A la carga

¿Todos los políticos son igualmente corruptos? Radiografía estadístico-forénsica de los consejeros de Caja Madrid

Miguel Blesa, a su salida de la Audiencia Nacional, después de declarar ante el juez Fernando Andreu.

1. Introducción

El análisis del uso de las tarjetas black de Caja Madrid me lleva a defender una tesis que va en contra de la visión dominante. Dicha visión establece que todos los políticos son iguales. Ante la avalancha de información sobre el uso, digamos, fraudulento, de las tarjetas, son muchos los que piensan que el eslogan “PP y PSOE, la misma mierda es” se ha quedado pequeño: hay que hacer hueco a Izquierda Unida, a UGT y CCOO y a la CEOE.

Como a continuación veremos, un análisis superficial parece confirmar la idea de que todos los políticos se corrompen por igual. Los niveles de gasto, por ejemplo, son muy parecidos entre los consejeros elegidos a propuesta del PP, el PSOE, IU, los sindicatos o la patronal. Pero se trata de un examen epidérmico de la realidad. En cuanto se profundiza un poco, se observa que los patrones de corrupción son partidistas e ideológicos. El uso de la tarjeta que hacían los populares, los socialistas y la izquierda más progre es muy diferente en cada caso. La ideología sigue siendo importante, incluso cuando se trata de abusar del poder.

Para confirmar mi tesis, utilizaré instrumentos estadísticos, que nos ponen sobre aviso de los patrones generales de gasto. La pena es que nos obliga a dejar de lado el detalle morboso e idiosincrásico, como los gastos en lencería del consejero Juan Iranzo, o la compra masiva de lotería (4.500 euros) del consejero Ricardo Romero de Tejada y Picatoste. No obstante, acerca de estos particulares tan sabrosos la prensa ha informado sobradamente.

InfoLibre puso a disposición de los lectores los archivos Excel con todos los gastos de las tarjetas negras de los consejeros de Caja Madrid ( aquí). Son 60.513 registros, repartidos entre 64 consejeros. No he incluido a los directivos y consejeros ejecutivos de la entidad porque no fueron elegidos a propuesta de partidos, sindicatos o empresarios. Tras una tediosa preparación de los datos, podemos ofrecer aquí, en estricta primicia, un análisis rico y riguroso de la conducta de nuestros 64 consejeros.

2. Todo por la pasta

En el apéndice que se adjunta al final de este artículo, aparece el ranking de los 64 consejeros según su media anual de gasto ranking(no tiene sentido comparar el gasto total de un consejero que solo estuvo dos años con el de otro que estuvo nueve). Se añade además el partido político que propuso su nombramiento y la duración en el cargo. En total, se gastaron 7.168.264 euros.

El consejero que más abusó de su tarjeta es José Antonio Moral Santín, propuesto por IU (49.572 euros anuales). El que menos gastó es otro consejero de IU, José Luis Acero Benedicto (1.013 euros anuales). La diferencia es abismal, sobre todo teniendo en cuenta que ambos estuvieron el mismo tiempo en el puesto (2003-2011) y proceden del mismo partido político.

He agrupado a los consejeros en tres grupos: los de derechas, 39 (propuestos por el PP o la CEOE); los socialdemócratas (propuestos por el PSOE o UGT), 19; y los más de izquierdas (propuestos por IU o CCOO), 11 (he dejado fuera a 3 independientes). Como se aprecia en el siguiente gráfico, las diferencias de gasto según ideología son bastante pequeñas (y estadísticamente irrelevantes), lo que parece confirmar la opinión dominante que demoniza a los políticos y los considera a todos iguales:

