Buzón de Voz

Del ático a la alcantarilla

Supongamos por un momento que se descubren las siguientes cosas:

1.- Un presidente de comunidad autónoma y dirigente del partido gobernante se reunió con dos mandos policiales en una cafetería próxima a su despacho oficial.

2.-  Ese presidente estaba siendo investigado para averiguar de dónde sacó el dinero para comprar en la Costa del Sol un ático de lujo a través de un testaferro ubicado en Estados Unidos. Las sospechas apuntan a que un empresario pagó una comisión millonaria por una recalificación de terrenos y que esa comisión pudo acabar en manos del político a través de un conocido empresario futbolístico.

3.- En esa reunión (o cita de café), el político dijo: “lo que yo quiero evitar es que eso salga”, en referencia al asunto del ático. ¿Por qué sabemos ya todos que dijo eso? Porque la charla entre político y policías fue grabada por los agentes.

4.- El político sostiene que fue víctima de “una extorsión, un chantaje que pretendía cubrir una actuación policial que se demostró ilegal”, en referencia a la investigación policial sobre el ático. No consta en ningún juzgado que el político denunciara a los policías por ese intento de “chantaje”.

5.- Tras la acusación del político, uno de los policías se querella contra él en los tribunales por “denuncia falsa, amenazas, coacciones, injurias y calumnias con publicidad”.

6.- El político, en mitad de todos estos descubrimientos, mantiene públicamente su aspiración a repetir como candidato del partido gobernante a las próximas elecciones autonómicas, e insinúa que “fuego amigo” pretende apearle de mala manera de esa carrera.

7.- El periódico de mayor difusión publica repentinamente una portada en la que sostiene que no hay pruebas que incriminen al político, y asevera que la investigación sobre el ático quedó cerrada sin hallar ningún delito. (Pese a que el caso sigue abierto en un juzgado).

8.- Ese mismo día, el segundo periódico de mayor difusión lleva a su portada un dato que infoLibre había publicado seis meses antes: “el testaferro compró el ático de González sin haberlo visto”.

9.- Al día siguiente, el presidente del partido gobernante (y del Gobierno) decide que el político del ático de lujo no será candidato a las elecciones autonómicas.

10.- Tres días más tarde, el diario de mayor difusión publica que el comisario que denunció al político “participa en 12 sociedades con 16 millones de capital”. La información, que describe al policía como “agente encubierto”, va firmada por un adjunto al director del periódico que fue director de Comunicación de la Casa Real.

11.- La noche anterior a la publicación de esa historia, un medio digital controlado por la mujer del policía lanzaba un extenso editorial en el que, entre otros muchos y sustanciosos mensajes, acusa al ex jefe de prensa de la Casa Real de trabajar para los servicios de inteligencia.

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12.-  El ministro del Interior, responsable directo de los mandos policiales implicados en el escándalo y a quien el político apeado de las listas pidió amparo en su día, ha permanecido constantemente de perfil (o quizás rezando, dadas sus firmes convicciones religiosas).

Sería razonable pensar que si todos estos supuestos se dieran en cualquier democracia presunta y tópicamente “homologable”, hace ya tiempo que habrían rodado cabezas y que tanto el ministro como el propio presidente del Gobierno habrían tenido que dar muchas explicaciones al Parlamento y a la opinión pública.

Llegados a este punto conviene aclarar que nada de lo anterior son suposiciones. Léase la información detallada que hoy aporta Manuel Rico en infoLibre para entender en toda su intensidad la pestilencia del 'caso ático' y de su conexión con las alcantarillas policiales. caso áticoSi a los hechos que algunos medios y periodistas han venido denunciando desde hace muchos años (ver dossier sobre el patrimonio de Ignacio González) se añade ahora una guerra policial cuyas detonaciones alcanzan al PP, a Moncloa, al CNI, a la prensa más influyente y a la propia Casa Real, habrá que preguntarse (una vez más) qué tiene que pasar en este país para que pase algo. ¿Es sostenible (y democráticamente digno) que González siga siendo presidente de Madrid hasta bien entrado el mes de junio? 

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