocado”, asegura. “Creemos que la discusión de las impresoras 3D y la Ley de Armas tendrá el efecto beneficioso de centrar la atención. Y esperamos que la gente comience a imprimir carteles en contra de las armas, la corrupción y las amenazas a la libertad de expresión que el Gobierno de EEUU nos impone”.

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