Más a favor todavía de la opinión dominante, los datos indican que hay importantes variaciones en el volumen de gasto anual según el año en el que entró el consejero en Caja Madrid y seg­­­ún la duración en el cargo. Ninguno de estos dos factores tiene nada que ver con la ideología o el partidismo. Cuanto más tarde entró y más tiempo permaneció en el cargo el consejero, mayor es el gasto anual medio. La crisis, lejos de provocar austeridad en los consejeros, les hizo todavía más derrochadores. Y el vicio de gastar se fue haciendo más agudo con el tiempo. Así lo muestran los dos siguientes gráficos (se trata de gráficos de regresión parcial, en el de la izquierda se aprecia el efecto del año de entrada y en el de la derecha el efecto de la duración en el cargo): 

En cuanto a las fechas de gasto, los gastos se concentran en diciembre, por las Navidades, que, como todo el mundo sabe, tienen mucho de representación. Si el gasto fuera uniforme a lo largo del año, cada mes se gastarían 597.355 euros. Sin embargo, en el mes de diciembre el gasto medio es de 838.574 euros. En julio, con las vacaciones, también es elevado, 631.713, aunque no tanto.

Admito, pues, que ser propuesto por un partido u otro no influye necesariamente en el volumen de gasto. Así lo demuestran los datos. Sin embargo, los consejeros no gastan al azar. Sus patrones de consumo se pueden explicar en buena medida por su ideología, según veremos a continuación.

3. ¿Quién le mandaba flores por primavera?

Los gráficos que a continuación se presentan contienen datos sobre porcentajes del gasto total de cada consejero dedicados a distintos capítulos. Empecemos por las flores. Resulta que, a pesar de tratarse de una partida muy reducida, hay notables diferencias en el gasto: la derecha gasta mucho más en flores que el resto (con una excepción, el consejero Virgilio Zapatero, que empleó algo más del 5% de todos sus gastos en flores, el porcentaje más alto de todo el consejo). 

Las diferencias, desgraciadamente, no son estadísticamente significativas. No obstante, se trata de un gráfico importante, que nos plantea graves cuestiones sobre el posible romanticismo de la derecha y su galantería natural. Aunque, a la vista del gráfico que viene a continuación, quizá no sea todo romanticismo: bien podría suceder que el gasto en flores de la derecha estuviera relacionado con la institución de la queridaquerida

4. El robobo de la jojoya

No sólo son las flores: a la derecha también le gusta más que a la izquierda gastar en joyas y relojes. Las diferencias son más pronunciadas incluso que en el caso anterior (y, ahora sí, estadísticamente significativas). Flores y joyas son un indicador posible de aventura extramatrimonial, con perdón. Dado que casi todos eran hombres, no queda más remedio que pensar que los consejeros de la derecha compraban estos detallitos o bien para tener contenta y engañada a la parienta, o bien para lisonjear a la querida.

 

5. Marcha, marcha

La izquierda no pierde el tiempo en fruslerías. Se deja de flores y joyas. Sus consejeros prefieren la juerga y la parranda. Véase el siguiente gráfico sobre porcentaje de gasto en clubes, discotecas, pubs y garitos varios: 

Con todo, estas diferencias no son estadísticamente significativas. Pero esto no quiere decir que no resulten informativas. De hecho, los datos de este gráfico, combinados con los del siguiente, dejan poco lugar a la duda.

6. La 'grande bouffe'

Miren con atención el gusto de la izquierda por los restaurantes de lujo (4 y 5 tenedores). Aquí todo queda claro: la izquierda gasta casi el doble que los demás en restaurantes caros. ¿Será porque viene mal comida, siguiendo la terminología del consejero madrileño de Sanidad?

Esta diferencia se mantiene incluso aunque eliminemos a José Antonio Moral Santín de la muestra, conocido por ser el rey de la retirada de dinero de las tarjetas. Cuando hablamos de retiradas en efectivo, hay, como en el gráfico anterior, grandes diferencias entre la izquierda y el resto, pero es un efecto aparente, debido únicamente al comportamiento anómalo y maniaco de Moral Santín con los cajeros. En el caso de los restaurantes de lujo, no obstante, la diferencia entre la izquierda y los otros se mantiene sin Moral Santín.

