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Las elecciones vascas se convierten en un esprint por los indecisos, Álava y por erosionar a EH Bildu

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Muy fan de... Cristina de Borbón

Enhorabuena, Cristina, casi un 60% de cuota de pantalla, más de ocho millones de españoles pendientes de que se escuchara tu nombre en el primer speech de Nochebuena de tu hermano. Este discurso del Rey había generado más expectación que el de Colin Firth y todo gracias a ti, cooperadora necesaria de ese exitazo de share. Qué tía, qué manera de hacer crecer las audiencias televisivas. Ni Pablo Iglesias, oye. Muy fan.

Pero no. Tu nombre no fue pronunciado, ni siquiera tu diminutivo, ni un “Cris”, ni un “mi hermana”, “mi tata”, “la mediana”, “la mujer de mi cuñao”… nada. Tu nombre quedó sobreseído. Perdón, perdón, sobreseído no, sobreentendido, tanto jaleo judicial está alterando nuestra forma de expresarnos.

Estabas pero no, de hecho el montaje fotográfico más cómico y celebrado en las redes sociales sobre el discurso es el que muestra a Arturo Fernández frito en el sofá de Nicolás mientras tu hermano, ajeno a su presencia, hablaba a los españoles. Igual lo hay pero yo no vi ningún malvado MEME en el que aparecieras sentada en el banquillo, a su vera…

No, tu hermano no aludió a tu situación judicial. En todo caso y según interpreta la mayoría te metió, presuntamente, en el saco de los corruptos Marca España, que está a rebosar. Ese talego de basura que si se lo echara a la espalda Papa Noel, el mágico cachas que puede con los juguetes de casi todos los niños del planeta, se haría una contractura cervical, dos lumbares, una dorsalgia y acabaría arrastrado por los renos hasta urgencias.

Así que con aquello de: “Hay que cortar la corrupción de raíz, sin contemplaciones” quedó todo dicho. Claro, podríamos traducir “sin contemplaciones” por “aunque se tratara o se tratase de la mismísima hermana del rey, o sea, la mía”. Por poder, podemos darnos por enterados, pero nos habría gustado más que hubiera sido él, Felipe VI, el nuevo rey del tiempo nuevo, quien lo expresara abierta y explícitamente con su voz real:

- En estos días tan señalados, y ahora que estáis a punto de cenar en familia, quería compartir con vosotros un sentimiento muy español que vais a entender muy bien: ¡la que me ha liado mi hermanita, por no hablar de mi 'cuñao', la familia cuanto más lejos mejor, hay que joderse!

Y tu hermano habría recibido arrobas de empatía y comprensión plebeya, a quién no le ha metido algún familiar en un embolao… Además, lo de reconocer el problema doméstico antes de que te lo señale la comunidad es muy de agradecer. Entre los plebeyos de bloque valoramos mucho que el vecino de arriba baje a decirte que su bañera pierde agua adelantándose a que subas tú, con la vena hinchada, a comunicarle que te han salido las caras de Bélmez en el falso techo.

¿Sabes qué ocurre? que lo de hablar de la corrupción de “los servidores públicos”, como hizo tu hermano en el discurso, es tan amplio, tan difuso… Especialmente en tu caso, imagínate la de antimonárquicos puntillosos que podrían preguntarse malvadamente si encajas en el perfil de una servidora pública, porque ¿para qué sirve una infanta?

Sea como fuere, nos tuviste pegados a la tele, casi toda España pendiente de la jugada, como cuando compite La Roja. Y de todo el público, uno de los más nerviosos, apuesto a que sería el fiscal Horrach. Le imagino estrujando una bola del árbol –en plan pelota antiestrés– con el temor de que el rey metiera un gol burlando la defensa de su indefensa hermana.

Pasó la Nochebuena y no fue tan duro ¿no? Ahora nos acercamos al nuevo año en el que si todo va rápido, el juicio del caso Noos se celebrará en los primeros seis meses y si va al ritmo español, será en la segunda mitad. Hay quien dice incluso que podríamos llegar al 2016. Va, no hay prisa, acostumbrados como estamos a que las cosas de Palacio vayan despacio…

Muy fan de... Bárcenas

Entretanto seguimos inmersos en las fiestas, recibiendo regalos que al día siguiente nos toca devolver o “descambiar”, ay ese palabro navideño, qué profundo significado cobra ahora, cuando estamos dándole tantas vueltas al cambio que supuso la Transición ¿habrá que des-cambiar lo cambiado y desaprender lo aprendido?

Ah, y hablando de devolver regalos, muchos dicen que tendrías que ir devolviendo tus derechos dinásticos, que no son de tu talla… Igual estás esperando a las rebajas como muchos de nosotros, en plan campechano.

Bueno, Cris, que tengas un feliz año nuevo –lo de próspero no te lo deseo porque ya viviste unos cuantos prósperos años junto a tu Duque, tampoco hay que abusar–. De que te traigan muchas cosas los reyes, ni hablamos ¿no?

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