MANIFESTACIÓN POR LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN

Millón y medio de personas se unen contra la violencia en el corazón de París

Manifestantes este domingo en el centro de París.

Irene Casado Sánchez (PARÍS)

Se respira un ambiente extraño en el metro de París. Este domingo no hay barreras para acceder a los andenes. Esta jornada el transporte público es gratuito. En los vagones de las estaciones que permanecen abiertas (las del centro de la ciudad se han cerrado por cuestiones de seguridad) se repite el mismo discurso: "Hoy todos somos Charlie".

No hay diferencias. Franceses, belgas, españoles, argelinos, cristianos, judíos o musulmanes se amontonan en el mismo tren, y todos se dirigen al mismo destino: la marcha por la libertad de prensa, de expresión y contra la violencia.

"Yo soy musulmán y condeno la violencia", reza un cartel sobre el cuello de un joven árabe con su hija de la mano. En la Plaza de la República se entona la Marsellesa y al paso de la bandera republicana el gentío aplaude. Jóvenes, ancianos, niños, de todas las razas y lenguas marchan bajo lemas como Dejadme reír, La violencia no tiene raza ni color, El amor es más fuerte que la rabia, Es la tinta la que debe correr, no la sangre o Yo soy musulmán contra la violencia.

Y es que este domingo, abrigados bajo la enseña Yo soy Charlie, ciudadanos de todos los orígenes, representantes de todos los partidos políticos franceses -a excepción del  ultraderechista Frente Nacional, que dice haberse sentido "excluido"- y líderes de todo el mundo se concentraron en el centro de París para condenar los atentados que han golpeado a Francia estos últimos días. La gran marcha republicana comenzó a las 15h en Place de la République para concluir en Plaza de la Nation. De acuerdo con Europa Press, hasta un millón y medio de personas se han congregado en la capital, mientras que otras 700.000 lo han hecho en diferentes puntos del país. 

A lo largo del recorrido, en el que Francia se reivindicó unida, jóvenes, ancianos y niños clamaron “por la revuelta, por la presencia y por la unidad” frente a la división. “Después del atentado -explicó a infoLibre un periodista francés de 53 años que prefiere mantener el anonimato-, el discurso de los medios de comunicación ha condenado a la comunidad musulmana, pero no se trata de religión: en Francia cerca del 70% de los ciudadanos son no creyentes”. “Estoy aquí porque amigos míos murieron en la redacción de Charlie Hebdo, porque también hay que defender el derecho a estar protegidos, porque se ha atentado contra la libertad y el laicismo”, remarcó mientras sostenía una pancarta con el lema Ana Charlie, Yo soy Charlie en árabe.

Las banderas francesa, turca, libanesa, palestina, uruguaya o colombiana, entre otras muchas, coronaban esta jornada la estatua de la República. Un símbolo de unión frente a un atentado que “no logrará dividir” a todas las comunidades que configuran el Estado francés. “Es Francia lo que defendemos, no se trata de una comunidad, se trata de la Nación entera”, declaró Isha, un joven francés de 18 años de religión musulmana. “Esta marcha es para demostrar que no hay solo una nación contra la violencia, hoy todas y cada una de las naciones repudian estos actos”. Se trata de una “jornada histórica donde hay cabida para todas las banderas, para todas las creencias, unidas para condenar la crueldad y el terrorismo”, relata un estudiante de 25 años, francés y practicante de la religión cristiana.

París es así esta jornada "la capital del mundo”, como ya subrayó el presidente de la República, François Hollande. Nunca antes se habían reunido tantas personalidades políticas en la misma ciudad para defender un derecho fundamental como la libertad de expresión, mano a mano con una marea de gentes de todos los orígenes y lenguas. El presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, la canciller alemana, Angela Merkel, el primer ministro británico, David Cameron, así como el italiano Matteo Renzi, o Jean-Claude Juncker, en representación de la Unión Europea, participaron en la manifestación masiva que hizo latir el corazón de París la tarde de este domingo.

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Los dirigentes europeos no son los únicos que se unieron a la marcha Yo soy Charlie. El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, y su ministro de Asuntos Exteriores, Avigdor Liberman, también estuvieron presentes en las calles de la ciudad de la luz. Mahmoud Abbas, presidente de la Autoridad Palestina se sumó a la lista de representantes políticos que condenan el ataque contra la publicación satírica Charlie Hedbo, al que siguió una toma de rehenes en un supermercado judío. El gobierno francés también invitó al presidente de Mali, Ibrahim Boubacar Keïta, al jefe de estado de Niger, Mahamadou Issoufou, y al presidente de Gabón, Ali Bongo Ondimba.

Representantes de tal calibre, y una participación ciudadana masiva, obligaron al gobierno francés a desplegar un dispositivo policíal de enormes dimensiones. Más de 5.500 policías y militares fueron movilizados esta jornada en el centro y alrededores de París. Un equipo de 2.200 oficiales vigilaron esta marcha histórica. Bernard Cazeneuve, ministro del Interior francés, aseguró horas antes de la manifestación que “todas las medidas de seguridad se han desplegado para que esta marcha se pueda llevar a cabo en el marco de la contemplación, el respeto y la seguridad".

"Yo soy policía, yo soy judío, yo soy musulmán, yo soy Charlie”. Este clamor general se coló por cada calle de París. Una jornada de reflexión, de solidaridad, contra el terror y por la tolerancia.

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