Uno podría pensar que en el resto de los restaurantes (los que no son de lujo), no habría diferencias ideológicas apreciables. Al fin y al cabo, todos los consejeros son miembros del género humano (quién lo diría) y tenían todos que comer para seguir aportando su sapiencia a los destinos de Caja Madrid. Esta, de hecho, es la principal partida de gasto, con un 27% del total. Lo asombroso es que los de izquierdas siguen siendo bastante más comilones que el resto:

Esta diferencia entre la izquierda y el resto es estadísticamente significativa.

7. ¡Ah, es la cultura!

Quién lo iba a decir, las tarjetas black también se podían utilizar para el cultivo del espíritu. Hay numerosos cargos en la FNAC (cultura, pues, en un sentido laxo) y en librerías, papelerías y tiendas de discos. La derecha no parece muy interesada en la cultura, todo sea dicho. Y la izquierda fetén tampoco. Es más bien cosa de los socialdemócratas. Son gente más refinada, que emplea los privilegios de los que disfruta para mejorar su formación. Merece destacarse con nombre y apellidos el consejero que más invirtió en cultura, el socialista Rafael Eduardo Torres Posada, que gastó la friolera del 21% de sus compras en alimento espiritual. Para que luego se diga que no hay diferencias entre el PP y el PSOE. 

Resulta bien llamativo que José Antonio Moral Santín, siendo el más gastador de todos los consejeros y además profesor universitario (recientemente nombrado director de un Instituto Universitario en la Universidad Complutense de Madrid), se gastara tan solo el 0,15% de sus fondos en cultura, quedando al mismo nivel que Ricardo Romero de Tejada y Picatoste (el 0,14%).

Virgilio Zapatero, que anda tan revuelto estos días, empleó un más que digno 6% de sus gastos en productos culturales. Que conste.

8. Gastos sin atributos

Las principales partidas de gasto, como el gasto en hoteles y viajes, o las compras en grande s superficies comerciales (con El Corte Inglés como opción preferida), no distinguen de ideologías. Se dan por igual entre todos los consejeros, con independencia de su ideología. 

9. Conclusiones 

Se engañan quienes piensan que todos los políticos son iguales. Es verdad que, si se les da la oportunidad, tienden a gastar y que, cuanto más tiempo llevan gastando, más gastan. ¿Acaso no son humanos? Pero resulta que los partidos siguen siendo muy distintos en sus patrones de consumo, reflejo de las ideologías que encarnan.

Como cabía esperar, la derecha se pirra por las flores y las joyas y desprecia los libros y los discos. La izquierda izquierda se vuelve loca con los restaurantes de lujo, con los clubes y discotecas, y no muestra tampoco gran interés por los bienes librescos. Por último, la izquierda moderada, la socialdemócrata, no presenta grandes peculiaridades, salvo su afición por la cultura.

La gente piensa que la corrupción es siempre una cuestión de codicia y dinero. Y hasta cierto punto lo es. Pero ni siquiera corrompiéndose, o, en términos más suaves, abusando de privilegios injustificados, los políticos son iguales. A la hora de tirar de la tarjeta black, los consejeros tienen sus corazoncitos y sus principios ideológicos. blackPara que luego digan que la política no importa.

AGRADECIMIENTO

Exige que los corruptos no cobren prestaciones públicas si no devuelven lo robado

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Los datos están disponibles en un formato muy antipático para el análisis. Sin la ayuda generosa de Modesto Escobar, no habría sido capaz de llegar hasta aquí. Le estoy muy agradecido.

NOTA METODOLÓGICA

Los anteriores análisis son provisionales. El principal problema que presentan los datos con los que he trabajado es que el concepto de gasto está muy mal especificado y con una desagregación excesiva. Por eso, me he limitado a analizar las partidas más frecuentes que puedan tener alguna relevancia política. 

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