'caso Nóos'

Otro testigo desbarata la versión de Urdangarin sobre su ruptura con Nóos

Urdangarín

La declaración de un testigo acaba de añadir leña a las imputaciones contra Iñaki Urdangarin por sus manejos con la pretendida ONG Instituto Nóos. Según Antoni Ballabriga, que fue ejecutivo de Nóos, fue a Iñaki Urdangarin al que dio cuenta de sus gestiones para el fallido proyecto de los Juegos Europeos hasta julio de 2007.

Ballabriga, que estuvo imputado en el caso y que ahora ha prestado declaración como testigo, rectifica así lo que dijo en abril de 2012. Entonces, y a la pregunta de a quién reportaba sobre los avances en ese convenio con la Generalitat valenciana, fue tajante: "Yo le di cuenta a Diego Torres". Como imputado, Ballabriga podía mentir para defenderse. Como testigo, la ley le obliga a decir la verdad. El nombre de la infanta Cristina no ha salido a colación en ningún momento de la jornada, que comenzó a las 10.00 y se interrumpió poco antes de las 14.00. Esta tarde, declan como testigos el asesor jurídico del rey, José Manuel Romero, conde de Fontao, y Esteban González Pons, exconseller valenciano y actual diputado al Congreso por el PP.

No es la primera vez que el juez, el fiscal y los letrados de la defensa oyen una declaración en la que un testigo o un imputado sostiene que Urdangarin permaneció ligado a Instituto Nóos tras su renuncia formal a la presidencia. Por ejemplo, el empresario Miguel Zorío, imputado en el caso y que hizo trabajos para los Juegos Europeos, admitió que había estado hablando con Urdangarin sobre ese proyecto hasta mediados de 2008 y siempre en relación al Instituto Nóos. También la exconsellera de Deportes de Valencia, Trinidad Miró, aseguró como testigo que se había reunido con Urdangarin en 2007 para hablar exactamente de lo mismo: de los Juegos Europeos. También el consultor Marcel Planellas declaró ante el juez que a finales de 2006 el duque de Palma seguía conectado a Nóos. Todos los testimonios anteriores, y más incorporados a la causa, vienen a abundar en lo mismo que constatan los correos electrónicos entregados por Diego Torres al juez: que Urdangarin y su socio seguían siéndolo con o son formalidades y que la ruptura real solo se produjo a mediados de 2008. Las discrepancias económicas y no las instrucciones de la Casa Real fueron la clave.

El testimonio de Ballabriga desbarata el clavo ardiendo al que Urdangarin continuó aferrado hace un mes durante su segunda declaración en la causa: que abandonó Instituto Nóos en marzo de 2006 por orden de la Casa Real y que a partir de ese momento no se relacionó con ningún proyecto auspiciado por la asociación, que captó seis millones de euros públicos entre 2004 y 2007.

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Pero el testimonio de esta mañana va en una dirección opuesta. En julio de 2007, fecha en que Ballabriga abandonó su puesto en la pretendida ONG, el yerno del rey seguía capitaneando el desarrollo del convenio para los Juegos Europeos, para el que la Generalitat había comprometido nada menos que seis millones de euros aunque finalmente solo pagó 382.000.

La declaración de Ballabriga, que se ha prolongado durante casi hora y media, ha resultado la peor de la mañana para los duques de Palma. Antes que él otros dos testigos se habían sometido a interrogatorio: ambos, conectados con las cuentas suizas que, según Anticorrupciòn, utilizó Urdangarin para cobrar sin control tributario 140.000 euros por un contrato con Aguas de Valencia.

Los dos testigos, José María Treviño y Javier Jiménez Andrade, se han mantenido en la declaración que hace un año prestaron ante el fiscal y la Policía: el dinero no era de Urdangarin. Amigo de Urdangarin y, sobre todo, de las infantas, Treviño ha sostenido que se relacionaba con el duque de Palma para hacer deporte -montar en bicicleta, por ejemplo- pero que en ningún momento fue su testaferro.

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