Desde la tramoya

PSOE: memorando de urgencia

1. Rajoy ya ha elegido quién ha de ser el líder de la oposición. Y el elegido no es Antonio Hernando ni Javier Fernández ni Susana Díaz, sino Pablo Iglesias. Quedó claro en el debate de investidura inicial y volverá a verse el sábado. Como dos no discuten si uno no quiere, por mucho que se empeñe el PSOE en llevarle la contraria al Gobierno, es más que probable que Rajoy y los suyos insistan en el argumento –tan benigno para él como letal para el PSOE– según el cual “ustedes y nosotros compartimos mucho”.

2. Podemos ya trata de apropiarse de ese mismo papel. Los intereses electorales del PP y Podemos coinciden. El PSOE no importa nada. No es ya una reedición de la famosa “pinza” de los 90, cuando Izquierda Unida y el PP apretaban para liquidar a quien gobernaba, un resistente Felipe González que lideraba un partido unido. Ahora se trata de una labor de puro desescombro. Como la Gestora del PSOE ha declarado que sólo queda un solar, a derecha e izquierda se van a empeñar en darle la razón para que el solar quede como una pátina, sin resto alguno del edificio.

3. Nada peor que un partido dividido. La gestora haría bien en preguntarse qué sentido tiene esa tontuna de la abstención en bloque, cuando en la reunión del Grupo Parlamentario del martes hubo muchos diputados y diputadas, además de los siete secretarios generales que más desconfían de Susana Díaz, que pedían un voto negativo con una abstención mínima (que se ha dado en llamar “técnica”). Ya es probablemente imposible, pero el voto negativo (menos las once abstenciones), al menos demostraría que: a) la posición política de los socialistas es de oposición al PP, como lo ha sido siempre; b) que no hay fisuras relevantes ni provocaciones mutuas entre los diputados catalanes y el resto, ni entre estos entre sí; y c) que se permite gobernar al PP por pura razón de Estado, para facilitar la gobernabilidad y desbloquear la situación.

Operación Triunfo

4. No puede haber Oposición fuerte sin un líder. Uno o una. No cinco, ni una gestora, ni una líder territorial maniobrando y atribuyéndose la autoridad moral del partido. Hay que tomarse las cosas con calma, pero el tiempo corre en contra del PSOE. Cuanto antes se convoque ese Congreso y se elija a un secretario general, mejor. El PSOE no puede seguir por mucho tiempo sin una cara única y visible con entidad política y legitimidad orgánica. ¿Vamos a esperar mucho tiempo a que Susana Díaz y unos cuantos líderes territoriales debilitados decidan cuál es el momento? ¿Permitirá el PSOE que Rajoy siga jugando con la amenaza de unas elecciones anticipadas que podrían pillar al PSOE sin líder?

5. Ni Pedro ni Susana. Ninguno está en condiciones de liderar el PSOE del futuro. Ellos quizá crean que sí, y tendrán siempre a algunos pelotas alrededor que se lo harán creer, pero ambos se han quemado en las batallas que han librado. La mayoría de los socialistas, incluyendo sus cuadros, están cansados de batallas internas y añoran un líder o una líder que cosa las costuras rotas y aporte esperanza, fuerza y unidad.

6. Es muy probable que Podemos empiece a redactar iniciativas parlamentarias y ejecute lo que ya se ha propuesto hacer desde hace años: poner al PSOE entre la espada de Podemos y la pared del PP. Eso mismo debería hacerlo el PSOE de manera inmediata. Póngase ya mismo a los diputados y diputadas a preparar esas propuestas –basta con reeditar los cientos que se han presentado en la Legislatura anterior– para que sea Podemos quien tenga que elegir entre apoyar al PSOE o apoyar al PP. Urgentemente. Este mismo fin de semana.

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