Derecho a decidir

Un conseller de Mas intenta atraer a miembros del PSC al frente soberanista

Artur Mas junto a su conseller de Cultura, Ferran Mascarell, en una imagen de archivo.

Ya nada es lo que era en Cataluña. El debate sobre la consulta está convulsionando internamente los partidos, especialmente los dos que han sido las formaciones protagonistas desde la Transición (CiU y PSC), pero también está modificando la forma de relación de los propios partidos y el planteamiento de sus estrategias, de sus conversaciones y contactos. Un protagonista de esos movimientos es, según varias fuentes consultadas por este diario, el titular de Cultura de la Generalitat desde 2010, Ferran Mascarell. El titular de Cultura habría mantenido diversas reuniones y charlas telefónicas con dirigentes catalanistas descolgados del PSC e incluso dentro del PSC para ayudar a dar vida a un frente soberanista, para sondear la posibilidad de una candidatura común de cara a las europeas. Mascarell es una pieza clave porque tenía carné del PSC hasta que Artur Mas le reclutó para su Ejecutivo nada más vencer en los comicios de hace tres años. Desde su entorno sí reconocen los encuentros, pero niegan tajantemente que tuvieran un propósito, porque por encima de todo prima su "lealtad" al president. 

"Me consta que Ferran no está ni dormido ni quieto. Está trabajando desde su posición en el Govern", asegura un exdirigente socialista muy cercano a Mascarell. "El conseller está organizando cenas y encuentros con socialistas y gente de la órbita socialista a los que les dice que el líder es Mas. No es buscar consensos, es captación pura y dura", explica una conocida cabeza catalanista del PSC, aunque alejada de la dirección. Otro responsable, en este caso integrante de Avancem, el sector catalanista y de izquierdas del partido, dice tener constancia de charlas telefónicas y conversaciones informales realizadas por el conseller y su amigo Ernest Maragall, exconseller de Educación del último tripartito y fundador, en 2012, de Nova Esquerra Catalana, un partido soberanista y de izquierdas. "El propósito –explica esta fuente– era armar una lista única para las europeas". Una intención que ya quedó plasmada en un acto, el pasado julio, de presentación del manifiesto Junts a Europa, que impulsaron tanto Maragall como Mascarell. Al evento acudió el socialista Fabián Mohedano, de Avancem. Desde el aparato de la formación liderada por Pere Navarro, afirman no ser conocedores de esos contactos. "Pero todo es posible. El conseller ha colocado en su departamento, como asesores de primera línea, a cargos que estaban en el tripartito, en las consellerias que dirigían [Montserrat] Tura, [Marina] Geli y [Ernest] Maragall", tres notables del ala catalanista, esgrimen fuentes próximas al primer secretario. 

Sin embargo, el horizonte de la confluencia en una candidatura única para las europeas parece poco factible ahora mismo. Las dos corrientes críticas del PSC –Avancem y Agrupament Socialista– o responsables como Montserrat Tura o la exalcaldesa de Badalona Maite Arqué rechazan plantearse la salida del partido. Aunque desde posiciones distintas, todos quieren seguir manteniendo el carné socialista. Quien no quiso hacer declaraciones fue otro histórico, Joaquim Nadal, conseller de Política Territorial y Obras Públicas en los dos tripartitos y líder en Girona de la plataforma local por el derecho a decidir, propuesto para el cargo por CiU, para indignación de sus compañeros del PSC. Pero en su partido los hay que no creen que Nadal acabe dando el paso. Su nombre ha circulado también para una hipotética lista soberanista para las siguientes elecciones autonómicas, esas que Mas pintó como plebiscitarias en caso de que la consulta fuese tumbada por el Estado. 

"Le interesa básicamente a Convergència"

Los colaboradores de Mascarell sólo reconocen "contactos", conversaciones del conseller con dirigentes que han sido compañeros de partido hasta su entrada en el Govern, con quienes siente "afinidad ideológica". "Él siempre ha dicho que piensa como pensaba, como un socialdemócrata, pero en ningún caso está haciendo una labor de puente desde la Generalitat hacia miembros del PSC para un propósito concreto como articular una lista para europeas. Charlas, sí, pero les falta una voluntad o un objetivo. Porque si algo tiene clarísimo Ferran es la lealtad al president Mas, cuya relación es buenísimo", explican en su entorno. 

"La candidatura común para las europeas le interesa básicamente a Convergència, porque el descalabro que se vislumbra para ellos no sería tan importante. Pero a ERC no creo que le interese, porque puede aparecer por primera vez como primera fuerza. Maragall está empujando para las europeas, pero no creo que se vaya a producir. Las autonómicas... están muy lejos, a ver cómo se gestiona la no consulta en 2014", analizan desde el entorno de Tura, quien el pasado 26 de octubre abandonó el Consell Nacional del PSC (su máximo órgano) por discrepancias con el aparato de Navarro. La exconsellera, por cierto, intentó promover la convergencia de las distintas ramas catalanistas del PSC, pero fracasó. El sector a la izquierda constituyó Avancem, liderada por Joan Ignasi Elena, exalcalde de Vilanova i la Geltrú (Barcelona), y el ala más a la derecha, más proclive a la sociovergencia, formó Agrupament, encabezada por el regidor de Lleida, Àngel Ros, y la exconsellera de Salud Marina Geli. Ambas alas están dentro de la ejecutiva del PSC. La primera es una corriente tolerada por el aparato, la segunda tiene el apellido de oficial

Maragall lleva defendiendo meses la necesidad de ahormar "una candidatura de todo el catalanismo para las europeas, respetando las diferencias, que lance un mensaje en clave catalana", convencido de que este es "el mejor momento" para hacerlo, pues en las siguientes elecciones, las autonómicas, si no se ha realizado la consulta, las condiciones serían de una mayor "excepcionalidad", de una legislatura "casi constituyente". Fuentes próximas al exconseller añadieron que "una segunda y tercera derivada" de la centrifugadora política que es ahora Cataluña es la ruptura del PSC. "Probablemente es mejor que haya dos organizaciones, una ligada al socialismo español [al PSOE] y otra ligada a la ciudadanía catalana. La escisión en parte se está produciendo. La separación no es un objetivo, ni un deseo, sino una previsión, porque no es previsible un cambio de posición en la dirección del PSC". 

