Lara advierte de la ofensiva de la derecha para “bombardear” IU

Izquierda Unida se sabe importante. Sabe que suma más fuerza, que las encuestas pronostican una consolidación de su tirón electoral y que encara las europeas de 2014 en su mejor momento posible. Y está convencida de que se la teme. Es más, el PP ya está trabajando contra su nuevo enemigo, IU. 

Cayo Lara mentó esa amenaza, esta "ofensiva clarísima del PP", este sábado durante su intervención de apertura ante el Consejo Político Federal, el máximo órgano entre asambleas y que compone unos 200 dirigentes. "Se va a agudizar la confrontación ideológica. Hay mucho poder preocupado en bombardear la alternativa. Prefiere la alternancia, no hay nada nuevo bajo el sol". Ese "poder" es la "derecha económica y política y sus aliados". El líder ordenó a sus suyos a responder con las "armas" de la federación: "Ética, honestidad, transparencia, movilización y alternativas".

El ataque se extiende, dijo, a los movimientos sociales, a los que los conservadores "criminalizan". O también al cercenamiento de las leyes electorales –como va a ocurrir en Castilla-La Mancha, donde el PP confirmó el pasado jueves que reducirá a la mitad el número de diputados en las Cortes manchegas.

Y hay "movimientos", en fin, para "mantener los chiringuitos del bipartidismo", porque ni PP ni PSOE se van a quedar "de brazos cruzados", avisó. "Trajes nuevos para políticas viejas", reflexionó.

IU, no obstante, siente que la percepción de los ciudadanos ha cambiado, pese a las embestidas de la derecha. Hasta ahora, citó Lara, se había considerado a la federación "buena gente para defender los derechos sociales", pero no tanto para gestionar la economía. Un sondeo de My Word para la cadena Ser avanzaba hace dos semanas ya que los españoles ven a IU capacitada para hacer reformas económicas, combatir la pobreza o defender las reivindicaciones de las plataformas y los movimientos sociales. Ello permitió al líder afirmar que, "por primera vez, un sector cada vez mayor de ciudadanos" considera que los dirigentes de IU, "además de ser buenos chicos, pueden gestionar la economía, que sigue siendo la clave central". El coordinador añadió, como otra prueba de que cada vez su formación es más tenida en cuenta, que le habían pedido entrevista tres embajadores (Reino Unido, Alemania y Francia), encuentros que mantuvo hace un mes. 

Aplauso al decreto antidesahucios andaluz

Pero faltaría aun así algo más, de puertas para adentro, a juicio del coordinador: pertrecharse para cuando llegue el momento de asumir más "responsabilidades". "Hay que ponerse las pilas y prepararnos más cada día. La clave es crecimiento y formación. Si vamos a tener más responsabilidades, porque la gente nos la va a dar, hay que ponernos las pilas y prepararnos más cada día", insistió. 

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Lara, por lo demás, elaboró un discurso-resumen de sus declaraciones de las últimas semanas: sobre el paro, sobre las medidas del Gobierno, sobre la "renuncia" de Mariano Rajoy a crear empleo, sobre los frutos de la querella que IU presentó por los papeles de Luis Bárcenas, sobre el papel de la troika, sobre las alternativas de la federación –y una breve, y aplaudida, referencia al decreto antidesahucios de Andalucía– y las tareas pendientes. También sobre Cristina de Borbón y la consabida crítica al Gobierno, a quien acusó de "caminar contra la Justicia" por empujar a la Fiscalía y la Abogacía del Estado a recurrir la imputación de la infanta.  El coordinador también intercaló una crítica contra la Ley de Emprendedores, cuyo anteproyecto aprobó ayer el Consejo de Ministros. Una de las medidas estrellas es facilitar la concesión del permiso de residencia a los extranjeros que compren viviendas por encima de 500.000 euros o adquieran deuda pública por más de dos millones de euros. "No sabíamos que el Gobierno pone a la venta los permisos de residencia en España. Esto no está hecho para la inmensa mayoría de la gente que llega a este país", reprobó Lara. "Con estos planteamientos, el Gobierno demuestra su clasismo". 

La intervención de Lara dio paso al turno de palabra de los miembros del Consejo. Al final, lo de siempre, apoyo masivo, del 95% (133 votos a favor, ninguno en contra y siete abstenciones).