La guerra en Ucrania

Los pros y los contras de suministrar armas al Gobierno ucraniano

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Mucho se ha hablado en las dos últimas semanas sobre la posibilidad de que Estados Unidos y los países europeos suministren armamento al Gobierno ucraniano para hacer frente a la nueva ofensiva de los separatistas prorrusos en el este de Ucrania y frenar su avance, respaldado por Rusia.

La idea parece tener más adeptos en Washington, si bien de manera oficial la Administración de Barack Obama ha manifestado su deseo de encontrar una solución pacífica y diplomática a la crisis. En Europa, los líderes europeos no parecen estar tan abiertos al suministro de armamento a las fuerzas ucranianas, como lo han manifestado tanto la canciller alemana, Angela Merkel, como el presidente francés, François Hollande, entre otros.

Los think-tank The Brookings Institution, The Atlantic Council y The Chicago Council on Global Affairs, en el que han participado ocho antiguos altos cargos diplomáticos y militares estadounidense, han llevado a cabo un proyecto bajo el título 'Preservar la independencia de Ucrania, resistir la agresión rusa: lo que Estados Unidos y la OTAN deben hacer', en el que abogan por un mayor liderazgo de Washington para poner fin al conflicto.

En este sentido, defienden que Washington y la OTAN deberían reforzar la defensa de Ucrania y disuadir a Rusia de nuevas agresiones mediante el suministro de ayuda militar, incluida asistencia defensiva letal.

En concreto, recomiendan el suministro de 1.000 millones de dólares en ayuda militar este año a Ucrania para poner al día sus capacidades militares, a los que seguirían otros 1.000 millones de dólares en este mismo concepto en los años próximos. Igualmente, creen que "el Gobierno estadounidense debería alterar su política y comenzar a suministrar asistencia letal al Ejército ucraniano" y debería convencer a otros países de la OTAN de que también lo hagan.

Entre el armamento que ven necesario hacer llegar al Gobierno de Petro Poroshenko citan radares antibatería para detectar el lanzamiento de cohetes de largo alcance y proyectiles de artillería, aviones no tripulados, vehículos Humvee blindados y misiles ligeros antiblindados, así como capacidades de comunicación seguras.

Armas y sanciones económicas

También se muestra partidario del suministro de armas a Kiev el director del programa para Rusia y Eurasia del Centro para los Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS) de Washington, Andrew Kuchins. En un artículo publicado en la web de este think-tank, considera que "en combinación con las sanciones económicas, mayores pérdidas de hombres y material para las fuerzas insurgentes rusas podrían alterar los cálculos de (el presidente ruso Vladimir) Putin de riesgo y recompensa y empujarle hacia una solución negociada del conflicto".

Kuchins explica que los detractores de esta opción consideran que "solo llevará a una escalada militar del conflicto" y que Rusia tiene "una posición superior" que le permitiría mantener su posición dominante. No obstante, considera que si Putin optara por la escalada, la respuesta desde Europa sería "no solo mantener sino profundizar las sanciones económicas".

Así pues, "irónicamente, el suministro de apoyo militar letal a Ucrania podría resultar en una resolución y unidad fortalecida de Occidente, algo que Putin claramente busca evitar", afirma este experto. Asimismo, subraya que "la creciente amenaza de una decisión de Estados Unidos de suministrar armas" ha ayudado en las negociaciones mantenidas en la última semana por Merkel y Hollande con el presidente ruso.

Para el director del programa de Rusia y Eurasia de Carnegie, Eugene Ramer, el suministro de armas a Kiev supondría el "riesgo de un nuevo Black-Hawk derribado", en referencia a la intervención de Estados Unidos en Somalia en la década de 1990. En un editorial publicado recientemente en el 'Financial Times', Ramer considera "equivocada" la lógica de "una vez que las bolsas con cadáveres comiencen a llegar a las localidades rusas, el presidente ruso Vladimir Putin se ablandará".

Prolongar la agonía de ucrania

"Pretendiendo ayudar a un país golpeado, podría en lugar de ello prolongar la agonía de Ucrania y distraerle de la vital labor de reconstrucción", afirma este experto, para quien es "altamemente improbable que haga que Putin abandone su deriva destructiva" y además "llevaría a Estados Unidos un paso más cerca de una confrontación militar directa con Rusia".

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Por otra parte, hay también "cuestiones prácticas" a tener en cuenta, como el hecho de que los soldados ucranianos no están entrenados para usar el armamento que recibirían. ¿Enviarán Estados Unidos y sus aliados a entrenadores al este de Ucrania? Si lo hacen, enviarán a estadounidenses a una zona de guerra con Rusia como enemigo", advierte Ramers, incidiendo en que entonces "será difícil pretender de que Estados Unidos no es parte en el conflicto".

En este punto, el experto de Carnegie plantea la situación que se produciría si los separatistas capturaran a un "occidental no combatiente en uniforme" y recuerda lo que ocurrió en Mogadiscio al intentar rescatar a soldados estadounidenses. "Imaginad lo que podría ocurrir a 10 millas de la frontera rusa, en una zona controlada por personal ruso".

Para Micah Zenko, del Centro para la Acción Preventiva del Consejo sobre Relaciones Exteriores (CFR) es "improbable" que "la muerte de unos pocos separatistas más y la destrucción de material ruso logre el objetivo político de cambiar el cálculo en la manera de pensar de Putin para obligarle a respaldar un arreglo genuino" del conflicto.

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