Encuestas electorales

El PP ahonda su caída

El Partido Popular sigue sin levantar cabeza y sin poder detener su sangría electoral tan sólo un año después de arrasar en los comicios generales de noviembre de 2011. Según el último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), si ahora se abriesen las urnas, los conservadores obtendrían el 35% de los votos, frente al 44,63% del 20-N. Es decir, casi diez puntos menos. O nueve décimas menos si se compara con el estudio anterior, de octubre de 2012.

Sin embargo, es preciso relacionar el sondeo con la fecha de su realización: entre el 4 y el 14 de enero de este 2013, y a partir de 2.483 entrevistas. Un dato clave, porque quiere decir que la encuesta se hizo antes de que se supiera que Luis Bárcenas tuviera 22 millones de euros en Suiza. Antes de que El Mundo publicara,el 18 de enero, la existencia de supuestos sobresueldos en negro en la cúpula del PP durante varios años. Días después, el 31 de enero, El País reveló las presuntas anotaciones manuscritas del extesorero del PP. Revelaciones que han generado un auténtico vendaval en el partido del Gobierno y también en toda la clase política. 

El desgaste acusado de Mariano Rajoy no se corresponde con el ascenso del PSOE. Los socialistas sólo recuperan algo de aliento respecto a las elecciones de 2011. Ahora recabarían el 30,2% de las papeletas, frente al 28,76% de las generales. Respecto al sondeo de octubre, ganan 1,6 puntos. De esta forma, el PP aventaja al PSOE en 4,8 puntos, cuando en los comicios les separaban casi 16 puntos. 

Ligero retroceso de CiU

El CIS anticipa una estimación de voto para Izquierda Unida del 9,4%, igual que en octubre aunque bastante más que en las generales (6,92%), pese a que otras encuestas de institutos demoscópicos privados amplían el ascenso de la formación de Cayo Lara. También otros sondeos atribuyen un progresivo crecimiento a UPyD, situación que niega el barómetro. El CIS, de hecho, anota al partido de Rosa Díez un 6,8%, cuando en octubre le apuntaba un 7,3%. 

Convergència i Unió, también manchada por presuntos casos de corrupción en los últimos meses, experimenta un pequeño retroceso de tres décimas (del 3,9% al 3,6%). En el resto de formaciones se producen algunos ligeros cambios. Amaiur baja del 1,6% al 0,9% y se sitúa por debajo del PNV, que pese a todo da un paso atrás (del 1,4% al 1,3%). ERC, por su parte, crece del 1,3% al 2%. 

El CIS también inquiere por la valoración de líderes. Y en este campo el presidente del Gobierno tampoco sale demasiado bien parado. Los ciudadanos le puntúan con un 2,81, cuando en octubre recibía un 2,78. Alfredo Pérez Rubalcaba le gana (3,4), aunque baja tres décimas respecto a la encuesta anterior. Díez continúa al frente de la lista (4,33), que cierra el único diputado de Unión del Pueblo Navarro (UPN), Carlos Salvador. Un notable bajón experimenta Josep Antoni Duran i Lleida, que en octubre alcanzaba una calificación del 3,38 y en enero desciende hasta el 2,63. Justo en los días de realización del barómetro se conoció la resolución del caso Pallerols, por la que Unió Democràtica reconoció que se financió ilegalmente.

Gallardón recibe una fuerte bofetada

La valoración de la gestión del Gobierno tampoco es positiva. El 66% de los españoles juzga que la labor del Ejecutivo es "mala o muy mala", si bien la actuación política del PSOE es aún más reprobada: al 69,3% le disgusta. En particular, Rajoy inspira "poca o ninguna confianza" para el 82,1% (84,5% en octubre), mientras que de Rubalcaba desconfía el 88% de los ciudadanos (84,7% en otoño). 

José Ignacio Wert se hunde aún más a ojos de los españoles. Del 2,15 que le adjudicaban los encuestados en octubre cae hasta el 1,95. Es el ministro del Ejecutivo peor valorado. En el lado opuesto, Alberto Ruiz-Gallardón pierde su condición de miembro favorito del Gobierno: su nota mengua desde el 3,54 de octubre al 2,94. Es el que mayor batacazo se pega. Ahora, Miguel Arias Cañete, titular de Agricultura, se coloca como el ministro con mejor calificación (3,34), por encima incluyo de la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría (3,22), y del jefe de la diplomacia, José Manuel García-Margallo (3,25). 

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