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La seguridad de los ferrocarriles

El sistema de frenado ERTMS estaba instalado en la curva de A Grandeira pero sólo en sentido contrario

Balizas en el lugar del accidente.

En el punto exacto de la línea Ourense-Santiago en el que el pasado 24 de julio descarriló un Alvia que causó la muerte a 79 personas estaban instaladas balizas del sistema europeo de frenado automático ERTMS, pero sólo funcionaban para los trenes que, excepcionalmente, circulen a contravía en dirección a Ourense. Las balizas en cuestión eran visibles en los kilómetros 84,2, 84,4 y 84,7: donde empieza la curva, en medio de ella y a su término. 

Después de que infoLibre le enseñase a un portavoz del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias una fotografía en la que se ven balizas ERTMS justo donde se produjo el accidente, Adif admitió que esas balizas existían y que estaban situadas en plena curva de A Grandeira, pero indicó que sólo funcionaban “para los trenes que circulan desde Santiago a Ourense” y “no tienen ninguna utilidad para los trenes de procedencia Ourense y con destino a Santiago”, como el Alvia siniestrado.

El sistema europeo de frenado automático, conocido como ERTMS y típico de todas las líneas de alta de velocidad en España, es lo más parecido a un piloto automático. Gobierna la velocidad del tren, le impide rebasar los límites establecido para cada tramo y adapta la marcha a las condiciones que el convoy se va a encontrar más adelante. Este es el motivo por el que el presidente de Adif, Gonzalo Ferre, reconoció que hubiese sido capaz de evitar el accidente del Alvia.

Claro que, para poder hacerlo, Adif debería haber instalado el ERTMS en dirección Ourense-Santiago hasta la curva del descarrilamiento, es decir: en los 85 kilómetros de la línea de alta velocidad y no únicamente hasta el kilómetro 80,1. Nadie ha explicado hasta este momento por qué el administrador ferroviario decidió privar del sistema de frenado automático al tramo más peligroso de la vía, justo en los kilómetros en los que los trenes que circulan a velocidades superiores a 200 kilómetros por hora deben reducir a sólo 80.

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Renfe, la compañía de la que depende el tren siniestrado, ha confirmado que permite a los Alvia circular desde hace un año sin ERTMS porque sus técnicos no han conseguido que el sistema informático del tren se entienda con el de la vía. No obstante, aunque el Alvia que descarriló el 24 de julio hubiese tenido activo este sistema habría resultado inútil en el lugar del accidente porque, como ha reconocido ahora Adif, las balizas de la curva sólo funcionan para los trenes que “excepcionalmente” circulan por esa vía en dirección contraria.

El sistema de seguridad instalado en la línea de alta velocidad Santiago-Ourense costó 164 millones al Ministerio de Fomento. Fue adjudicado hace sólo tres años a una unión temporal de empresas formado por las compañía Thales, Dimetronic, Cobra y Antalis. Las dos primeras forman parte del consorcio público-privado con el que Adif y Renfe aspiran a hacerse con el contrato de construcción del tren de alta velocidad que el Gobierno de Brasil va a construir entre las ciudades de Río de Janeiro y São Paulo, cuyo presupuesto asciende a 13.000 millones de euros.

El Ministerio de Fomento anunció este viernes la instalación de nuevas balizas para controlar la velocidad en los cinco últimos kilómetros de la línea Ourense-Santiago.

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