Entrevista | Almudena Bernabeu

“La extradición de Montano desde EEUU a España muestra que la justicia universal es necesaria”

“La extradición de Montano desde EEUU a España muestra que la justicia universal es necesaria”

El pasado viernes la Policía de El Salvador detuvo a cuatro militares involucrados en la masacre de seis jesuitas españoles durante la guerra civil salvadoreña [descubra más en este PDF], semanas después de que el juez de la Audiencia Nacional, Eloy Velasco, emitiese una orden de detención contra ellos. Pocas horas antes, la Justicia de EEUU avaló la extradición a España de Inocencio Montano, uno de los acusados del asesinato. 

La abogada española Almudena Bernabeu, acusación particular en el proceso por la muerte de los jesuitas y directora del Programa Jurídico de Latinoamérica y de Justicia Universal del Center for Justice and Accountability de San Francisco (EEUU), explica a infoLibre cuál es la situación actual del caso y cuál es la relevancia de la extradición de Montano y la detención de los militares salvadoreños. PREGUNTA:

La Justicia de Estados Unidos aceptó extraditar al militar Montano por su implicación en la matanza de los jesuitas españoles en 1989. ¿De qué está acusado exactamente?

RESPUESTA: En el caso de Montano, está acusado en España por homicidio en el contexto de un crimen de lesa humanidad y por terrorismo. En 2014 se produjo la reforma española de la justicia universal por presiones del Gobierno de China, que hizo que las causas que estaban pendientes en la Audiencia Nacional, tuvieran que reajustarse. Una serie de jueces –para protestar– se ampararon en que si existe un delito de terrorismo dentro de una causa de justicia universal, y además hay víctimas de nacionalidad española, se puede seguir con la investigación en vez de dictar el sobreseimiento de la causa. Por eso Eloy Velasco continúa adelante.

P: ¿Qué importancia tiene su extradición?

R: Mucha y desde muchísimos lados. Por una parte, el primer factor que no hay que olvidar es que estamos hablando de Estados Unidos, un país al que se le conoce por su resistencia en el tema de los derechos penales universales, de justicia contra la impunidad. Es un país que no firma el Estatuto de Roma de creación de la Corte Penal Internacional, un país al que no se le conoce por su cooperación penal internacional. Pero, sobre todo, es un país que desde la era Bush tiene miedo de que se juzgue a sus oficiales.

Con el caso Montano, EEUU está reconociendo la jurisdicción de un juez español, que es una jurisdicción territorial extensa y extensiva por tratarse de crímenes de mucha gravedad. Segundo, es una extradición de un "no nacional", que también es un paso importante. Y, por último, en un contexto en el que la justicia universal se ha visto atacada y donde las diferentes fuerzas políticas, sobre todo las dos mayoritarias –el PP y el PSOE– han ido mermando la capacidad de los tribunales españoles de liderar las persecuciones de las violaciones de derechos humanos en tribunales, garantiza que haya un juicio de justicia universal. Esto permitirá que España vuelva a confiar en que la justicia universal es necesaria, en que es un instrumento reconocido internacionalmente y válido, y que España sigue siendo la pionera en su puesta en práctica.

P:¿Es definitiva la decisión de extraditar a Montano o tiene la Administración Obama la última palabra? 

R: La extradición en EEUU es compleja en el sentido de que primero tiene un aspecto jurisdiccional, la decisión de un juez donde están las partes debidamente representadas, y después está el acto político, que es lo que se llama la adjudicación por parte de la Secretaría de Estado [que dirige John Kerry], que será quien dé en última instancia carpetazo a la causa y mandará a Montano a España. Es cierto que al tratarse de algo tan cercano a Estados Unidos como El Salvador y su guerra civil, ya que EEUU ayudó al ejército salvadoreño económicamente hasta 1989 cuando matan a los jesuitas, tiene unas connotaciones políticas especiales y la Administración Obama no quería exponerse como contraria al derecho internacional. En eso hemos jugado con ventaja en cierto modo.

P: ¿Cuáles son los pasos a seguir a partir de ahora en la extradición de Montano?

R: Le queda un resorte más que se conoce como el habeas corpus, un recurso que todas las personas que están sometidas a un proceso general de extradición hacen uso de él. Lo más lógico es que no prospere el habeas corpus porque sólo se puede poner por unos motivos muy tasados. La jueza dejó muy poco espacio para ello. A partir de ahí se tiene que producir la denominada adjudicación del secretario de Estado. Habrá un cierto lobby y la Compañía de Jesús también nos está apoyando. Lo lógico es que no haya retrasos. Aunque Montano tiene la posibilidad de presentar otro recurso más, a lo largo del verano podríamos verlo en Madrid.

P: El juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco es quien lleva el caso desde España. ¿Cómo valora su actuación?

R: El mismo viernes que salía la decisión de Montano en Carolina del Norte, por la noche, la Policía salvadoreña llevaba adelante el arresto de militares en San Salvador en relación con las órdenes de arresto reiteradas por el juez Velasco. Estamos consiguiendo en 48 horas lo que no hemos conseguido en siete u ocho años que lleva el caso abierto.