Lista unitaria, propuesta también de Reagrupament

Quien también empuja a favor de una candidatura soberanista es Reagrupament, una escisión de ERC liderada por Joan Carretero que se ha asociado a Convergència Democràtica de Catalunya (no a la Unió de Josep Antoni Duran i Lleida) para luchar a favor de la independencia de Cataluña. "Ya propusimos una lista unitaria para las elecciones de 2012 hasta el último momento, y no fue posible. Ahora parece que CiU está más por la labor. Está mal decirlo, pero somos profetas y todo lo que decimos acaba pasando. Acabará habiendo lista unitaria", aseveran fuentes próximas a Carretero. ¿Ello incluye a descontentos del PSC? "Cuanto más abarque esa candidatura, más posibilidades tendrá de triunfar", replican. 

Desde dentro del PSC, todos sus sectores repiten que el principal capital del partido es su transversalidad, su función "vertebradora" de la sociedad catalana desde la Transición, su facultad para unir distintas culturas, porque a fin de cuentas el PSC no es sino la confluencia de tres formaciones socialistas en 1978. A ese carácter se agarran incluso los sectores más distantes del aparato de Navarro para defender su permanencia, sin buscar la escisión. Maite Arqué, exsenadora y exalcaldesa de Badalona (Barcelona), asumió, como Nadal, el liderazgo del pacto local por el derecho a decidir en su ciudad, y aunque critica a la dirección por no ser "permisiva" ni "tolerante", cree que hay que dar la batalla dentro, y recela de soluciones extramuros, como la Nova Esquerra Catalana de Maragall. "No he tenido ninguna oferta por parte de otros ni sé nada. Yo no tengo intención de dejar el PSC. De momento, no. Es mi partido, lo único que le pido es que sea flexible". 

Geli y Ros también se oponen a la salida del partido. Los dos niegan además encuentros con Mascarell y subrayan que la contienda de las europeas de 2014 debe darse en clave "ideológica", no soberanista. "Sería un error la ruptura con el PSOE y dentro del PSC. Pero más que la ruptura me preocupa que PSOE y PSC no sean útiles. Me preocupan las encuestas, que seamos residuales en Cataluña. Me interesa hablar de cómo recuperar el espacio mayoritario. Y para eso hay que convencer al PSOE de que asumir un discurso distinto al de Mariano Rajoy y al de Rosa Díez. Por eso no me gustó que finalmente el PSOE no se abstuviera la semana pasada en el Congreso en la moción de UPyD. Me sabe mal desaprovechar esa oportunidad de lanzar otro mensaje. Pero Agrupament quiere trabajar para ampliar la base del PSC desde dentro del PSC, no para irnos", arguye la exconsellera de Salud. "No saldremos del PSC. Defendemos el derecho a decidir, pero somos una corriente oficial dentro del partido. Ernest se marchó el año pasado, sí, pero se fue solo", tercian fuentes cercanas a Ros. 

Dar la batalla dentro del partido

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Avancem, como Agrupament, coincide en que las europeas tienen un carácter "ideológico" del que los socialistas no se pueden despistar. Tampoco se les pasa por la cabeza la ruptura interna. Sólo barajan "abandonar la dirección", que no el PSC, si se producen "pasos atrás respecto al derecho a decidir", si se acepta que la consulta lo sea sobre la reforma constitucional, porque es "falsear el debate" y porque el PP "nunca" va a transigir con una modificación de la Carta Magna. "Pasos atrás" que obedecerían, a juicio de un dirigente, a las "presiones" del partido. 

Tanto Avancem como Agrupament consideran que el cisma, en todo caso, vendría propiciado por "algunos sectores" del PSOE, los de aquellos que apuestan por resucitar la federación catalana del partido, como Alfonso Guerra, José Bono o Guillermo Fernández Vara. "Es un error esa actitud tan beligerante", incide un jefe de Avancem. 

Las dos corrientes, así como la dirección, remachan que las aguas bajan bastante más tranquilas que hace unos meses. Y se ha digerido bien el voto discrepante (la abstención) del PSC la semana pasada. El aparato, por otro lado, no prevé escisiones ni marchas del lado de Maragall ("una formación sin estructura, casi inexistente") y Mascarell. "Por descontado, la gente de Avancem no va a entrar en eso de la lista común por incompatibilidad ideológica, porque ellos representan un perfil de izquierdas. Y Ros tampoco lo vemos. Él es alcalde de una capital de provincia y no va a arriesgar a su ciudad", afirma un colaborador de Navarro. El núcleo duro, no obstante, anticipa que el escenario interno se clarificará dentro de muy poco. Si Mas pone fecha a la consulta y no la pacta con el Estado, el PSC se desmarcará. "Si no hay acuerdo con Madrid, fin de las dudas, porque en ningún caso vamos a apoyar el referéndum si es ilegal. Estaremos en contra frontalmente. Esa es nuestra línea roja, y no vamos a ceder. Es lo que pusimos en nuestro programa. El que no esté de acuerdo, o acepta o se va". 

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