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Modelo de Estado

El PSC logra del PSOE el reconocimiento de la singularidad de Cataluña pero no las consultas

Alfredo Pérez Rubalcaba y Pere Navarro, líder del PSC, durante una reunión en Ferraz en febrero de 2012.

Las relaciones del PSOE y del PSC no se romperán. Tras un largo proceso de negociación bilateral –y multilateral, de Alfredo Pérez Rubalcaba con el resto de barones–, ya hay un acuerdo. Un consenso que confirmaron este viernes tanto en la madrileña calle de Ferraz, la sede federal, como en Nicaragua, el cuartel general del PSC en Barcelona. Los socialistas catalanes no consiguen calzar en el documento federal el reconocimiento de las consultas ni la denominación explícita de Cataluña como "nación", pero sí la asunción de sus hechos diferenciales, de su singularidad. Todo esto constará en el texto que mañana sábado aprobará el Consejo Territorial del PSOE en Granada, una cumbre en la que el debate se halla ya "muy encarrilado" y en el que no se esperan sorpresas ni divergencias. 

El acuerdo ya se barruntaba como inminente desde esta mañana, cuando Rubalcaba anunció que el PSOE hacía suyo el principio de ordinalidad en los términos sancionados por el Tribunal Constitucional (TC), como adelantaba hoy La Vanguardia. Ello hace referencia a un asunto clave en el sistema de financiación y que conecta con una reivindicación clásica de Cataluña: que no salgan perjudicadas las comunidades que más aportan frente a las que más se benefician. Sin embargo, federaciones como Extremadura, mucho más reticentes a las demandas del PSC, habían manifestado su oposición. 

El documento todavía no está cerrado del todo. De hecho, como previa a la reunión de mañana, Rubalcaba cena esta noche con sus secretarios generales en el hotel Saray de Granada –donde se celebrará el Consejo– para peinar todo el texto y afinar la redacción. Pero lo que ya está más que claro es que las "consultas territorializadas" cuyo reconocimiento exigía el PSC no figurarán en la propuesta final. 

"Hacía ya dos meses que no hablábamos de esto. Sabíamos que el PSOE no iba a pasar por eso, de modo que no tenía sentido encallarse en ese aspecto, porque nuestra intención es construir un nuevo pacto constitucional", aseguraba una fuente del PSC que ha participado directamente en la cocina del documento. En efecto, los socialistas catalanes habían aparcado a un segundo lugar la cuestión de las "consultas territorializadas", y así se percibió cuando presentaron su texto en Madrid. El partido de Pere Navarro siempre había insistido en que las "consultas" hacían referencia a una mayor profundización democrática. Sin embargo, Ferraz entendió desde el principio que aquella expresión no era si no una forma de "disfrazar" el derecho a decidir. Esa baza la gana finalmente la dirección federal. Barcelona aceptó, consciente de que, con la espiral creciente de soberanismo en Cataluña y la confrontación con el Gobierno central, "dan miedo hasta las palabras". Ahora bien, eso no significa que Navarro "renuncie" a defender el referéndum en Cataluña. 

Refuerzo del poder de las autonomías en las lenguas

Tampoco se definirá expresamente a Cataluña como "nación". En el borrador sometido ya a las últimas discusiones, no figura la definición de España como una "nación que contiene naciones, nacionalidades y regiones", otro aspecto que rechazaba de plano Ferraz. En principio, la nueva Constitución a la que aspira el PSOE recogerá la denominación de cada comunidad que recojan los estatutos de autonomía. Esa redacción difusa permite al PSC ver la posibilidad de que se pudiera definir a Cataluña como nación. Sin embargo, el TC ya subrayó en 2010, cuando dictó la sentencia sobre el Estatut, que no se conoce "otra nación que la española".

Según el equipo de Rubalcaba, España quedará con su rótulo actual, el que viene en la Constitución de 1978, un Estado "con nacionalidades y regiones". Tampoco quedará registrada, en principio, una definición de España como Estado federal, como si fuera un primer artículo de la Carta Magna, pero todo el documento sí está impregnado, según todas las fuentes consultadas, de ese espíritu federal que quería el PSOE y de la articulación de los instrumentos propios del Estado federal

Sin embargo, en la formación de Navarro sí sienten que el PSOE ha recogido buena parte de sus demandas, más allá del principio de ordinalidad. En particular, el reconocimiento de las singularidades competenciales y de los hechos diferenciales (lengua, educación, cultura, derecho civil). En la cuestión lingüística, por ejemplo, "se refuerza el poder de las CCAA" a la hora de definir sus políticas. Así, el Estado no podría interferir en la inmersión lingüística, aceptada ampliamente en Cataluña salvo por PP y Ciutadans. En definitiva, el PSOE da carta de naturaleza a lo que ya figura en el artículo 5 del Estatut: la "posición singular de la Generalitat en relación con el derecho civil, la lengua, la cultura, la proyección de éstas en el ámbito educativo, y el sistema institucional en que se organiza la Generalitat". 

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Protocolo para el Comité Federal del 13 de julio

El PSC también siente que su propuesta de descentralización de la Justicia se ha abierto paso. En el documento federal se plantea que los tribunales superiores de Justicia de cada comunidad autónoma sean la "última instancia" judicial en la "práctica totalidad" de los asuntos, según confirmaron a infoLibre en Ferraz, en el PSC y en las federaciones consultadas. No se cita expresamente la creación de Consejos de Justicia –copias autonómicas del Consejo General del Poder Judicial–, pero se abre la puerta a la "territorialización de la Justicia". 

Si mañana no hay contratiempos, Rubalcaba tendrá su propuesta de reforma federal del Estado firmada por todos los secretarios generales del PSOE y por Pere Navarro. Ferraz ha venido argumentando que una vez removido ese obstáculo, la redacción del nuevo protocolo de relaciones PSOE-PSC no sería nada complicado. De hecho, la "intención" de Madrid y Barcelona es que ese renovado esquema esté listo en una semana, a fin de que pueda ratificarlo el Comité Federal, el máximo órgano del partido entre congresos, que se reúne justo en una semana, el 13 de julio. No obstante, "no urge", según los socialistas catalanes, porque no hay a la vista ningún congreso y la votación discrepante en el seno del Grupo Parlamentario Socialista –el detonante que hizo replantear los lazos entre las dos fuerzas hermanas– "ya se produjo", en febrero pasado, justo por el derecho a decidir, sin que se haya repetido hasta ahora. 

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