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Pineda y Bernad, los hermanos Malasombra

“Somos malos malasombra, somos malos de verdad...”♪

cantaban en los setenta Los Chiripitifláuticos y, a pesar de esa rotunda afirmación que los niños creían a pies juntillas, ni eran hermanos, ni eran de verdad, ni eran tan malos. Lo mismo, a la inversa, ha ocurrido con Pineda y Bernad, iban de buenos, buenos de verdad y han resultado ser –presuntamente– “más malos que la quina”. Muy fan.

Pocas cosas pueden sorprendernos a estas alturas de la película. Andamos curados de espanto ante tal explosión micológica, nos crecen los malos como champiñones, es como para echarle huevos a la cosa y hacer un revuelto.

Pero hay malos y malos: los que indignan por su jeta, los que aterrorizan por sus formas y los que aúnan ambas cualidades. A este tercer grupo pertenecerían los chiripitiflaúticos Pineda y Bernad.

Hace falta tener un morro tamaño megaestructura de National Geografic Channel, para ir de adalid de la justicia, (solo le faltó al dúo yeyé montar una tienda de campaña y enchufar el camping gas a las puertas de los tribunales), mientras practicas – presuntamente– el chantaje y la extorsión a diestro y muy, muy siniestro...

Desde la detención de los malos malasombra, van saliendo a la luz informaciones que parecen sacadas de un guión de Scorsese. Pineda y Bernad carecen de la grandeza de los Corleone de Puzzo y Coppola, están más en la línea de la versión española de Jimmy Conway y Tommy de Vito en The Goodfellas (Uno de los nuestros).

Véase, por ejemplo, lo que relataba esta semana Carlos Hernández, exempleado de Ausbank. Denunció en 2008 las irregularidades del líder de Ausbank y recibió amenazas de este calibre:

“Dile a Carlos que se cuide las piernas que es muy alto, que se va a poner de rodillas porque se las cortan, hijo de puta. Claro que vas a cuidar de la delegación porque si no te mato”. que se cuide las piernas Luis Pineda.

Obsérvese el paralelismo con Scorsese:

“Si nosotros queríamos algo lo cogíamos y si alguien se quejaba dos veces le dábamos tal paliza que jamás volvía a quejarse. Era una simple rutina, ni siquiera lo pensábamos.” lo cogíamos le dábamos tal paliza Henry Hill.

La pasada semana, conocimos también el testimonio de Javier López, presidente de Credit Services, en su día denunció la extorsión y las amenazas de Pineda y acabó perdiendo en el Supremo por vulnerar el honor del líder de Ausbank.

Pero el caso más conocido es el de Rubén Sánchez, representante de Facua, que se enfrentó abiertamente a Pineda y sufrió las consecuencias. Sánchez recibió todo tipo de ataques hacia él y su entorno. En estos días, Rubén entona un amargo “ya os lo dije”, intuyo que a nadie le gusta tener razón en un asunto tan desagradable porque para poder contarlo, hay que haberlo vivido y sufrido antes.

Pineda fue condenado por las amenazas a Carlos Hernández y por la campaña de difamación a Rubén Sánchez, tal y como en su juventud fue condenado por atracar a una marquesa a domicilio. Se libró de las denuncias de los que –presuntamente– tragaron con sus extorsiones y siguió paseando su palmito por los medios y por la Feria de Abril. Olé.

Bernad, líder de Manos Limpias, ha sido el denunciante más activo del condado. El sindicato ha puesto más querellas que franquicias Cien montaditos. Recordemos que llegó a denunciar a Los Lunnis por mostrar una familia homoparental en un capítulo. A Lucrecia se le pondrían las trencitas como escarpias...

Después de desplegar su abanico de querellas, Bernad se convirtió en la estrella mediática total cuando consiguió sentar en el banquillo a una infanta de España.

Por cierto, curiosa coincidencia que sea justo ahora cuando aflora, sin filtro, el oscuro modo de proceder del que muchos alertaban desde hace tiempo, intento de extorsión a los abogados de Cristina de Borbón incluido.

Pineda y Bernad unieron un día sus destinos como ya hicieran Tom Cruise y Renée Zellweger en Jerry Maguire:

Tom (Pineda): Vivimos en un mundo cínico. Trabajamos en una profesión con unos competidores muy duros... Te quiero. Tu me completas.

Renée (Bernad): ¡Calla! Sólo calla... Me tenías con el hola.

Desde hace unos días, la pareja chiripitifláutica pernocta en prisión. Ingresaron juntos en la cárcel de moda, Soto de Real, por donde van pasando algunas de las estrellas rutilantes de nuestro país. La prisión de Soto es a las cárceles españolas lo que La Posada de las Ánimas a los tronistas. Allí se encuentran los más famosos delincuentes, malhechores y viceversa.

Durante su estancia en Soto, Pineda y Bernad fueron separados de Conde y Díaz Ferrán porque estos últimos habían sido objeto de las querellas de los chiripitifláuticos en el pasado y, claro, que se encontraran los unos y los otros en el patio, podía provocar que se montara un pollo viral con más visitas que los sabios consejos del Rubius.

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Desde hace cuatro días, Pineda y Bernad duermen en prisiones diferentes por “criterios de organización” de Instituciones Penitenciarias. Los chiripitifláuticos protagonizan el remake de la comedia romántica que se desarrolla en Madrid: Tú a Estremera y yo a Navalcarnero, hasta que se reencuentren en las mejores salas de los juzgados.

La espeluznadaVirginia López Negrete continúa –de momento– representando a la acusación popular en el caso Nóos y los espectadores de este peliculón esperamos, comiendo palomitas, el final. Continuará. NOTA DE LA AUTORA: La palabra presuntamente ha sido repetida por exigencias del guión (3 veces). Scorsese hizo lo propio con el término fuck en The Goodfellas (300 veces). Virginia López Negretecaso NóosContinuará.

NOTA DE LA AUTORApresuntamente por exigencias del guiónfuckThe Goodfellas

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