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Desde la tramoya

A la reelección de Rajoy en ocho sencillos pasos

No logrará la mayoría absoluta de 2011, pero el PP tiene hoy la victoria electoral en dos años al alcance de la mano. Aunque Rajoy sea el líder con menos aprobación ciudadana de Europa y los datos económicos sean desastrosos. ¿Cómo lograrlo? Aquí dejo ocho sencillos consejos, que en realidad preferiría que consideraran más bien mis amigos del PSOE.

Primero. Bajen el IRPF un par de puntitos. Ya lo ha demostrado Monago. Lo de menos es la cantidad. Lo importante es el concepto. Aunque hayan subido los impuestos 100 durante la legislatura, si los bajan 20 al final, lo que queda es la bajada...

Segundo. Reduzcan el IVA cultural en algunas partidas. Lo mismo: aunque hayan masacrado al cine y al teatro con subidas bestiales, ahora pasarán por benévolos si bajan un poco... Además, ya sabemos la importancia de los artistas en los estados de ánimo de la gente. Mejor no despertar abiertamente animadversión, aunque ustedes los señores del PP no les caigan bien.

Tercero. Mejor bajen el nivel de exigencia en cuestiones morales, como la religión en la escuela o el aborto. Está bien que Gallardón o Wert vuelvan a usar un lenguaje parroquial de los años 80, pero si es para luego ceder y pasar así por gente magnánima y centrada. En cualquier caso, no despierten de su modorra al PSOE y al resto de la izquierda, que en esos asuntos se hacen con la calle.

Cuarto. Toca optimismo. Como ha dicho ya explícitamente Rajoy, "el pesimismo está en retirada." Quieran Dios, Merkel y la Troika que se confirmen los buenos datos de empleo de la última encuesta. Repitan el mantra del "final del tunel", "ya salimos", etc... Es sabido que la economía es en buena parte puro estado de ánimo.

Quinto. Acepten a Rubalcaba una decena de pactos inútiles. Disimulen la desgana y lo poco que les importa. Ahora magnanimidad, sentido de Estado, buen rollo... No pierden ustedes nada mientras no cedan en lo que de verdad importa.

Sexto. Ahora, menos viajes y más España. Sabemos que a Rajoy no le gusta mucho la gente en multitud, pero ahora hay que pisar calle, gastar suela, besar niños, escuchar a desempleados, visitar emprendedores... Eso es lo coherente con el nuevo tiempo de optimismo.

Séptimo. Retiren el plasma. Hablen directamente a la gente. Por cierto, esas conversaciones de fin de semana de tres líderes del PP sentados en banquetas y rodeados de pijos engominados y señoras enlacadas son demasiado arquetípicas y artificiales. Un punto más popular y de conexión con la clase media estaría mejor.

Octavo. A ver si hay suerte y Rubalcaba no convoca primarias hasta muy tarde. Así pueden ustedes adelantar elecciones y pillar con el pie cambiado al PSOE, forzando a Rubalcaba a repetir como candidato, sacrificándose una vez más por bien del Partido (del Partido Popular, quiero decir).

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