Las cuentas del PP

Guía para entender la comparencia del presidente del Gobierno

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, durante la rueda de prensa que ha ofrecido este lunes.

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, tiene una cita este jueves a las 9 de la mañana en el Senado –el Congreso está en obras– para comparecer a petición propia sobre la situación económica y política de España y dar explicaciones sobre el caso Bárcenas. A 24 horas de esta cita, en las filas conservadoras tenían bastante claro que la intención del líder del Ejecutivo es la de centrarse más en lo económico y político y dejar en un segundo plano su relación con Luis Bárcenas, el hombre al que aupó a la tesorería del Partido Popular

Esta intención quedó todavía más clara este miércoles. El vicesecretario de Organización y Electoral de los conservadores, Carlos Floriano, remitió a militantes y cargos públicos una carta reclamando que apoyen la intervención del presidente del Gobierno en el Senado en las redes sociales. En este correo electrónico no se hacía una sola mención al caso que afecta al extesorero. "Estamos en la senda correcta y por ello te reitero la petición anterior [trasladar el mensaje del presidente en las redes sociales] para que las estrategias partidistas de otros grupos no empañen el esfuerzo de los españoles y el objetivo de este Gobierno que no es otro que crear empleo", reza uno de los párrafos.

A continuación, se recopilan algunas claves para entender la comparecencia del presidente del Gobierno de este jueves en el Senado.

1. Antecedentes

El ingreso de Luis Bárcenas en prisión dio un giro de tuerca a la situación en el PP. Los conservadores vieron cómo se hacía realidad uno de sus principales temores: el de que el extesorero tirara de la manta y extendiera sospechas sobre el partido y, sobre todo, sobre la actual cúpula, incluidos el presidente del Gobierno y María Dolores de Cospedal.

Bárcenas, que hasta la fecha había negado la autoría de una contabilidad B en el partido, reconoció lo contrario e hizo llegar a todo aquel que le quiso escuchar que disponía de pruebas suficientes como para hacer caer al Gobierno de Mariano Rajoy. En este momento, en el PP y en el Gobierno optaron por mantener la calma de puertas afuera mientras contenían la respiración a la espera de nuevas revelaciones del hombre que durante años manejó la caja del partido.

Estas llegaron hace quince días a través del diario El Mundo. En portada, el mencionado periódico publicó capturas de los teléfonos de Rajoy y Bárcenas en las que quedaba patente que ambos habían mantenido contacto, al menos, hasta el pasado mes de marzo. Quedaba así borrada de un plumazo toda la estrategia de defensa del partido de los últimos meses que apuntaba a que cuando el pasado mes de enero El País publicó los denominados papeles de Bárcenas, la formación voló todos los puentes con el extesorero.

Fue en este momento en el que los grupos de la oposición comenzaron a exigir al presidente del Gobierno comparecencias extraordinarias y sesiones de control al Gobierno. El Grupo Parlamentario Popular, con mayoría en la Cámara bloqueó esta posibilidad con el argumento de que no existían novedades y que todas las explicaciones ya estaban dadas. El Gobierno utilizó argumentos similares: el presidente comparece cuando lo cree suficiente y no hay motivos para ello.

2. El PSOE amenaza con la moción de censura

El 16 de julio, cinco días después de que el PP diera portazo a que Rajoy compareciera en el Congreso, el líder de los socialistas, Alfredo Pérez Rubalcaba, anuncia que su formación iba a presentar una moción de censura si el presidente no comparecía.

La primera reacción del PP y del Gobierno fue la de asegurar que se trataba de un acto de "irresponsabilidad" del socialista, que en ese momento pasaba a ser el protagonista en cuanto a candidato a presidente con la moción. No obstante, poco a poco comenzaron a surgir voces en el Gobierno y el partido que exigían a su jefe de filas que calibrase los riesgos de la moción.

Esta moción sigue en el aire a la espera de las explicaciones que el presidente del Ejecutivo dé este jueves en el Senado sobre el caso Bárcenas.

3. Descrédito internacional

Ligada a la amenaza de la moción de censura, los periódicos de todo el mundo se hicieron eco de los hechos que afectan al partido del Gobierno, al presidente del Gobierno y a su extesorero. Y de que no se daban explicaciones. Esto disparó las alarmas en el palacio de La Moncloa hasta el punto de convocar a los corresponsales de los principales medios extranjeros en España para lanzarles un mensaje de tranquilidad sobre este escándalo.

La idea que se les trasladó es que el presidente no aceptaba chantajes y que su comparecencia nunca iba a estar condicionada por lo que ocurre en prisión. Los principales temores que se instalaron en los miembros del Gobierno tenían que ver con la posibilidad de que como consecuencia de este escándalo el crédito exterior se desplomase y esto produjese, a su vez, que la prima de riesgo se disparase.

4. Situación interna en el PP

Desde que a finales de junio el extesorero de los conservadores ingresó en prisión, diferentes sectores del partido, sobre todo integrados por barones autonómicos y regidores locales, admitían en privado la necesidad de que Rajoy se anticipase a Bárcenas y contase todos los detalles sobre su relación con él y los secretos que podría guardar. Preferían una explosión controlada a que las estructuras del partido, e incluso el Gobierno, saltasen por los aires. 

Estas voces se hicieron escuchar con más fuerza, e incluso ya con nombres y apellidos, después de que El Mundo publicase los SMS entre Rajoy y Bárcenas. 

5. Los ejes de su intervención

En el PP dan por hecho que no entrará al fondo de la cuestión y que se limitará, en gran parte, a recuperar el discurso y las propuestas anticorrupción que ya enumeró en el debate sobre el estado de la nación de los pasados 20 y 21 de febrero. Unas promesas que, en la práctica totalidad, están poco avanzadas y sin ver la luz.

En el escrito enviado al Congreso para solicitar la comparecencia "a petición propia" de Rajoy ni siquiera se menciona el nombre de Bárcenas. Pero el PP aceptó acumular a esa petición otras dos –una realizada por los grupos Izquierda Plural y Mixto y otra formulada por los grupos Vasco y Catalán–, en las que se exige al presidente del Gobierno que explique "su relación con el denominado caso Bárcenas" e informe "de manera transparente a la ciudadanía".

El PP ya ha instruido a sus cargos para que trasladen el mensaje económico que lance el presidente a través de las redes sociales para tratar de contrarrestar las alusiones al caso Bárcenas que trasladarán en sus intervenciones el resto de portavoces de los grupos.

El PP pide a sus militantes que apoyen este jueves a Rajoy en las redes sociales

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6. El postdebate

El caso Bárcenas no se cierra con la comparecencia de Rajoy. Uno de los temores más extendidos en el partido es que Bárcenas pueda volver a desmontar de nuevo la estrategia de Rajoy. Bien con grabaciones, bien con nuevas pruebas de sus contactos en los últimos meses.

Independientemente de cómo maneje el extesorero la información del partido de la que dice disponer, la formación sigue en el punto de mira. Los días 13 y 14 de julio acudirán a declarar ante el juez Ruz en calidad de testigos la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, y dos de sus predecesores, Javier Arenas, actual vicesecretario de Política Autonómica y Local del PP, y Francisco Álvarez-Cascos, ahora presidente de Foro Asturias.

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