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Educación

El negocio de la escuela concertada avanza en detrimento de la educación pública

Aspecto del interior de un aula del Colegio Antonio García Quintana de Valladolid.

Que Esperanza Aguirre, la hasta hace unos meses presidenta madrileña, trató con mimo a la escuela concertada durante los más de nueve años que estuvo al frente de la Comunidad es un mantra que los sindicatos, los partidos de izquierda y la comunidad educativa han venido repitiendo de forma reiterada. La observación de los datos oficiales y la comparación con otras comunidades autonómas ofrece una constatación que no deja lugar a dudas. 

Según las estadísticas del Ministerio de Educación, de 2001 a 2011 –los últimos datos disponibles– el número de centros concertados, es decir, privados sostenidos con fondos públicos, aumentó un 19,9% en primaria y un 11,1% en secundaria en Madrid. En primaria, los centros públicos también aumentaron, pasaron de 689 a 770, pero lo hicieron a un ritmo mucho menor (11,8%). En secundaria, la diferencia es aún más notable, porque los centros públicos disminuyeron un 27,9%. 

De hecho, Madrid es la comunidad en la que menos diferencia hay entre el número de centros educativos de titularidad privada y pública en su red, siempre según los datos del departamento que dirige José Ignacio Wert. De los 1.321 centros de primaria de la región, con datos del curso 2010-2011, 551 estaban en manos privadas y 770 eran públicos. Una simple ojeada a las cifras deja entrever la mano de Aguirre, pionera en la política de cesión de suelo a bajo coste para la instalación de concertados. Desde el curso 2005-2006 al 2010-2011, cada año se construyeron en Madrid una media de diez centros concertados. En el curso 2007-2008 se estrenaron 15. 

A través de esta fórmula de cesión de parcelas baratas, señala Francisco García, secretario general de Enseñanza de CCOO, se ha facilitado la ubicación de más de 60 nuevos macro centros, "la mayoría instalados en nuevos barrios de clase media". "La estrategia privatizadora parte de la pretensión de deteriorar la enseñanza pública a través de la desinversión y los recortes y se articula a través de la libre elección de centro" escribe García junto a Miguel Recio en un artículo llamado "Los efectos de las políticas neoliberales sobre la educación". En Madrid, en la línea de lo que ocurre en la sanidad, los padres pueden elegir a qué colegio llevan a sus hijos. 

Madrid no es la única

Sin embargo, Madrid no es la única autonomía que protege especialmente a la enseñanza concertada frente a la pública. Galicia, Murcia, Canarias, Navarra, Asturias y la Comunitat Valenciana también lo han hecho, aunque con intensidades diferentes. El caso de Galicia es especialmente llamativo. Esta comunidad perdió en una década 160 colegios públicos en los que se impartía educación primaria y sólo un concertado para el mismo nivel de enseñanza. No obstante hay que reseñar que la doble red de centros privados financiados por el Estado contaba en 2001 con 176 centros y la pública con 867. En secundaria, la red pública descendió un 8,1% al tiempo que la concertada aumentó un 4,5%.

Jurjo Torres, catedrático de Didáctica y Organización Escolar en la Universidade da Coruña, recuerda no obstante que la caída de la natalidad en Galicia es la mayor de toda España. Este docente considera que el aumento de las ratios –número de alumnos por aula– y el cierre de unidades en el ámbito rural –donde no llega la concertada porque no le interesa económicamente– explica el declive de la pública. "En Galicia ha habido un proceso de urbanización instigado también desde la educación. Cerrar las escuelas de los municipios más pequeños provoca desarraigo en los estudiantes y desenriquece el núcleo rural al tiempo que favorece la despoblación", analiza. 

Murcia es otra de las comunidades en las que se ha tratado a la escuela concertada con especial mimo si se tienen en cuenta los datos disponibles. En primaria, mientras los centros privados sostenidos con fondos públicos aumentaron un 10,9% –pasaron de 92 a 102– los públicos sólo lo hicieron en un 3,2% –de 377 a 389–. En secundaria la diferencia fue más abultada. Mientras los públicos se redujeron más de la mitad –de 256 a 112– los concertados no sólo se mantuvieron, sino que aumentaron un 2,1%. Pasaron de 94 a 96. 

En porcentaje en Canarias también se observa un crecimiento abultado de la escuela concertada –con una presencia poco destacada en las islas– en los últimos diez años de los que hay datos disponibles. De 2001 a 2011 los centros concertados de primaria aumentaron un 9,2% –de 76 a 83– al tiempo que los públicos descendieron un 7,3% –de 675 a 626–. En secundaria, la concertada aumentó un 7,9% y la pública se redujo en un 16,4%. 

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Los que más apuestan por la pública 

Cataluña y Aragón aparecen como las comunidades en las que más se ha apostado por la enseñanza pública en primaria si se tienen en cuenta los datos de número de centros. En Cataluña, en 2001 había 216 colegios públicos de primaria menos que en 2011, lo que supone un aumento del 14,6%. Mientras, la concertada retrocedió en un 4,4% –de 589 a 563–. En Aragón, los centros públicos que ofrecen educación para niños de 6 a 12 años aumentaron un 7,3% en una década –de 273 a 293–, mientras que los concertados disminuyeron un 5,9% –de 85 a 80–. 

En Andalucía también se observa una tendencia similar. De 2001 a 2011, se pusieron en marcha 39 nuevos centros públicos –de 1.961 pasaron a 2.000 o, lo que es lo mismo, un aumento del 2%–. Y en ese mismo periodo de tiempo la concertada retrocedió en un 6,2%. 

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