Plaza Pública

Todos dicen ganar en Escocia

Odón Elorza

La ciudadanía escocesa, a partir de los 16 años (!), ha hablado con una elevada participación del 86% y un resultado claro de rechazo a la independencia por un 55% a 44%. No obstante, es innegable la existencia de una reclamación independentista en Escocia que está pidiendo aplicar soluciones a tiempo.

Pero hoy me interesa hacer hincapié en el método seguido, cargado de audacia y también de riesgos, cuando se pretende hacer frente a un problema político contando con la opinión de la gente y aplicando aspectos democráticos innovadores. Porque hemos asistido a un proceso legal, pactado, a unos debates en profundidad más allá de las emociones y todo ello acompañado de la previsión de una posterior negociación entre las partes, desde la buena fe y en coherencia con los resultados. Nada que ver con las actitudes de Rajoy y de sectores del soberanismo en Cataluña.

Estos días leeremos sesudos análisis sobre los riesgos que asumió Cameron y escucharemos voces de algunos oportunistas contrarios al diálogo que sólo aplauden el resultado que se ha dado en Escocia pero que no reconocerán la clave de hacer compatible el principio de legalidad con el diálogo y el principio democrático de la voluntad ciudadana.

También estamos oyendo a otros que quieran apuntarse la victoria sin reconocer que en este referéndum ha perdido la posición independentista y se ha utilizado un método bien diferente al que ellos pretenden desarrollar en Euskadi o en Cataluña. Vamos, que con el resultado de Escocia ganan todos; desde Rajoy a ERC y Mas, pasando por Camacho y Sortu-Bildu.

A lo largo de muchos meses he defendido la consulta legal y pactada en Escocia. Y me alegro de que hayan ganado la democracia participativa, el autogobierno para un territorio con identidad de nación... y la preservación de la unidad del Reino Unido. Entre otras razones porque me gusta la convivencia de la diversidad y por no añadir más problemas a la grave crisis social, de identidad y de fronteras que padece la vieja Europa.

Tras el proceso democrático que se ha desarrollado en Escocia, deberían sentarse a reflexionar los inmovilistas que aún mantienen la vieja idea de la España imperial, los que animan a la confrontación interesada y aquellos secesionistas que buscan su independencia a toda velocidad y a cualquier precio sin importarles romper la cohesión social.

No tenemos tiempo que perder. En Cataluña, el camino nuevo se llama Ley de Claridad a debatir y aprobar por el Parlamento de España para regular las consultas con plenas garantías democráticas y para fijar de antemano las consecuencias constitucionales que se darían en su caso. Claro que sería mejor no llegar al extremo de tener que convocar un referéndum a cambio de negociar entre todas las partes un nuevo vínculo para la relación de Catalunya con una España plurinacional y en el marco de la reforma profunda de la Constitución.

Soy consciente de que mi planteamiento no es compartido por la gran mayoría del PSOE, ni siquiera dentro del PSE-EE. Pero me siento obligado a expresarlo en una fecha tan señalada y en coherencia con lo que vengo defendiendo desde hace muchos años.

El Gobierno vasco defiende “el modelo Londres-Escocia” frente al de “España-Cataluña”

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La vía de una Ley de Claridad basada en fundamentos jurídicos sólidos y en principios democráticos, como los contenidos en la Ley aprobada en Canadá para el caso de Quebéc, es, en mi opinión, la única vía que podría desatascar el conflicto existente en Cataluña, sin eliminar riesgos y sin constituir una solución perfecta. Lo lamentable es que todos sabemos que con Rajoy en La Moncloa resulta imposible.

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Odón ElorzaDiputado Socialista por Gipuzkoa 19 de septiembre de 2014

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