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Dos millones de nepalíes malviven en refugios un año después del terremoto

Las calles de Katmandú (Nepal) tras el terremoto.

El terremoto de 7,6 grados de magnitud que sacudió Nepal dejó más de 8.700 víctimas y 23.50 heridos. Asimismo, más de 750.000 casas sufrieron daños o quedaron destruidas. Ante tal hecho el país trató de reconstruirse, pero un año más tarde la situación parece no haber avanzado: más de dos millones de nepalíes viven aún en refugios temporales.

Así lo denuncia Oxfam con su informe Building Back Right: Ensuring Equality in Land Rights and Reconstruction in Nepal, donde denuncia que 600.000 familias nepalíes han necesitado un refugio de emergencia desde el terremoto. A día de hoy, la mayoría siguen en la misma situación y cerca de 26.000 personas continúan sin poder regresar a sus casas.

La situación se agrava entre los más pobres del país, quienes están en riesgo de quedar excluidos del proceso de reconstrucción y recuperación. En declaraciones al comunicado informe remitido, Bárbara Mineo, directora Humanitaria de Oxfam,considera que la actuación del Gobierno ha sido “insuficiente”, y recalca que “incluso en las casas más pequeñas” necesitan “certificados de propiedad” para poder regresar a su hogar. Unos documentos que, en muchos casos, se perdieron entre los escombros.

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“Es inaceptable que varios miles de personas continúen viviendo en refugios temporales durante un segundo año por retrasos en la construcción y los fuertes intereses que generan disputas en torno a la propiedad”, afirma Mineo. En concreto, al menos 40.000 familias no poseen la documentación que demuestra su posesión de tierras.

El caso del género femenino es más complejo. En un país donde la figura del hombre prima sobre la mujer, un incidente como el del terremoto las convierte en las “más damnificadas”. Según Oxfam, sólo uno de cada cinco hogares tiene la firma de una mujer en el los escritos de propiedad, pese a suponer un 51,54% del censo total del país –en cifras de 2014–. Esto se traduce en una situación de incertidumbre para todas aquellas nepalíes que estén solteras y no tengan un varón que las respalde. “Incluso las mujeres casadas cuyos maridos han emigrado por motivos de trabajo se ven excluidas”, afirma el informe de la ONG.

Ante estas desigualdades sociales, la ONG ha establecido una red de centros para poder asesorar a estas mujeres sobre sus derechos y ayudarlas a reclamar ayuda. El problema es que la decisión última no reside en la organización, sino en los poderes gubernamentales. Y a ellos, a los políticos, Mineo les insta a actuar: "La reconstrucción de Nepal aún puede ser una oportunidad para lograr no sólo un país más fuerte, sino un país más justo e igualitario". La pelota, ahora, está en el otro lado.

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