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La jugada maestra

Fernando Ripollés

Urdangarin tiene intención de irse a trabajar a Catar. Su situación procesal no parece ser un obstáculo para recibir, aparentemente, jugosas ofertas de trabajo, eso sí, lejos de este país azotado por un galopante paro.

¿Pero Catar es un destino por azar o es una estrategia por si las cosas se ponen feas?

A nadie se le escapa que Catar es un país con el que España no tiene suscrito convenio de cooperación en materia penal, lo que eventualmente, y ante una hipotético procesamiento y eventual condena, sería el propio Urdangarin el que decidiría si se inmola ante la justicia española o, por el contrario, genera un incidente en las buenas relaciones que parece haber con Catar, aprovechando ese vacío legal, y negándose a comparecer personalmente en sede judicial.

Habiendo tantísimo dinero desfalcado, sobre todo dinero público, que es lo más preocupante y triste, a muchos nos sorprende que no se haya adoptado medida cautelar tan elemental como la retirada del pasaporte a los imputados (nadie, en su sano juicio, puede decir que este culebrón no ha generado alarma social), el artículo 530 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal impone prácticamente esta medida, ya que el imputado que hubiere de estar en libertad provisional tendrá obligación de comparecer, en los días que se señale, ante el Juez o Tribunal que conozca de la causa, y para garantizar esta obligación se podrá acordar la retención del pasaporte.

Por muchísimo menos, en este país se retiene pasaportes, ¿por qué no se ha hecho con los imputados en Nóos? ¿Por ser vos quien sois? Lo lógico sería pensar que no se le aplica dicha medida por presumir que no hay riesgo de fuga pero, sabiendo lo que se sabe, presuntamente se ha desviado mucho, muchísimo, dinero público. En modo alguno se puede otorgar este privilegio a quien no ha tenido reparos en amasar tanta fortuna, como mínimo, evadiendo al fisco. No en vano en la propia Instrucción se dice que ha habido un ánimo desaforado por enriquecerse.

¿Qué pensaríamos si fuera el Sr. Torres el que decide irse a trabajar al extranjero? Jurídicamente chirría que se dé carta blanca a tan amplia libertad de movimientos de los imputados. Hay que recordar que están conectados internacionalmente, Urdangarin, sin ir más lejos, parece contar con su valedora Corina, supuestamente vinculada con los poderes fácticos internacionales.

Lo que es evidente es que, desde el punto de vista procesal, la suerte de Torres está vinculada a la de Urdangarin, porque si se cayese en la torpeza de endurecer la situación de aquél, frente a un hipotético trato de favor a éste, se estaría fraguando la nulidad de lo actuado en este encomiable trabajo del juez Castro, por quiebra del derecho fundamental del principio de igualdad (art. 14 Constitución Española).

Pero la marcha de Urdangarin a lejanas tierras provocará, casi con total seguridad, efectos secundarios, ya que es evidente que tendrá al alcance de su mano infinitas maniobras dilatorias (dificultades de notificación, inembargabilidad de cuentas y bienes, etc.) que alargarían el proceso ad nauseam, y ello puede ser legítimo desde el punto de vista del derecho de defensa, pero por ser consorte y yerno de quien es, dice poco de él y, además, si algo valora el oficio de su suegro, flaco favor hace a la, cada vez más según las encuestas, denostada y minusvalorada Corona.

Por otro lado, tampoco extraña en exceso que Catar sea una salida amable para Urdangarin, dados los estrechos lazos que parece haber entre el Rey Juan Carlos y las autoridades cataríes. Ya se sabe que, por extrañas razones, a estos países, donde sistemáticamente se violan los derechos más elementales de las personas (especialmente los de las mujeres), se les respeta profundamente… Poderoso caballero es don petrodólar y gaseodólar.

Lo que más inquieta de todo esto es que el duque de Palma, quien, no olvidemos, está en la línea sucesoria como consorte, aunque remotamente le pueda tocar la lotería, sigue siendo, para bien o para mal, un miembro de la Familia Real, y avergüenza que no haga un gesto que evidencie una conducta ejemplar, y no dé un paso al frente tratando de aclarar este turbio asunto con el cuajo que requiere, en vez de poner tierra de por medio.

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