EL HOMBRE MODERNO

Todos vamos a morir

Todos vamos a morir

Y ya que no pueden hacer nada por salvar lo nuestro, al menos la clase política ha decidido, con sus propuestas y recortes, ofrecernos algún tipo de diversión.

Nietzsche afirmó que la vida que vivimos vamos a volver a vivirla una y otra vez de la misma manera para toda la eternidad. Eso en España se materializa en forma de elecciones generales y/o festival de Eurovisión, ya que en conjunto los españoles nos hemos convertido en aspirantes a ciudadanos en diversos grados de desilusión.

Las dos Españas (insisto en la necesidad de crear la tercera) se dividen entre los de:

A: Nunca más.

B: Mas nunca.

Las conquistas no se circunscriben al territorio. Ahora en las conquistas ya no se plantan banderas, sino facturas de la luz. Por eso, en lugar de “Libertad e independencia”, el grito de quienes sienten como suyo un determinado territorio debería ser “Libertad y autosuficiencia”.

Digo yo.

Les anticipo que nos espera un futuro como el de Mad Max; de hecho, mi madre ya conduce así.

La cuestión del cariño materno es para Kierkegaard una cortina de humo. Hay ansiedades y depresiones que son inherentes al hecho mismo de ser persona, sin que tenga nada que ver cuánto te quería tu madre. Y esas ansiedades y depresiones son la base de todas las frustraciones y desvaríos. Según Kierkegaard, toda tu ansiedad respecto de todas las cosas se debe al hecho de que sabes que vas a morir. Y tal vez esa búsqueda de problemas con tu madre, con tu perro o con Mariano no sea más que una manera de distraerte del problema real.

Mariano: La propia angustia es la salida, y no tienes que avergonzarte de ello, al menos, no por ahora.

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