Plaza Pública

Es nuestro deber

Ximo Puig

Los bolsillos de los gobernantes deben ser de cristal. Lo dijo Tierno Galván y lo volvió a repetir Pedro Sánchez hace una semana cuando tomó la decisión de expulsar del Partido Socialista a todos los que, durante años, se aprovecharon del dinero de todos para gastarlo en beneficio propio. Hemos sabido reaccionar y ya no forman parte de nuestra organización.

Desgraciadamente, todos los días descubrimos gracias a los medios de comunicación que unos pocos se aprovecharon de su posición para saquear el dinero de todos. Lo hicieron de múltiples maneras. Aprovechando que eran el partido en el Gobierno para financiarse de manera ilegal y concurrir dopados a las elecciones; lucrándose con grandes comisiones a costa de arruinar a familias honradas a las que engañaron para invertir en preferentes o, con total desvergüenza, pagando con una tarjeta de crédito ilegal gastos personales que abonaba una caja de ahorros hoy rescatada y desaparecida.

Nos encontramos en un momento de excepcionalidad democrática, donde al ciudadano ya no le basta con que nuestro comportamiento sea el correcto. No podemos ser sólo buenos, tenemos que ser mejores. Decía Ramón Rubial que hay quien tiene principios, pero no ideas y que los socialistas estamos obligados a gestionar con principios y a generar ideas. Porque no basta con demostrarle al ciudadano que no, que todos los políticos no son iguales, que unos pocos han desprestigiado el trabajo de aquellos que creemos en el servicio público como una forma de dedicar todos tus esfuerzos a trabajar por el bienestar de los demás. No basta con eso. El ciudadano hoy demanda soluciones. Que gestionemos con principios, pero también que generemos ideas. Los responsables políticos debemos crear mecanismos, instituciones que protejan a los ciudadanos que no se pueden proteger solos. La vergüenza de las preferentes, colocadas a ancianos indefensos, fue sólo un síntoma más de la misma enfermedad que adolecen las tarjetas B de Caja Madrid. No puede volver a pasar y es responsabilidad de todos evitarlo.

Soy periodista y, quizá por deformación profesional, pero ante todo como una convicción personal, creo firmemente que la luz y los taquígrafos son uno de los engranajes fundamentales de la democracia. Frente a los partidos de la apariencia, nosotros apostamos por la transparencia. En el PSOE hemos hecho públicas todas nuestras cuentas, la declaración de bienes y actividades de todos nuestros cargos públicos y directivos, las fuentes de ingresos y financiación del partido y nuestros presupuestos. Porque los socialistas, los que lo somos de verdad, no tenemos nada que esconder. Pero la transparencia no son sólo cifras y números. Es también abrir nuestras sedes a la participación. Este fin de semana 30.000 militantes de toda España acudieron a votar para elegir a los candidatos a las alcaldías de las ciudades de más de 20.000 habitantes y de algunas comunidades autónomas como Navarra o Canarias. Este es el camino y nosotros hace tiempo que lo estamos recorriendo.

La rápida respuesta del PSOE en el caso de las tarjetas B de Caja Madrid demuestra, una vez más, que hemos sabido reaccionar. Que los políticos del siglo XXI no pueden actuar a la velocidad del siglo XX. La sociedad actual es mucho más veloz que la pasada y sus nuevos ciudadanos exigen respuestas rápidas, directas y convincentes. La nueva sociedad en red que hoy está configurándose es mucho más exigente y los socialistas vamos a estar a la altura de sus exigencias. No porque la sociedad lo exija, sino simplemente porque es nuestro deber.

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Ximo Puig es secretario de Reformas Democráticas del PSOE, secretario general del PSPV-PSOE y diputado en el Congreso por Valencia.

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