Derechos humanos

Amnistía acusa a las fuerzas del Gobierno de Sudán del Sur de matar, violar y saquear a civiles

Desplazados sudaneses a causa del conflicto que golpea el país.

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Las fuerzas leales al Gobierno de Sudán del Sur han cometido en la capital, Yuba, "homicidios deliberados de civiles, violación de mujeres y niñas y saqueo de bienes", según Amnistía Internacional, que ha alertado en su último informe de la desprotección en que vive sumida gran parte de la población.

Los hechos se remontan al pasado mes de julio, a raíz de un enfrentamiento entre las tropas del presidente, Salva Kiir, y fuerzas leales al exvicepresidente Riek Machar. Los combatientes gubernamentales comenzaron a atacar a personas en función de orígenes étnicos y lealtades políticas.

La asesora de Amnistía, Joanne Mariner, ha advertido de que "las tropas de Sudán del Sur mataron a hombres del grupo étnico nuer, violaron a mujeres y niñas y llevaron a cabo una campaña masiva de saqueo". Así se expone en el informe No creíamos que sobreviviríamos: Asesinatos, violaciones y saqueos en Yuba, elaborado a partir de una investigación sobre el terreno.

Joy Kamisa, de seis años, murió por un cohete disparado desde un helicóptero que alcanzó la casa de su abuela, mientras que Nyamuch, de dos años y medio, fallecido cuando un fragmento de metralla la alcanzó en la cabeza, a pesar de estar en un centro diseñado específicamente para la protección de los civiles en una base de la ONU.

El informe recoge también abusos por parte de las fuerzas opositoras –Ejército Popular de Liberación de Sudán en la Oposición– y expone cómo entraron varias veces en los centros de protección de la base de la ONU en Jebel. La ONG no ha podido aclarar si intentaban protegerse de un ataque o impedir operaciones militares, lo cual constituiría un crimen de guerra al servirse de escudos humanos.

Otro problema relacionado era la ubicación de la base del Ejército de Liberación Popular de Sudán en la Oposición en Jebel, que dejaba a los civiles a unos pocos metros de los enfrentamientos, atrapados en el fuego cruzado entre las fuerzas leales a Kiir y las partidarias de Machar.

La disputa política ha derivado también en una lucha con tintes étnicos, habida cuenta de que el presidente pertenece a la etnia dinka y su antiguo 'número dos' a la nuer. Así, Amnistía recuerda casos como el del periodista John Gatluak Manguet Nhial, que murió por los disparos de un soldado gubernamental al grito de "nuer, nuer".

Por su parte, una mujer dinka ha contado que las tropas del Gobierno irrumpieron en la vivienda familiar y detuvieron a su esposo --de etnia nuer-- y a su cuñado. Cuando alegó ante los militares que ambos hombres trabajaban para el Gobierno, éstos le espetaron que daba igual: "Los nuer son rebeldes".

Los soldados violaron a mujeres nuer no sólo con el objetivo de causar daño, sino también para humillar y castigar a sus maridos. "Tu esposo es un nuer, nuestro enemigo", ha recordado una de estas víctimas, que recuperó la libertad con las ropas manchadas de sangre.

Los militares también violaron a otras mujeres y niñas de grupos étnicos ajenos, no necesariamente nuer. Un hombre kuku ha contado que sus dos hermanas, de 14 y 17 años, fueron violadas por unos soldados que también saquearon la vivienda de la familia, a la que acusaron de apoyar a Machar.

El papel de la ONU

El informe de Amnistía Internacional ve la luz en vísperas del comienzo de una misión que el Consejo de Paz y Seguridad de la Unión Africana prevé desplegar en Sudán del Sur entre el 28 y el 30 de octubre. La ONG pide a este grupo que analice la violencia de julio y garantice el establecimiento de un tribunal independiente.

La investigación revela "graves deficiencias" en la labor de las tropas de la ONU, que llevaron a cabo un trabajo "decepcionante e inadecuado" en opinión de Amnistía. La organización lamenta que no protegieran a los civiles frente a los homicidios y las violaciones que se estaban cometiendo.

Una mujer nuer de 24 años violada por cinco hombres justo delante de la base de la ONU ha denunciado que tanto las fuerzas de paz como los guardias privados podían ver el ataque y no acudieron en su ayuda. Las tropas internacionales tampoco intervinieron durante el ataque al Hotel Terrain, situado apenas a un kilómetro de la base.

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"Las fuerzas de la ONU fallaron en su misión de proteger a los civiles, y eludieron intervenir mientras se mataba y violaba a gente", ha lamentado Mariner, crítica no sólo con la inacción sino también con determinadas actuaciones. En una ocasión, los efectivos de la ONU arrojaron gas lacrimógeno contra una multitud de asustados civiles nuer.

El informe critica en una de sus partes el uso de los tribunales militares para juzgar a soldados sospechosos y, en general, la falta de una justicia real en Sudán del Sur. Mariner ha insistido en que "estos homicidios y violaciones sistemáticas en grupo no deben quedar impunes" y han de ser investigados "de manera inmediata, imparcial e independiente".

"Estos ataques de fuerzas gubernamentales son una demostración más de la urgente necesidad de imponer un embargo de armas en Sudán del Sur con el fin de detener el flujo de armas y establecer un mecanismo efectivo que vigile su cumplimiento", ha añadido la portavoz de Amnistía, que ve "vergonzosa" la actual libertad de la que goza el Gobierno.

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