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Muy fan de... Cristina

Jueves 11 de junio. Diez treinta post meridiem. La plebeyada agarrada al mando de la tele con un ojo en la pantalla y otro en el smartphone y salta el notición: “El rey Felipe VI revoca el título de duquesa de Palma a la infanta Cristina”. El alboroto 2.0. fue inmediato, aluvión de comentarios en las redes sociales, cómo nos gusta un movidón real. Muy fan.

Claro, muchos nos preguntábamos qué horas eran esas de revocar...

Imaginábamos a su majestad en el sofá, con las chanclas de felpa y los pies en alto, enviando un whatsapp al grupo “La family”:

Y a ti, Cristina, con una pinza en el pelo y el contorno de ojos recién puesto, mirando cabreada la pantalla, respondiendo lacónica:

...y abandonando el grupo.

¿Por qué de noche, por qué tan tarde? ¿No podía haber hecho esto mismo Felipe VI, al día siguiente, con la fresca? Valga la redundancia... ¡¿Qué pasa, que los reyes no ven series como todo el mundo?! ¿O tal vez fue justo por eso, estaba el rey viendo a las chicas de la cárcel de Vis a vis en Antena 3 y la asociación de ideas –el juicio se acerca– se convirtió en impulso?

Los plebeyos nos lavamos los dientes y nos fuimos a la cama con el runrún en la cabeza y a la mañana siguiente amanecimos con el quilombo familiar. Tus abogados aseguraban que había sido voluntad tuya. Según ellos, tú misma habías solicitado la revocación a Felipe VI por carta. Pero desde Zarzuela negaban tu versión y aseguraban que fue el rey quien te comunicó la decisión y que tu carta llegó después, aunque tuviera fecha de 1 de junio, como queriendo decir...

La versión de Zarzuela justificaba lo intempestivo del anuncio. Querían adelantarse a tu reacción, comunicar que el rey había revocado el título antes de que salieran los abogados a trasladar tu mensaje: “me quitan el Ducado porque quiero yo, que lo sepáis”.

Y entonces el asunto de Estado se convirtió en la trifulca de dos hermanos que tienen versiones distintas de los hechos. Suele ocurrir, mi hermana siempre dice que yo rompí su guitarra y yo insisto en que fue ella, me la acercó mal, no me dio tiempo a cogerla y claro, se fue al traste...

Así que os imaginé, de niños, peleándoos en Zarzuela:

Cris: Mamaaaá, mira a Felipe, dice que me ha revocado y he sido yo.

Felipe: He sido yo, lissssta. Y cállate, que por tu culpa se meten conmigo en el cole.

Mamá: ¿Os queréis callar ya? ¡Ni uno ni otro, ha sido idea de Elena! ¿Contentos? ¡Joroña ya!

Y la pobre Elena sin saber por dónde le daba el viento, aguantando la percha y comiéndose el marrón de su hermana, que si una se porta mal, castigadas las dos. La vida fraternal tiene muchos sinsabores, incluso para los hermanos de sangre azul y cuando hay tres, ya se sabe que el reparto de muslo y pechuga nunca es ecuánime.

Imaginando esa escena, me dio por pensar que en realidad, en todo este asunto y quitando la parte dura, desgarradora y adulta de la corrupción, ha habido y hay mucho más de infantilismo que de infantismo por tu parte. Desde tu famoso: “Yo no sabía nada”, que dicen los niños con media sonrisa poco convincente cuando son pillados en una pillería, hasta tu amnésico “no me acuerdo” que las criaturitas pueden llegar a repetir mil veces cuando echan balones fuera, después de haber dado un balonazo a una estantería de Lladró, por ejemplo.

Tampoco te ha faltado el socorrido: “El juez Castro me tiene manía” (no quiere rebajarte la fianza a 449. 525 euros) y el: “Ese Horrach sí que mola, se merece una ola”, (el fiscal sí apoya tu petición de la rebaja).

Muy fan de... Rajoy

Muy fan de... Rajoy

Pero Felipe se ha hecho mayor, ya tiene canas en la barba, está a punto de cumplir un año de reinado y un poco harto, se ve, de que entre unos y otros le hayáis dejado el trono heredado infestado de arañas. Y ahí está el hombre, armado con el Zum, fumiga que te fumiga, para poder sentarse tranquilo un rato mientras Letizia triunfa con su programa Reinas por el mundo.

El paso más importante sería que renunciaras a tus derechos dinásticos. Y en ese asunto no habría duda de quién tomó la decisión, porque solo a ti te corresponde. Pero se ve Cristina que no estás tú con cuerpo de renunciar al sexto puesto en la línea de sucesión al trono. Claro, una cosa es dejar de ser duquesa y que tu marido deje de ser duque em...Palma...do y otra muy distinta, desaparecer de la línea sucesoria y que cualquiera pueda dirigirse a ti como “la Cris”. Too much.

Se acerca el momento del juicio que seguiremos con muchísima atención, verte sentada en el banquillo será una imagen potente e inolvidable para la historia de este nuestro país. Pero entretanto la vida sigue, el sábado fue tu cumpleaños y mari, menudo pastel...

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