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Emigración

Emigrantes piden a Wert que no recorte la enseñanza de español en el exterior

Descendientes de españoles, en el ALCE de París.

Son españoles expatriados. En su mayoría son descendientes de los emigrantes de los sesenta, aunque también los hay que pertenecen a esa nueva generación de desplazados al extranjero empujados por la crisis y la falta de oportunidades. Y quieren que sus hijos mantengan sus raíces a través del aprendizaje de la lengua y la cultura española. Hasta el curso pasado, la administración educativa española contribuía al mantenimiento de los vínculos culturales y lingüísticos de los residentes de origen español escolarizados en niveles no universitarios a través de clases presenciales complementarias de lengua y cultura españolas. Se hacía a través del programa de Aulas de Lengua y Cultura Españolas (ALCE), que opera en hasta 9 países, y que tienen su origen en la asistencia educativa a la emigración española de los sesenta. 

Sin embargo, desde este curso, los alumnos de los niveles A1 y A2 –es decir, los que tienen entre siete y once años– reciben el 50% de las enseñanzas de manera presencial y el otro 50% online. La explicación del ministerio es que "el currículo exige tres horas semanales y la mayor parte de los alumnos no pueden cursarlas todas de manera presencial". Además señalan que estas enseñanzas a distancia tienen un carácter de "refuerzo complementario" y en ningún caso sustituyen a las enseñanzas presenciales.

Los afectados creen que es sólo un recorte más que abre la puerta al desmantelamiento de un servicio que acerca a sus hijos o nietos a su país de origen. Consideran que, desde un punto de vista pedagógico, puede resultar "nefasto" porque a la edad en la que se ha implantado los alumnos están iniciándose en la lectoescritura y necesitan los lazos afectivos que genera la presencialidad. De hecho, muchos de ellos son españoles de tercera generación o descendientes de parejas mixtas y no dominan el idioma. "Esta modificación está pensada por gente sin experiencia docente y que no tiene ningún interés en la enseñanza del español", señala Ana María García, que ha ejercido como docentes en aulas de Francia y que pertenece a la Federación de Enseñanza en el exterior de CCOO. 

El pasado 5 de octubre, organizaciones de emigrantes españoles de Reino Unido, Francia y Suiza y los sindicatos de profesores CCOO, UGT y STES constituyeron la plataforma REALCE, puesta en marcha en defensa del mantenimiento y desarrollo de las ALCE para los hijos y nietos de los españoles en el exterior. "Reivindicamos unas clases de lengua y cultura españolas de calidad, totalmente presenciales, desarrolladas en locales dignos que propicien el aprendizaje", puede leerse en su manifiesto. "El camino es debilitar el servicio hasta que se muera", amplía García. 

Desde el departamento de José Ignacio Wert explican que "la experiencia que ahora se generaliza se ha llevado a cabo con éxito a lo largo del curso pasado en la Agrupación de Nueva York". "Se comienza por estos niveles por que para ellos se dispone ya de los materiales más completos", argumentan. Sin embargo, los afectados dicen tener recopiladas decenas de quejas e incidencias en lo que llevamos de curso. 

Porno en la plataforma de enseñanza de español para niños emigrantes

Menos profesores para más alumnos 

Según datos oficiales, en los últimos cursos ha habido un ligero repunte en el número de alumnos, al tiempo que ha descendido el número de profesores. Desde 2008, el número de alumnos se ha incrementado en un 1,4% al tiempo que el de docentes ha descendido en un 11,4%. En la actualidad existen 14 Agrupaciones de Lengua y Cultura españolas distribuidas en 9 países –Alemania, Austria, Australia, Bélgica, Canadá, EEUU, Francia, Luxemburgo, Países Bajos, Reino Unido y Suiza–, con un total de 475 aulas de Lengua y Cultura. Según Educación, en estas Agrupaciones cursan enseñanzas de Lengua y Cultura Españolas 14.684 españoles o hijos de españoles residentes y escolarizados en niveles no universitarios. Los alumnos van a estas clases por las tardes, después de asistir a la enseñanza reglada del país en el que residen.

Las Agrupaciones de lengua y cultura españolas tienen su origen en la asistencia educativa a la emigración española de los años sesenta. De hecho, durante algunos años fue esa generación la que, a través de los movimientos asociativos, velaron por su mantenimiento y mejora. El Ministerio de Trabajo asumió en principio la gestión de las clases para los hijos y descendientes de los españoles emigrantes y el departamento de Educación pasó luego a colaborar después mediante la selección y nombramiento del profesorado y la organización de las clases. 

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