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Desde la tramoya

'Misdirection'

El miércoles Felipe González acompañó en rueda de prensa a las esposas de los presos políticos venezolanos Leopoldo López y Antonio Ledezma. Lilian Tintori y Mitzy Capriles andan por el mundo luchando por la libertad de ambos y de los otros 73 represaliados.

Uno de los periodistas se aplicó en hacer al expresidente español la típica pregunta que los chavistas tienen incorporada a su argumentario: "¿Y por qué no defiende usted los derechos de los presos políticos de Arabia Saudita, cuyos dirigentes son buenos amigos del rey Felipe VI?"

González estuvo sarcástico y habilidoso en su respuesta: vino a decir algo así como "trata usted de desconcertarme desviando la atención con su pregunta. Pero a mí con mi edad ya no se me desconcierta con tanta facilidad. No puedo estar en todos los sitios ni defender todas las causas. Y me siento más vinculado a Venezuela que a Arabia Saudita o Corea del Norte..."

En magia se llama misdirection, "diversión" o "desorientación" a la técnica de poner la atención del público en un sitio para hacer la trampa en otro. Ascanio, uno de los maestros de la magia clásica, lo define así:

"La diversión (misdirection) es el arte de atraer la mirada y la atención del público hacia un punto inocuo e interesante, mientras en otro lugar se realiza una acción secreta que, de ese modo, resulta invisible e insospechada."

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La política utiliza por definición y de manera constante la diversión. De hecho, la política es en buena parte el arte de poner la atención del público en los asuntos que los líderes eligen para su agenda. Rajoy maniobra para poner la atención sólo en la economía. Sánchez para ponerla en la desigualdad. Y Rivera e Iglesias sólo en la corrupción.

El chavismo, degradado hasta límites insospechados en la gestión desastrosa del presidente Maduro, divierte la atención mundial con tontunas como que lo que viene de fuera son injerencias, que aquello es una democracia avanzada, que los presos son golpistas, que los que opinamos contra él somos de la CIA o de la casta, o que ya podría el mundo preocuparse por los derechos humanos en Arabia Saudita.

Mitzy Capriles y Lilian Tintori se dirigieron a Pablo Iglesias para pedirle cita en estos días en los que pasan por Madrid. Ya antes Lilian, en su último viaje, le había pedido que intercediera ante Maduro por los disidentes encarcelados. Iglesias se aplicó en las técnicas mágicas para desviar la atención. Le pidió la documentación (que Lilian le envió con rapidez) y ya esta última vez se negó a recibir a las dos esposas "por problemas de agenda". A Pablo no le interesa poner la atención en ese punto oscuro de su currículo. Misdirection. Como dice el refranero, “¿A dónde vas? Manzanas traigo”.

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