Desde la tramyoya

El PSOE del lunes que viene

Ha habido algunos fogonazos de luz en la vida del Partido Socialista durante estas semanas. Hemos visto a tres candidatos a secretario general trabajándose democráticamente el puesto, y hasta que ayer jueves alguien trató de ensuciar inútilmente el currículo del madrileño a cuenta de su pertenencia gratuita e inocua a la Asamblea de Caja Madrid, la cosa había sido bastante limpia.

Conozco personalmente a Pedro Sánchez y Eduardo Madina y el primero me parece sin duda el mejor de los tres. Pero gane quien gane, será de agradecer este ejercicio de participación que anima a los 190.000 afiliados del PSOE. Sobre todo después de dos años y pico en los que el secretario general saliente y la Ejecutiva que lo acompañó, de la que formó parte en todo momento Madina, lo dejara moribundo. Y después también de que esa misma Ejecutiva impusiera un absurdo congreso extraordinario, poniendo con ello un enorme obstáculo a las primarias abiertas para las que tanto Carme Chacón como Pedro Sánchez llevaban largo tiempo preparándose.

¿Servirá la elección del domingo para devolver al PSOE la cordura y para inyectarle en vena un reconstituyente? La tarea que tendrá el nuevo secretario general será titánica. Unir a un partido roto en mil pandillas. Apoyar desde Madrid liderazgos territoriales a veces débiles; o convivir pacíficamente con los liderazgos territoriales fuertes. Convenir una posición coherente con el hermano PSC y su nuevo líder. Abrir las puertas y las ventanas de una organización que se resiste a hacerlo. Pelear contra un Gobierno que ha dedicado la primera parte de la legislatura a apretar a los trabajadores y va a dedicar la segunda a pedirles perdón y a invitarles a chucherías. Aguantar una y otra vez la apisonadora de una mayoría absoluta de derechas, mientras te da collejas la izquierda que no ha gobernado nunca y que puede permitirse el lujo de pedir la III República y la nacionalización del Ibex 35 entero sin tener que explicar cómo se hace eso.

Yo ya escucho a mi alrededor los titulares de los cenizos que no creen o no quieren que el nuevo pueda afrontar tamaña gesta. Esos titulares se están preparando ya a esta hora para colocarlos convenientemente en los medios afines: “Fulanito, secretario general del PSOE con el 15% de los votos de los militantes”. O “Votación fallida en el PSOE: Menganito gana a Fulanito por solo dos puntos”.

Sería un logro inesperado que votara más de un 40% de la militancia, teniendo en cuenta que la votación es física y en persona, únicamente en la agrupación de cada votante y un domingo de julio, día de la final del Mundial. Teniendo en cuenta que hay tres candidatos y una sola vuelta, es muy probable que, en efecto, el nuevo secretario general tenga solo en torno a un 15 o un 20% de los votos del total de los militantes. Bonita herencia que deja la Ejecutiva de Rubalcaba a sus candidatos a sucesor.

Yo quisiera –sí, lo sé, con ingenuidad– que el señor que el domingo salga elegido por los militantes del PSOE no le dedique ni un minuto a los aguafiestas, los tristes y los perdedores; y que sin dudar de la legitimidad de su victoria, aunque sea por medio punto y con una alta abstención, se ponga a pensar cómo poner al día a ese partido que tanto hizo por España y que tanto echamos algunos de menos. El otro día alguien me decía con tino que un club de fans no se moviliza si el cantante no funciona. La culpa no es del club, sino del artista. Lo mismo pasa en la política. Si el liderazgo no funciona la culpa no es de la gente, sino del líder. El que resulte ganador el domingo va a tener una enorme oportunidad para demostrar que sabe cantar y para salir al escenario sin complejos. Ojalá afine por encima del ruido que va a encontrar con toda seguridad. 

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