Buzón de voz

Esos tipos de interés

Sigue bajando el Euríbor, índice de referencia para variaciones del tipo de interés hipotecario en la inmensa mayoría de los créditos. Ahora ronda el 0,5%. Pero los bancos siguen incrementando el tipo de interés de las hipotecas nuevas que conceden. En mayo lo subieron una media del 7% respecto a mayo del año pasado.

Resulta simplemente escandaloso. Mientras se exige y se impone a la ciudadanía tragar con todo tipo de sacrificios en aras del sacrosanto objetivo de reducción del déficit público, los bancos compensan la bajada del Euríbor elevando sus márgenes o comisiones, que llegan a sumar 4 puntos a ese Euríbor del 0,5%. Todo vale con tal de que la cuenta de resultados siga creciendo o sufra mínimamente los efectos de esta crisis que (conviene recordarlo) estalló precisamente por las prácticas financieras de casino ejecutadas por la gran banca internacional.

Reducir los tipos de interés es uno de los instrumentos principales de estimulación del consumo y de la economía en general. Que los bancos obstaculicen la eficacia de esa herramienta para la recuperación debería ser un escándalo nacional. Pero es mucho más más fácil culpar absolutamente de todo a los representantes políticos. Si alguien desde la oposición critica el discurso único en política económica se le califica de antipatriota, pero si los bancos suben los tipos de interés cuando a ellos más barato les sale conseguir el dinero, entonces lo que hacen es "cuidar por los intereses de sus accionistas". Y por los de los propios banqueros.

Cualquier reproche comparativo que afecte a la banca es inmediatamente calificado de demagógico. Pero son datos. La Unión Europea, después de marear muchísimo la perdiz, aprobó en febrero la puesta en marcha de una legislación para limitar los sueldos que se pagan en el sector financiero. Se supone que las disparatadas remuneraciones en la banca propiciaron que ciertos cargos directivos llevaran a sus entidades a asumir riesgos absurdos con tal de cobrar sus incentivos, lo cual habría contribuido decisivamente al 'crash' financiero de 2008. La Autoridad Bancaria Europea (ABE) tiene previsto aplicar esa legislación sin molestar demasiado a los afectados, de modo que los incentivos variables "no podrán superar el doble del sueldo anual, y sólo si lo aprueba la mayoría de los accionistas", según el último borrador conocido. Si un alto directivo en la banca de inversiones gana un fijo de 500.000 euros, su retribución variable no podrá superar el millón. ¡Horror! (Un 'drama' perfectamente reflejado por John Lanchester en su reciente y exitosa novela Capital). 

Es cierto que las exigencias de la directiva denominada Basilea III plantean requisitos bastante más duros a la banca europea para garantizar su solvencia, su liquidez para prevenir cualquier situación de riesgo. Muy especialmente a las entidades 'sistémicas', que podrían arrastrar en su caída a todo un sistema bancario. Pero esas limitaciones no justifican que el esfuerzo recaiga fundamentalmente en los clientes. No se cansan los presidentes y los servicios de estudios de los grandes bancos de "recomendar", por ejemplo, reducciones salariales o mayor flexibilidad laboral en toda la economía, recetas que crean incertidumbre, bloquean el consumo y disparan el paro. Lo que jamás se lee en los informes de la gran banca es una referencia al hecho de que sus tipos de interés reales vayan en dirección contraria a las rebajas que se deciden desde el BCE. 

La letra pequeña esconde a menudo cifras disparatadas, pero la letra gigante (BAJA EL EURIBOR) no debería ocultar permanentemente la misma trampa.

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