Cuando comenzamos el trabajo, Velasco no era un hombre que tuviera un perfil muy pronunciado en la justicia de los derechos humanos. No era conocido por ese tipo de intereses. La capacidad de los jueces de instrucción de investigar estas causas es compleja por la falta de recursos, porque son hechos internacionales en otros países, pero ha habido mucho ánimo de colaboración con la Audiencia Nacional y una comunicación muy fluida entre nosotros, que al fin y al cabo es nuestra labor como acusación particular. En el caso de Montano su trabajo estará a punto de concluir una vez se produzcan los arrestos y nos desplacemos a la fase de juicio oral.

El caso como tal lo comenzamos en noviembre de 2008. Es un caso sin precedentes en España cuando se trata de causas de justicia universal porque el informe de la Fiscalía fue completamente favorable.

P: ¿Por qué no comienza a investigarse antes?

R: Porque los salvadoreños entienden que esta causa es de ellos. Es decir, querían que la justicia se hiciera en El Salvador. Los jesuitas, aunque fueran españoles, adquirieron la nacionalidad salvadoreña. Cuando fueron asesinados, la Compañía de Jesús quería hacer valer la justicia nacional. Por eso, desde 1990 hasta el año 2000 pidieron que se abriese una causa en El Salvador. Ganaron en los tribunales de El Salvador y, sin embargo, por prescripción se terminó rechazando el caso en una burla después de casi 20 años de querer justicia y de pedirla. Los jueces e instituciones de El Salvador se estaban riendo de las víctimas.

Creo que es un caso mucho más importante para los salvadoreños que para los españoles, y, de hecho, es un caso que puede cambiar el destino de El Salvador. Quiero que en España se acepte la justicia universal, eso es verdad, pero este caso lo hicimos pensando en El Salvador y en los salvadoreños.

P: Afirma que puede cambiar el destino de El Salvador. ¿Por qué?

R: Totalmente, porque no avanza. Con la muerte de los jesuitas consiguieron aquello que llevaban intentando años: la firma de la paz y olvidar la guerra. Se firma un acuerdo de paz y la verdad es que se pacta automáticamente que a los militares no se les va a tocar. Se les excluye de cualquier mecanismo de justicia e incluso se firma una Ley de Amnistía general. Nunca dijeron si esa Ley de Amnistía iba a tener fecha de caducidad. Ellos la plantan ahí, con eso aseguran que nadie va a tocar a los militares que fueron muy poderosos durante la guerra civil. Y ello supone el olvido de miles de víctimas. Hay una serie de cuestiones que todavía no han mejorado y, aunque no se puede afirmar que la impunidad sea la única causa, sí que es una de las causas principales. El Salvador es un país donde hagas lo que hagas no vas a ir a la cárcel.

La falta de reconocimiento explícito de las víctimas, a quién se hizo lo que se hizo y por qué, es un ciclo que parece inevitable. Siempre hacen daño a los mismos. Las poblaciones vulnerables son las mismas. Estos esfuerzos de justicia para el pueblo salvadoreño suponen una sensación de que se les toca a los que toda la vida han permanecido como los intocables, y las sociedades se transforman cuando estos intocables caen.

P: Hablando de estos intocables que pueden dejar de serlo: el pasado viernes se detuvieron a cuatro militares en San Salvador, pero hay cerca de una veintena que están acusados. ¿Cuántos militares reclama España? ¿Dónde están el resto?

R: Estamos reclamando a 18 personas en total, de las cuales 17 están en El Salvador y uno en EEUU: Montano. De las 17, cuatro fueron arrestadas en la noche del viernes al sábado. Tres fueron soldados de la Atlacatl, batallón que asesinó a los padres jesuitas y a sus empleadas, y uno es el coronel Alfredo Benavides, jefe de la academia militar.

P: ¿Qué va a pasar con estos cuatro militares detenidos?

R: En el momento en que el juez Eloy Velasco sea notificado de que están arrestados, tenemos 30 días para enviar la solicitud de extradición. Hay que enviarlas por vía diplomática a El Salvador para que las autoridades decidan sobre la extradición de estas cuatro personas. Si están a favor, a lo mejor incluso se juntan con su amigo Montano.

P: ¿Será más compleja la extradición de estos cuatro militares que la de Montano?

R: Va a ser más compleja porque no se circunscribe a El Salvador y se trata de nacionales, de gente salvadoreña. Ahí se va a dar una dicotomía importante. La Corte Suprema de El Salvador, si hace lo que tiene que hacer, deberá tomar una decisión: o les juzgan o les extraditan a España. Ahí la decisión es también política. No tengo muy claro cómo van a actuar porque el hecho de que los detuvieran me cogió con tanta sorpresa que no tengo ni idea de cuáles son los cálculos políticos ahora mismo.

P: ¿En El Salvador cómo se está viviendo este caso?

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R: Por una parte, los conservadores tienen mucho miedo porque viven con la arrogancia de que nunca se les va a tocar. Ahora mismo están todos los generales juntos en una casa en la costa. Para la sociedad esto es más de lo que han tenido desde 1992. Es que no ha habido nada. No ha habido ninguna detención jamás por ninguno de los abusos cometidos durante la Guerra Civil.

P: ¿Confía en que tras 27 años se haga finalmente justicia?

R: Ahora sí. Hace mes y medio no tanto. Pasos tan importantes como el del viernes no son frecuentes. Hemos peleado y trabajado muy duro. Hay que aprender a recuperar la memoria de estas personas, la labor de justicia social que realizaron estos jesuitas. Son unos intelectuales espectaculares y en España nadie los ha estudiado.

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