Plaza Pública

Acabar con la brecha social de las dos nuevas Españas

Pedro Saura

La política económica del Gobierno se asienta sobre dos grandes componentes: los factores externos que están contribuyendo positivamente a la recuperación económica (los cambios en la política económica europea, la depreciación del euro y la caída del precio del petróleo) y un incremento de la dualidad social en nuestro país.

El problema de basar la recuperación a factores externos y coyunturales es que, una vez desaparecido ese viento de cola, las posibilidades de seguir creciendo y creando empleo desaparecen.

En relación al otro componente, la apuesta por la dualidad social como factor estructural que caracteriza a la sociedad española, la crisis y después el modelo económico y social que tiene Mariano Rajoy para la economía española, han profundizado la brecha entre las dos nuevas (o viejas, según se mire) Españas. Las Españas de la dualidad social y económica, la que tiene un trabajo estable frente a la que no lo tiene y sólo accede, con suerte, a trabajos parciales, esporádicos y mal pagados; también, entre las empresas que cumplen las leyes y las que se las saltan (por arriba, a través de contactos y conocimiento de los complejos vericuetos de una normativa excesiva o simplemente obviándola); la de empresarios formados que tienen como objetivo innovar, incorporar conocimiento en sus procesos productivos para exportar y aquellos otros que quieren competir a base de imponer unas infames condiciones laborales. Por último, entre una parte de la sociedad con capacidad para integrarse en un mundo globalizado y otra sin esas capacidades. La desigualdad social tiene sus raíces en esa creciente dualidad y en una política que más que resolverla parece querer explotarla como factor competitivo.

Consecuentemente, urge un programa económico pensado para el medio y largo plazo que debe armonizar los objetivos de largo plazo con el realismo de las políticas que se deben tomar en el corto plazo. Un plan que debe atacar las causas de la creciente dualidad de nuestro país con políticas de equidad, predistributivas y redistributivas. Entre estas últimas, es necesario una política de ingresos públicos que ayude a resolver la crisis fiscal de nuestro país, y que permita un diseño de compensaciones y de protección a los perdedores (rentas medias y trabajadores) de la crisis económica y de las políticas de reducción del déficit.

Aunque, la primera política de ese plan, para acabar con la mencionada dualidad, es una nueva regulación en el mercado de trabajo, que aúne la competitividad (de la buena) con la reducción de la mencionada dualidad. En ese contexto, en el de un plan de modernización para la economía española que ataque la brecha social, se debe incluir los cambios regulatorios, que ha presentado Pedro Sánchez, secretario general del PSOE, sobre el mercado de trabajo.

Entre los principales objetivos encontramos dos:

  • Poner punto final a la precariedad laboral. Queremos que la tasa de temporalidad converja con la media de los países de la zona euro en un plazo de una legislatura. Se defienden tres modalidades de contrato: contrato indefinido para puestos de trabajo estables; contrato de trabajo temporal para puestos de trabajo temporales (no podrán cubrirse puestos de trabajo permanentes con contratos temporales y ningún contrato temporal podrá durar más de un año, aunque la negociación colectiva podrá extenderlo hasta dos, fijar la tasa máxima de temporalidad en los distintos sectores y los puestos de trabajo que se consideran de carácter temporal), y contrato de relevo y formación.
  • Acabar con la devaluación y la desigualdad salariales, subir el salario mínimo y vincular los salarios a la productividad. Nuestro objetivo es que, en un plazo razonable de tiempo, el salario mínimo alcance la cuantía que señala la Carta Social Europea, que es del 60% del salario medio neto (lo haremos de acuerdo con la evolución de nuestra economía; nuestro objetivo es 2025). Tenemos que acabar también con la brecha salarial entre hombres y mujeres. Y, entre otros aspectos, garantizar que los trabajadores y trabajadoras contratados por las empresas de servicios cobren lo mismo que los contratados por la empresa principal: a igual trabajo, igual salario.

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España necesita otra política económica, es decir, la puesta en marcha de un programa económico con unos objetivos de luces largas que construya la mejor sociedad, o también la buena sociedad, con suficiente empleo de calidad y con sostenibilidad ecológica. Un programa económico que teniendo en cuenta los grandes problemas de fondo de la economía española (creciente e insoportable brecha social, baja productividad, y el elevado volumen de deuda privada y pública) concrete las políticas que logren los retos colectivos. Para ese proyecto de país el cambio en la regulación del mercado de trabajo es prioritario y fundamental. En eso está el PSOE.

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*Pedro Saura es diputado por Murcia y portavoz de Hacienda del Grupo Parlamentario Socialista en el Congreso

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