Plaza Pública

Idomeni: el desalojo en silencio

Un grupo de refugiados se dispone a subir a un autobús tras ser desalojado del campamento improvisado de Idomeni.

Pilar Guanter | Maria Soler

El rumor de un desalojo se iba extendiendo desde hacía días en el campo de refugiados de Idomeni, uno de los símbolos de la crisis migratoria que llegó a albergar una población de más de 10.000 de personas refugiadas de países como Siria, Afganistán, Pakistán y Kurdistán.

El pasado lunes, la falta de información era –y continúa siendo– el principal motivo de angustia y desconcierto de los habitantes de Idomeni. “Tomorrow police? Where?”, Tomorrow police? Where?nos preguntaban tanto niños como adultos. Muchos directamente comentaban que se negaban a moverse de la frontera o que “quizás lo mejor sería tratar de cruzar ilegalmente a Macedonia campo a través”. Una decisión arriesgada que han tomado algunas familias a lo largo de las últimas semanas, debido a la desconfianza y el miedo a cuál sería la alternativa.

Salah, padre de 4 hijos procedente de Alepo y que llegó a Idomeni en febrero nos explicaba: “En Siria moríamos rápido y aquí morimos lentamente. Esto es desesperante. No podemos ir ni hacia delante ni hacia atrás. No tenemos dinero ni forma de conseguirlo. ¿Qué hacemos? ¿Estar aquí eternamente?”

Y es que tras tres meses en Idomeni, muchas de las familias desconocen qué opciones tienen, algunas de ellas, tan básicas como el derecho a asilo y cómo pedirlo. Alunos cree, también, que en los nuevos campos no se les permitirá entrar y salir libremente. Y es que el martes, tanto policía como ejército, se limitaron a informarles solo de que debían preparar su equipaje.

Voluntarios y medios de comunicación, expulsados

El mismo lunes, a los rumores del desalojo se sumó otro: que tanto periodistas como voluntarios serían expulsados a medianoche. Agentes de paisano de la policía griega comenzaron a acompañarles hasta la puerta de salida pasadas la 1 de la madrugada. El material de algunas organizaciones como el de Bomberos en Acción, encargados de dar asistencia médica y humanitaria, quedó abandonado en el campo.

Todos aquellos que pudimos pasar la noche en Idomeni, escondidos entre familias de refugiados, nos levantamos con la noticia de que gran parte de los periodistas habían sido expulsados. Desde ese momento, trataríamos de informar con la impotencia de saber que en cualquier momento podríamos ser detenidos.

Desde las 7.00 a.m., familias enteras de refugiados se iban dirigiendo de manera voluntaria a los autobuses situados en la entrada. Lo hacían de manera tranquila y en un ambiente de normalidad absoluta ya que la gran presencia policial y militar apenas se apreciaba dentro del campo. Fuentes de la policía griega informaron que a lo largo de la mañana salieron alrededor de cinco autobuses cada hora, segregados por nacionalidades con el objetivo de facilitar las gestiones de asilo y de reducir las posibles disputas. Los nombres y direcciones de estos campos de destino fueron una incógnita hasta horas después que empezara el desalojo. Según fuentes de la agencia griega de noticias News Athens, se trata de siete campos oficiales ubicados cerca de Idomeni, del monte Olimpo y de la ciudad de Salónica.

Los que han decidido quedarse hasta la desaparición definitiva del campo, prevista para cerca de una semana, se exponen a sufrir las consecuencias del desmantelamiento de Idomeni.

Un reducido grupo de Médicos Sin Fronteras se encarga de toda la asistencia médica y, según una activista de Hope, unas siete ONG pudieron entrar el martes a repartir comida para suplir las necesidades de las alrededor de 800 personas que se calcula que quedaban. Desde el martes, el resto de entidades seguían a la espera de poder seguir con su labor o al menos recoger el material abandonado. Hoy, algunas como Bomberos en Acción, han podido acceder con la ayuda de la embajada española pero apenas han podido recuperar nada al estar todo destruido.

Este miércoles, sigue el desmantelamiento de Idomeni sin apenas medios ni periodistas que puedan dar testimonio, mientras muchos refugiados han intentado huir por otras vías. Según la última información del periodista Costas Kantouris, muchos han abandonado Idomeni por su propio pie hacia otro campo improvisado, el de Evzonoi.

Y la historia, se repite.

Más sobre este tema
stats